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Aridane González: “Para aplicar la economía circular, Canarias no pueden ser ocho islas, sino un mismo territorio”

El coordinador del comité de expertos para el Estudio de Cambio Climático y el Fomento de la Economía Circular y Azul es optimista para los cambios que debemos afrontar en materia de medio ambiente, dando relevancia a las personas

El coordinador del comité de expertos para el Estudio de Cambio Climático y el Fomento de la Economía Circular y Azul, Aridane González, sabe de los nuevos retos que afronta Canarias en esta materia, por lo que aboga por pensar siempre “en un mismo territorio”. Pese a las últimas malas noticias que hablan de un grave deterioro de nuestro medio ambiente, él prefiere ser optimista aunque lo deja claro: para ello lo más importante es invertir en personas.

– Me gustaría que explicara, de manera llana, cuál sería el concepto de economía circular.

“Es sencillo. La economía circular lo que busca es que no haya residuos sino que lo que hoy consideramos residuos sea un recurso para generar otros materiales. Siempre pongo un ejemplo: nuestros abuelos y abuelas hacían una economía circular perfecta en sintonía con el medio ambiente. De todas aquellas cosas que consumían y usaban luego la reutilizaban: la comida que sobraba la convertían en compost para la agricultura, la ropa la transmitían de generación en generación generando residuos ya cuando el desgaste era muy avanzado. Siempre daban la vuelta al círculo para que, eso que antes era residuo, luego fuera recurso”.

– ¿Eso a lo que llamamos progreso ha hecho que la economía circular sea más complicada?

“Lo que hemos hecho es que en los últimos 30 años la globalización ha ido a una tendencia de consumir en lineal y no en circular. El ritmo de vida que hemos llevado, sobre todo en la parte más desarrollada de occidente, ha provocado los grandes impactos en el medio ambiente, por lo que debemos mantener el mismo bienestar y desarrollo que tenemos hoy pero volviendo a las formas sostenibles que teníamos antes de la economía circular”.

– ¿La proliferación de elementos como el plástico, que facilitan mucho algunos procesos y aspectos de nuestra vida, no hacen que alcanzar esa economía circular sea cada vez más complicado?

“El plástico es el residuo más pequeño. Es decir, ocupa mucho volumen, pero en fracción de peso es el más pequeño, ahora bien: la cuestión es ver si hay maneras de hacer economía circular con el plástico. La respuesta es que sí, al igual que con otros productos, pero en los últimos 30 años hemos vivido de una manera en el que no hemos pensado cómo pasar de que eso sea un residuo a un recurso. Pongo un ejemplo: hay procesos químicos de transformación del plástico. Lo que pasa es que en estos últimos 30 años consumimos muchísimo y la manera de gestionar esos residuos no va a la misma velocidad. De ahí los problemas de residuos en, prácticamente, en el mundo entero”.

– Por nuestra condición insular es aún más importante poner en marcha esa economía circular eficaz…

“Evidentemente. Si Europa está intentando liderar un movimiento de economía circular, si el Gobierno de España también está intentando incentivar la política de economía circular y el Gobierno de Canarias está empezando a trabajar en una propuesta de ley de economía circular también entendemos que la economía circular debe ser el paraguas regional desde el Gobierno pero hay que llevarla a cabildos y ayuntamientos. ¿Por qué? Porque hay competencias compartidas para tener un desarrollo bueno de economía circular. En un territorio insular como el nuestro se dificulta por asuntos como la burocracia porque nosotros deberíamos ser capaces de mover residuos de una isla a otra isla, como se hace en el Continente, de tal forma que podamos tener plantas de tratamiento de residuos específicos y que eso, económicamente, sea rentable. No podemos tener una planta de tratamiento de un determinado residuo en cada isla, por lo que habría que actuar desde un paraguas en el que Canarias no fueran ocho islas, sino un mismo territorio. Eso hay que llevarlo a los municipios, activando la economía circular desde un punto de vista también medioambiental, no solo circular. Puede ser una llave para promover la agricultura local, el comercio local y generar nuevas actividades, por ejemplo, en las medianías, lo que provocaría que la gente no tuviera que marcharse a las ciudades”.

– ¿Tiene esa sensación que puede venir de la propia población que asocia ese consumo lineal con la comodidad del día a día?

“Cuando hablamos de cambio climático y desarrollo sostenible siempre hablamos de que tiene que haber un cambio de hábitos. La ciudadanía en su conjunto, todos y todas, debemos generar un cambio de actitud para generar mejor los recursos de tal forma que manteniendo el mismo bienestar y desarrollo seamos capaces de provocar menos impacto en el medio ambiente”.

-¿Cuál sería el paradigma de economía circular?

“No hay mejor política de economía circular que colocar a las personas en el centro de la acción. Son ellas las que buscarán las ideas para que de un residuo logremos un recurso. De todas las materias primas que hoy tenemos, debemos ser capaces de atender al mayor porcentaje. Siempre habrá una fracción difícil de atender. En zonas desarrolladas, como el norte de Alemania o ciudades de Suiza, incluso en España, se empieza a trabajar acciones de este tipo como, por ejemplo, en Sevilla. Pero no hay una solución perfecta, no hay un lugar ideal. En Canarias lo importante es atender a toda la fracción de residuos, no solo los plásticos, también todos los residuos grandes que provocan las demoliciones, todos los materiales tecnológicos… Todos en conjunto. Si somos capaces de atender a ese conjunto con iniciativas de economía circular generaremos el empleo necesario para no tener un alto volumen de residuos que se vayan a los vertederos”.

– Porque nuestras islas tienen espacio y recursos limitados…

“Al ser islas tenemos tres posibles soluciones ante un residuo. La primera, hacer economía circular y evitar, si la ciudadanía es capaz de darle una salida en economía circular generaremos menos residuos. La segunda sería la actual, tratar una parte de ellos y, el resto, llevarlo a vertederos. La otra sería sacar los residuos de Canarias. Una parte de ellos salen ya a la Península para que lleven a cabo economía circular, pero eso debemos evitarlo, tiene que ser llevada a cabo aquí para generar empleo en Canarias. En la Península Ibérica, por ejemplo, es más sencillo, porque pueden llevarlo por carretera. Nosotros debemos hacerlo por mar. Si logramos hacerlo, digamos atractivo, algo que se puede llevar a cabo con el REF, las empresas podrían desarrollar plantas de tratamientos específicos en las islas que más residuos de un tipo generaran. Si existiera una planta de tratamiento en Tenerife, podríamos llevar ese residuo desde el resto de islas”.

– ¿Cuál es el papel de la implicación de la empresa privada en el desarrollo de la economía circular?

“Tenemos muchas iniciativas que se quieren implantar en Canarias. Una de las cuestiones que hay que solucionar, algo que debe hacer el Gobierno de Canarias y las instituciones implicadas es disminuir la burocracia para lanzar esta estrategia de economía circular como política de futuro. Así evitaremos que se vayan a zonas de la Península para desarrollar esa actividad. Tenemos que ser capaces de hacer atractiva la generación de acciones empresariales en materia de economía circular así como el emprendimiento en esta misma materia. Es necesario crear un tejido financiero para que la gente pueda lanzar sus ideas innovadoras pero, nuevamente, entendiendo a Canarias como un territorio en conjunto, no como ocho islas”.

– ¿Cuál sería la primera medida a tomar?

“Es una pregunta compleja. En materia de economía circular, si ya sabemos las fracciones más importantes de residuos que llegan a nuestros eco-parques deberíamos activar la economía circular en todos ellos. Si hablamos de materia orgánica, que llega en gran volumen a nuestro vertedero, debemos ser ejemplares para generar metano, que proporcione autosuficiencia energética a nuestras plantas de tratamiento y, por otro lado, esa materia orgánica, acompañada de restos de poda, se use para hacer compost para nuestra agricultura. Eso se está empezando a hacer ahora con pruebas piloto para empezar a hacerlo. Otro sería crear cooperativas de compost en áreas urbanas. Otros residuos más gruesos, como demolición o escombros nos daría la opción de reutilizarlos y no tener que enterrarlos en un vertedero. Otras iniciativas deben ir destinadas a la agricultura y al ciclo del agua, para que el agua que gastamos podamos regenerarla y luego reutilizarlas en zonas verdes tanto de las ciudades como las medianías. Esta es una política a largo plazo, no a cuatro años vista. No podemos tener horizontes muy cortos en el cambio de una economía lineal a una circular”.

– La cultura de reparar los productos estropeados ha sido cambiada por la de tirar y comprar nuevo…

“Ya no se reutiliza sino se consume y se vuelve a consumir. Eso hay que cambiarlo. Aún siendo más económico comprar un material nuevo la salida del estropeado puede ser la de tener otra vida descomponiendo y creando otros productos. Eso hay que buscar: evitar generar ese residuo. Un ejemplo que suelo poner es la ropa. Antes la ropa pasaba de generación en generación, pues el textil es uno de los sectores que más impacto medioambiental genera y no tiene un modelo de economía circular”.

– Debe quedar claro que hay daños generados irreparables, que no hay un punto cero. ¿No es así?

“Yo siempre soy optimista. Hemos creado daño ambiental, pero, sobre todo los que son a escala más local, algunos son solucionables. Los que son a escala global son más complicados porque se necesita de una implicación global. Ahora bien, esto lo digo siempre: no hay cambio posible si o se invierte en personas. Tenemos capacidad técnica para hacer un montón de cosas en cuestión de economía circular, pero es necesario invertir en personas, porque son las que generan las ideas, las que buscan soluciones y las que desarrollan los proyectos. La mejor acción de la economía circular es poner a las personas en el centro”.

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