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El temporal marino castiga de nuevo con fuerza Garachico, pero la Villa y Puerto resiste

Las medidas de prevención adoptadas esta vez por todas las Administraciones permitieron afrontar con éxito las gigantescas olas de la borrasca Daniel; a falta de los posibles efectos durante la madrugada, el mal tiempo remitirá hoy
Un visor permitirá conocer el riesgo de inundación en Garachico
Temporal en Garachico. S.M.
Temporal en Garachico. S.M.

De las desgracias también se aprende, dice el refrán, por eso “más vale prevenir que curar”, reza otro. Por esta razón, dada la alerta por fuertes vientos y fenómenos costeros y teniendo en cuenta que hace un año Garachico vivió el peor temporal de su historia, el Ayuntamiento, junto con los cuerpos y fuerzas de seguridad, Protección Civil y Cruz Roja adoptaron ayer todo tipo de medidas para que, en caso de que el mar vuelva a cebarse con la Villa y Puerto, los daños sean menores que en noviembre de 2018.
Las previsiones eran que las olas pudieran superar los seis metros de altura, con una frecuencia muy rápida entre ellas, algo que aumenta el peligro. Sin embargo, el alcalde, José Heriberto González, consideró que no se llegó a esta dimensión pese a la fuerza que alcanzaron y a las imágenes espectaculares que brindaron, que provocó incluso que los más atrevidos se acercaran a la costa sin importarles el peligro. “Quizás porque la dirección era diferente parecían más espectaculares, pero no sé si llegaron hasta los seis metros”, declaró el mandatario.

El momento de mayor tensión se vivió entre las 19.00 y las 20.00 horas, “porque el agua subió más de lo previsto en algunas zonas y se complicaron un poco más las cosas, pero siempre dentro de un cierto control”, apuntó el alcalde. Así ocurrió en el tramo comprendido entre el antiguo empaquetado de plátanos de la FAST y el muelle antiguo, donde el agua llegó hasta la carretera. En un primer momento, se valoró cerrarlo, pero finalmente se descartó.

A diferencia del año anterior, hasta ayer por la noche no se habían registrado daños de consideración en el municipio, aunque es cierto que no se pudo entrar a la Avenida Marítima para comprobarlo. Hoy, cuando el mar amaine podrán hacerlo y valorar la situación, pese a que las medidas adoptadas tenían como objetivo tratar de minimizar los riesgos. En cualquier caso, se esperaba una noche larga, ya que a las 03.30 horas se preveía otra pleamar y, por ende, el peligro de que las olas volvieran a subir, aunque más fácil de controlar dado que a esa hora apenas hay gente en la calle y muy escaso tráfico dentro del municipio.

Igual que en anteriores ocasiones, una de las medidas que se pusieron en marcha fue el cierre de la Avenida Marítima sobre las 11.00 horas. También el campo de fútbol, utilizado como aparcamiento provisional y las calles interiores y se colocaron las señales de no estacionar.

Asimismo, se instalaron vallas que impedían el acceso hacia las zonas de riesgo, que se mantendrán hasta el mediodía de hoy, ya que según la Agencia Estatal de Meteorología todavía habrá rachas de viento fuerte. Hubo algunos curiosos que no pudieron evitar acercarse para disfrutar de la magnitud del oleaje.
Otra disposición fue la de avisar en reiteradas ocasiones a los propietarios de los negocios situados en la Avenida Marítima para que retiraran las mercaderías y el mobiliario urbano. La misma comunicación se les brindó a las personas que residen en los edificios allí situados aconsejándoles que, en la medida de lo posible, se trasladaran hacia residencias familiares mientras durara el temporal.

Además de activarse a todo el personal municipal, el grupo de gobierno se mantuvo en contacto con los responsables de las administraciones superiores desde el inicio de la alerta, dada el pasado viernes.
El árbol de navidad colocado en el muelle viejo, se cambió de lugar, se quitaron todos los elementos del belén de la Cueva de la Bahía y la iluminación del Castillo San Miguel.

Según José Heriberto González, después de lo ocurrido el año pasado “la gente es más consciente de los riesgos, se moviliza más rápido y las labores de prevención, por lo tanto, se hacen con mayor facilidad”.

El año pasado, el temporal afectó a 15 comercios y hubo que evacuar dos edificios, casi unas 40 viviendas. Por eso, en esta ocasión, para minimizar los riesgos, se optó por decirles que se mantuvieran fuera de sus viviendas.

Coordinación

El alcalde subrayó que era “la primera vez que ha habido tantas fuerzas de seguridad implicadas y tanta coordinación entre ellas, además de tener la colaboración del Gobierno de Canarias y del Cabildo de Tenerife. Se ha avanzado mucho en seguridad y la boya de control del oleaje va detectando, cada vez de manera más fiable, lo que puede pasar”. Además, una vez que se decidió que la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias emitiera los avisos de alertas o prealertas exclusivamente para Garachico, “hizo que se destinaran los medios necesarios de otras administraciones, sobre todo del Gobierno central”.

Ayer, también por primera vez, se celebró una Junta Local de Seguridad a las 09.30 horas para coordinar los medios y las actuaciones. “Todo eso ha hecho que nos sintiéramos más arropados porque antes en Garachico estábamos muy solos a la hora de afrontar un temporal de magnitud”, sentenció González.

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