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La cura de la hepatitis C sale del hospital para llegar a toda la ciudadanía

Un equipo tinerfeño logra un reconocimiento internacional por crear un circuito para tratar a pacientes de centros de adicciones y prisiones
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Francisco Pérez y Luz Goretti Santiago enseñan el reconocimiento internacional del proyecto 'Iniciativa holística en Tenerife', una buena práctica en la eliminación de la hepatitis C. (SERGIO MÉNDEZ).
Francisco Pérez y Luz Goretti Santiago enseñan el reconocimiento internacional del proyecto ‘Iniciativa holística en Tenerife’, una buena práctica en la eliminación de la hepatitis C. (SERGIO MÉNDEZ).

“La suma de las partes es más que un todo”. Esto es lo que ha conseguido probar un equipo multidisciplinar que ha acudido a centros de adicciones y prisiones con el fin de buscar a pacientes contagiados con el virus de la hepatitis C y crear todo un circuito que facilitara que estas personas tuvieran un acompañamiento durante todas las fases del tratamiento.

De esta forma, el proyecto ‘Iniciativa Holística en Tenerife’, coordinado por el Servicio Digestivo del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc) y el Servicio Farmacéutico de San Miguel Adicciones, logró que más de 1.200 pacientes infectados y pertenecientes a sectores de riesgo se curaran de esta enfermedad. Un hito que les ha valido el reconocimiento como buena práctica en la eliminación del virus de la hepatitis C otorgado por la compañía Gilead en el evento internacional SLTC Summit 2019 celebrado esta semana en Valencia.

La eficacia de los nuevos tratamientos contra la hepatitis C y su disponibilidad en España a partir del año 2015 motivaron al doctor Francisco Pérez, jefe del Servicio Digestivo del Hunsc, a buscar en su base de datos a los más de 400 pacientes que no se habían curado aún del virus. Mientras Pérez trataba a estos pacientes, acudieron a sus consultas de forma espontánea otras 400 personas infectadas más; “en la mayoría de los casos eran individuos que habían dejado de acudir a las citas por miedo a los tratamientos anteriores y que ahora sabían por sus conocidos que curarse es más fácil”.

Otra de las apuestas del doctor fue “cambiar las estructuras arcaicas del sistema público de salud”, así que se facilitó todo el proceso al permitir que los médicos de atención primaria pudieran diagnosticar directamente la enfermedad: “un camino a través del especialista de zona, la realización de pruebas y el diagnóstico del tratamiento podía durar entre 1 o 2 años y hemos conseguido acortar todo el proceso a 2 semanas”, asegura el doctor.

En tres años, Pérez logró que más de 800 pacientes fueran tratados del virus, lo que provocó que en marzo de 2018 se produjera un agotamiento de diagnóstico. “Nos quedamos sin pacientes en las bases de datos, pero esto no quería decir que no hubiera mucha hepatitis C aún pendiente de curar fuera de aquí”. Esto fue, precisamente, lo que les motivó a acercarse a los sectores de riesgo, aquellos pacientes que por sus circunstancias, tienen dificultades para comenzar y seguir el tratamiento: población psiquiátrica, drogodependientes, reclusos, personas con conductas de riesgo sexual y migrantes.

En busca de pacientes

La Organización Mundial de la Salud se ha propuesto la eliminación de la hepatitis C en el mundo antes del año 2030. España será, según los expertos, el segundo país que consiga lograrlo, solo superado por Islandia, que tenía una población infectada inferior a 700 personas. “Es por eso que somos nosotros quienes buscamos a los pacientes, no los pacientes quienes acuden a nosotros. Tenemos como objetivo eliminar la hepatitis C”, aclara Pérez.

Después de tratar a los pacientes de su base de datos y acortar el circuito de diagnóstico de los médicos de atención primaria, Francisco Pérez inició la tercera fase del proyecto: acudir a los lugares donde podían encontrar personas infectadas con el virus. “Cruzamos los datos de pacientes que se encontraban en centros de adicciones con la información de programas asistenciales del Servicio Canario de Salud y de esta forma logramos conocer cuántas personas aún no habían sido tratadas del virus. Así encontramos a 89 pacientes que dieron positivo”, explica.

La dificultad de llegar a la población que padece algún tipo de adicción radica en “que no existe una conciencia de enfermedad y en la mayoría de los casos no saben que tienen el virus”, comenta Luz Goretti Santiago, responsable del Servicio Farmacéutico de San Miguel Adicciones. Es por eso que la simplificación de los procesos es crucial para tratar a este tipo de pacientes, por lo que el diagnóstico del virus se realiza en el propio centro de drogodependencia; “lo hacemos con un simple pinchazo en el dedo y en dos o tres días ya tienen el resultado de la prueba”, garantiza Pérez.

Los pacientes que dan positivo reciben una cita médica que tarda en torno a tres semanas. Cuando llegan a consulta, se les hace un estudio completo: “análisis de sangre, prueba del Fibroscan para ver cómo está el hígado, les hacemos la historia clínica y les damos el tratamiento, todo el mismo día”, sentencia el doctor.

El mismo procedimiento se ha aplicado a los pacientes reclusos. “Allí es mucho más fácil, porque damos la medicación directamente y hacemos el seguimiento con comunicación diaria a través de correo electrónico”. El único problema que encuentran en este caso, añade el doctor Pérez, es que cuando un paciente es puesto en libertad durante el tratamiento, se desconoce si finalmente se ha curado o no. “Aunque casi todos los pacientes tratados del virus en prisión cuando salen acuden a centros de drogodependencia, así que acabamos sabiendo si se han curado”, asegura.

Acompañamiento

La creación de un circuito por el que diagnosticar y tratar a los pacientes de centros de drogodependencia era una demanda histórica, porque los minutos en la sala de espera, la periodicidad de las citas y el tener que recordar tomar la medicación se convertían en una barrera. “Si tú con un paciente drogodependiente no logras hacer todo en un mínimo de tiempo, el paciente lo pierdes, cuenta Goretti Santiago.

Asimismo, el acompañamiento se vuelve imprescindible. “Ellos no suelen acudir a Atención Primaria, son más demandantes de servicios de urgencias, no de una consulta regular”, por ello, la farmacéutica explica que acortar el circuito ha supuesto un éxito en su propósito de lograr que el paciente se encuentre atendido y curado en la medida en que se pueda curar. “Es una cuestión ética”, asevera.

Durante el desarrollo del proyecto, el equipo ha tenido que ir salvando todo tipo de inconvenientes. Las dificultades económicas de los pacientes también determinaban que pudieran acceder al tratamiento: “en el caso de las personas que vienen de lejos, hemos contado con la colaboración de algunos ayuntamientos y ajustamos la cita al día en el que les pueden acercar a consulta. Quienes vienen de Adeje, por ejemplo, han contado con trabajadores sociales que les han traído e incluso se les ha conseguido un piso compartido mientras dura el tratamiento para que tengan la medicación allí custodiada”, afirma Francisco Pérez.

Una enfermedad con cura

El tratamiento contra el virus de la hepatitis C consiste en tomar una pastilla al día durante tres meses y no tiene efectos secundarios. “Es muy fácil cumplir lo pautado si se buscan los medios para no olvidarse de hacerlo”, anima el doctor. Con el tiempo, la alta eficacia ha quedado demostrada: “hemos tratado a 1200 personas y en los resultados estamos viendo que si el 95% de los pacientes se toman el tratamiento, ese 95% se cura”.

El proyecto relacionado con los centros de drogodependencia cuenta con el apoyo de la Dirección General de Salud Pública y la Dirección de Programas Asistenciales del Gobierno regional y, “si bien el plan está redactado, aún no ha sido aprobado”, explica Pérez, quien confía en la viabilidad de su implantación en toda Canarias; “estoy seguro de que es exportable y de hecho, creo que en parte ya lo hemos conseguido”, celebra.

Equipo multidisciplinar del proyecto ‘Iniciativa Holística en Tenerife'. (Cedida).
Equipo multidisciplinar del proyecto ‘Iniciativa Holística en Tenerife’. (Cedida).

“Nuestro lema es que si amas lo que haces, no existen las barreras”

Médicos, farmacéuticos, psicólogos, trabajadores sociales, administrativos y otros profesionales se han coordinado para tratar la hepatitis C en el mayor número de pacientes posibles. “Lo más llamativo es que hemos conseguido algo que se creía imposible, llegar a las poblaciones de riesgo y lograr que se curen”, anuncia el doctor del Hunsc, Francisco Pérez. Una experiencia positiva que volverán a compartir el 21 y 22 de noviembre en el VI Congreso Nacional Sinapsis de Patología Bio-Psicosocial.

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