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Una pensionista de Tenerife caminará desde Rota hasta Madrid “por una paga digna”

Elvira Olmo, de 68 años, formará parte de la columna humana que recorrerá 645 kilómetros para confluir el 16 de octubre en la capital de España en la gran manifestación en defensa de las pensiones
Elvira Olmo. DA
Elvira Olmo. DA
Elvira Olmo. DA

Se llama Elvira Olmo Guillén, y es tal su jovialidad y dinamismo que, antes siquiera de comenzar la elaboración de este reportaje, nos sorprende recorriendo a pie los, aproximadamente, seis kilómetros que separan la capital tinerfeña de la sede de DIARIO DE AVISOS. “¡No te preocupes, que yo voy caminando todos los días a Las Teresitas!”, responde Elvira al ofrecimiento de facilitarle un transporte. Llega sin aparentar cansancio alguno, por mucho que esta madrileña de origen, que se asentó hace ya 35 años en Tenerife, cumpla 68 otoños antes de que finalice este 2019. Aún así, la proeza en la que se ha embarcado de recorrer a pie los 645 kilómetros que separan Rota (Cádiz) y Madrid por una causa social no deja de resultar más que loable.

“Aunque mañana [hoy para el lector] vuelo para Rota, la marcha está prevista que se inicie el próximo sábado día 21, para llegar el 15 de octubre a Madrid, justo un día antes de la gran manifestación en la que más de 300 plataformas repartidas por todo el país defenderemos nuestro derecho a unas pensiones dignas”, nos explica esta mujer, pequeña de estatura pero gigante de espíritu, que llegó a la Islas hace ya siete lustros “por cosas del destino de mi marido”. Hoy en día es imposible que Elvira abandone Tenerife, donde está plenamente asentada y, claro, porque nada ni nadie la va a separar de su ojito derecho, su nieto de 8 años de edad llamado Ian, “que está pidiendo ya venirse conmigo a mis caminatas, y me pregunta siempre si he ido a tal o cual sitio”. De la especial relación entre esta abuela y su nieto da buena cuenta un detalle: de la parte trasera de la mochila de Elvira, su eterna acompañante a la hora de las caminatas, cuelga un chupete de niño. No hace falta ni preguntar a quién perteneció.

Ahora, Elvira es el rostro visible de la aportación de la Plataforma por la Defensa de las Pensiones Públicas canaria a la gran marcha sobre Madrid que culminará el referido 16 de octubre en una auténtica demostración de fuerza de un movimiento nacional que, curiosamente, nació en Tenerife de la mano de los activistas Luis Serichol y Ramón Afonso allá por 2013.

Pero Elvira, que se costea todo el viaje de su bolsillo “como todos los demás, que en total vamos unos veinte desde aquí y nos lo pagamos nosotros y no es fácil, que somos pensionistas”, llegó al activismo social de casualidad. “Todavía estaba trabajando cuando descubrí a la plataforma, que se reunía en la plaza de la Candelaria, y un día me acerqué a preguntar y me interesó. Después de haberme jubilado, asistí primero como expectadora y, más tarde, como miembro activo. En la actualidad colaboro con varias cosas, como por ejemplo llevar las redes sociales, sobre todo Twitter, de la asociación. Pero, vamos, siempre echamos todos una mano”, señala Elvira, quien, al ser preguntada por qué este tema captó de tal modo su interés, responde con la convicción propia de quien tiene las ideas claras: “Porque este asunto afecta no solo al pensionista como tal, sino a toda la sociedad, a las mujeres, a los que están trabajando, a los estudiantes, a todos -insiste- y me gustó que no se pida solo para ellos, sino que realmente nuestras propuestas (que se han presentado ya tres veces con miles de firmas) también incluyan la mejora de las pensiones no contributivas y la de las pensiones de viudedad, que no son temas estrictamente de los pensionistas”, puntualiza.

“Lamentablemente -añade-, mientras en otras comunidades sí se consiguió alguna mejora para estas personas que apenas cobran poco más de 300 euros, en Canarias el Parlamento no nos hizo caso a pesar de presentar unas 4.000 firmas. Para colmo, el Ayuntamiento de La Laguna anunció en 2018 que destinaba un millón de euros para familias de estas características, y salió publicado en todos lados pero, que nosotros sepamos, nadie de esas familias en exclusión social ha visto un euro de ese millón”, denuncia esta activista, a tono con una plataforma, la de las pensiones, que se caracteriza precisamente por decir las cosas bien claritas. “Nosotros no nos quedamos mirando el ombligo de los pensionistas, sino que luchamos por todos los temas sociales, como por ejemplo ahora mismo este
20-S, que es la Noche Violeta, o el día 27, que es la del clima”, remacha.

Pero, ¿cómo se le ocurre ir caminando de Rota a Madrid? “Me enteré en julio y, con las mismas, ya estaba pidiendo contactos. Como somos una familia, fue una compañera de Lugo la que me pasó teléfonos de los de Rota, que la verdad se sorprendieron bastante de que se apuntase alguien de Tenerife, pero allá vamos. Salimos de Rota a las ocho el sábado día 21, y el ritmo previsto es de 25 o 30 kilómetros al día. Pensamos parar en unas 40 localidades por el camino, que ya se está organizando, donde dormiremos y todo eso. El objetivo es llegar el 14 de octubre a Madrid para descansar antes de la gran manifestación frente al Congreso de los Diputados, porque, a pesar de lo que conseguimos el año pasado, ahora vuelve la subida del 0,25%, que es una miseria, y encima entra en vigor el llamado factor de sostenibilidad, que hará que cobremos menos si vivimos más. Qué tremenda injusticia, ¿no? Pero bueno, también desde Bilbao se han animado y parten dos días después de nosotros, porque lo de ellos solo son 400 kilómetros y pico”.

Por una amiga

Aunque lo de venirse caminando al periódico despejó ciertas dudas sobre su estado de forma, a Elvira se le ilumina la cara cuando recuerda cómo empezó a aficionarse a las caminatas. “Fue hace veinte años y por acompañar a una amiga que corría. Pero, claro, a mí lo de correr no me va, yo soy de caminar, y me quedaba atrás, así que poco a poco fui acostumbrándome y ahí íbamos las dos, primero caminando a Las Teresitas y luego por toda Anaga, que nos hemos metido por cualquier sitio, siempre hacia delante”, responde con una sonrisa. Y caramba que si se acostumbró Elvira, porque “ya llevo siete veces el Camino del Santiago, y desde luego que lo volveré a hacer, porque dice mi nieto que, para el próximo, se viene conmigo”.

Palabra de una abuela que va por la vida con el paso firme, sin lugar a dudas.

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