
Marián Franquet, presidenta del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) y consejera Insular de Acción Social, Participación Ciudadana y Diversidad, tiene desde el pasado martes una nueva preocupación: buscar un lugar de acogida a los 78 menores sin acompañantes que llegaron a Tenerife en un cayuco, cifra aportada a falta de que se realicen las pruebas óseas que determinen la edad de los recién llegados. Por ahora, los menores se encuentran en Centros de Acogida Inmediata (CAI), una situación que según explica la consejera, se trata de “una crisis humanitaria”.
El martes llegó a la Isla un cayuco con 78 menores a bordo. ¿Se les ha encontrado alojamiento?
“Estamos trabajando en la búsqueda de espacios adecuados, porque hasta ahora no los teníamos. Hemos localizado camas y ya más o menos los vamos situando, nuestro objetivo es que estén aquí de forma digna. Ahora se está con las pruebas óseas y es probable que el número varíe, pero de momento son menores no acompañados y por tanto, es responsabilidad del Cabildo”.
¿Qué supone esa responsabilidad cuando hablamos de menores de edad?
“Que tiene que haber comida, baños, toallas, ropa… van a vivir ahí. No están en un campamento de dos días. Y no solo hay que pensar en la acogida inmediata en la que se les dan los recursos básicos cuando llegan, sino que hay que pensar que muchos menores se quedan aquí porque no se produce una reagrupación familiar. Entonces, si tenemos un menor de 16 años que va estar tutelado por nosotros, tenemos que hacerlo de forma que tenga todas las garantías y todos los recursos que cualquier menor nacional”.
¿No pudo preverse esta situación?
“Desgraciadamente, a pesar de que desde hacía meses se venía avisando del repunte de flujos migratorios que se avecinaba, no se preparó nada. Estamos colapsados con el tema migratorio, este es un momento crítico de llegada de menores, es una crisis humanitaria en toda regla. No sé si se me ve en la cara pero estoy agotada, porque buscamos no solo dar el mejor acogimiento a los 78 menores que han llegado sino a los que están por venir e intentando prepararnos para eso”.
¿Qué acciones se tendrán que tomar en consecuencia de esa “crisis humanitaria”?
“Tendremos que acelerar la creación de plazas de acogida de menores y mantener unas condiciones de vida dignas también los primeros momentos de su llegada. Es una cuestión que estamos trabajando con las entidades y proveedores, porque hay que valorar todo lo que supone que un niño llegue a tu casa a vivir, porque al final, estos menores han llegado a nuestra casa para quedarse y ahora tenemos que acondicionar esa casa”.
¿Esta falta de previsión se extiende a otras funciones del IASS?
“Está colapsado y eso afecta no solo administrativamente, sino que al tener que ver la administración con personas, tenemos un problema con todos los servicios que atañen a esas personas. El IASS tiene cuatro unidades, algunas funcionan mejor que otras, pero hay situaciones gravísimas como que toda la red de violencia de género; pisos de acogida, oficinas municipales, todo, está sin contrato. Funcionan porque son servicios públicos esenciales y porque la gente que lo lleva no te deja tirado. Tenemos entidades sociales que dicen que no quieren seguir trabajando con nosotros porque los contratos terminan, no se renuevan y no pagamos a tiempo”.
¿Y por qué es tan complejo ahora solucionar el problema de los contratos?
“El área social del Cabildo se ha privatizado. Hace muchos años decidieron que los servicios sociales de Tenerife se gestionaban de forma privada a través de concursos y ahí se presentaban, por un lado ongs, y por otro lado, empresas. El problema es que el IASS ha crecido económicamente muchísimo, ha venido mucho dinero para los programas pero no para la estructura. Entonces esto es como si fuera un motor para tirar un coche, el coche cada vez es más grande y con más carrocería, pero el motor sigue siendo el mismo y se nos ha ahogado. Estoy muy preocupada por ver cómo desatascamos esto. Necesitas más personal y un necesitas método de trabajo, porque hasta ahora no ha existido”.
¿Cómo pueden seguir en marcha servicios en los que no se dispone de contrato?
“La ley prevé que los servicios básicos esenciales puedan continuar aunque no estén de forma correcta, como es el caso. Si es necesario nos acogeremos a establecer un decreto obligando a las entidades a continuar con el servicio que estaban prestando, pero esa situación no es nada deseable. Esto es el Cabildo de Tenerife, estamos hablando de la segunda institución más importante de Canarias después del Gobierno regional, en recursos, en estructuras y en todo. El Cabildo no se puede permitir tener los servicios sociales sin contratos y esto ocurre desde hace más de seis meses, no es algo que pasara antes de ayer. Hay contratos que finalizaron hace más de seis meses y que no han salido los pliegos de la nueva contratación, están en un limbo. La maquinaria colapsó y nadie hizo nada”.
¿Cómo cree que se ha llegado a esta situación?
“El IASS creció económicamente muchísimo, se metieron programas y no se adaptó la estructura. La red del IASS es muy importante, puede haber mucho que mejorar y varios criterios, pero no es una cuestión política. No se creó una estructura que garantizara los servicios sociales. Coalición Canaria (CC) se dedicó a las redes clientelares, a repartir dinero de forma directa. Y algunas veces, ese dinero estaba bien dado a entidades que cumplen una función importante, pero lo que no están claras son las cuantías, el cuándo, el dónde y el porqué. Se hizo de forma aleatoria y poco rigurosa. También hay otras entidades en las que el criterio no está claro y uno se plantea porqué no se sacó una subvención de libre concurrencia donde se presenten todas y se puntúe. Ellos [CC] utilizaban esto para estar en el foco mediático constantemente, abrían algo para sacarse la foto, no hay planes estratégicos que motivaran las decisiones”.
¿Cómo se han encontrado el Hospital Febles Campos? ¿Estaba como esperaban?
“Se venía hablando desde hacía mucho tiempo de que la infraestructura estaba mal y del estado de los pacientes. No es que esté mal, es que la situación es indecente. Ya hay un solar que es nuestro y que está planificada la construcción del edificio alternativo, eso está en marcha. Pero quieras o no, es una nueva construcción que necesita licitaciones, que requiere toda una serie de procedimientos y sé que se nos puede montar en mucho tiempo y la gente que está ahora hospitalizada no tiene ese tiempo. Por eso estamos buscando alternativas en la Isla para que esas personas puedan estar en mejores condiciones mientras se construye la nueva edificación. Hay que intentar sacarlos cuanto antes. La situación del Febles Campos es muy grave y la solución no es sencilla. Las cosas no se deterioran de un día para otro, aquí se ha perdido mucho tiempo. A mí me preocupa mucho el maltrato institucional y en este caso, yo creo que lo estamos rozando”.
El Albergue Municipal de Santa Cruz acoge a personas que por sus necesidades, deberían ser atendidos en centros específicos… ¿Colaborará el Cabildo?
“Al ser este el único recurso insular, todas las personas que tienen problemas de sinhogarismo van allí. Además, hay problemáticas muy diferenciadas. Estamos trabajando con el Ayuntamiento porque la competencia de la exclusión social es del Ayuntamiento pero de los servicios especializados es el Cabildo, por lo que el Cabildo se tiene que implicar para intentar desahogar. La colaboración no es cuestión de financiación sino de crear los recursos alternativos para que la gente que está en el albergue pueda salir de allí e ir a un recurso más apropiado para el albergue. Hay personas con problemas de salud mental que deben ir a recursos especializados, también personas con situaciones de dependencia, de toxicomanías… También hay que trabajar en distribuir la carga social para que no recaiga toda en Santa Cruz.
¿De qué forma se puede distribuir? ¿Hace falta crear esos centros específicos?
“Estamos trabajando los pliegos y contrataciones de un recurso con el que queremos conseguir que muchas mujeres que estaban yendo al albergue en Santa Cruz tengan otro lugar y que sean bien atendidas, porque no solo es una cuestión de masificación sino de atención. Las mujeres en situación de sinhogarismo sufren problemas de seguridad, algunas deciden no ir a los albergues o no solicitar servicios que son mixtos. Además, cada vez nos encontramos con más mujeres con niños en esta situación y tenemos que darles respuesta a ellas, con sus especiales características. Por eso queremos abrir recursos específicos con los que puedan estar con sus niños mientras que a la vez las ayudamos con algún programa de inserción laboral”.
Este año está siendo especialmente duro con respecto a los asesinatos machistas y a su vez, las denuncias bajan. ¿Teme que sea por desconfianza hacia las instituciones?
“Es preocupante que las mujeres estén perdiendo la confianza en el sistema, porque si salen de él, de donde no saldrán es de la violencia. Este es el peor año que recuerdo respecto a mujeres asesinadas, en Tenerife está siendo tremendo. Han habido casos muy mediáticos como el de ‘La Manada’ que han hecho a muchas mujeres replantearse si vale la pena sufrir el circo mediático para que luego los culpables estén en la calle. Es un retroceso con respecto a lo que consiguió la Ley de Violencia de Género, que consiguió visibilizar que de la violencia se puede salir.”