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La historia de Seba Kurtis, el fotógrafo que trasladó Tenerife a China a través de su experiencia como inmigrante ilegal

Dos de sus obras, protagonizadas por paisajes tinerfeños, se exhiben actualmente en el 'Festival Internacional de Fotografía de Lianzhou', una de las citas fotográficas más reconocidas del mundo
Seba Kurtis, fotógrafo argentino. | FOTO: Seba Kurtis

Hace casi dos décadas que Seba Kurtis de 45 años abandonó su país de origen con el propósito de buscar un futuro mejor. Transcurría el año 2001 en Argentina y la crisis política, económica y social se había instaurado para desestabilizar por completo la sociedad, potenciada, aún más si cabe, por una revuelta popular que propició la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa. El 19 de diciembre se declaró el estado de sitio y esa misma noche fueron asesinados 39 manifestantes, entre ellos, 13 adolescentes.

Fue entonces cuando un veinteañero Seba Kurtis huyó de la inestabilidad para trasladarse al denominado viejo continente. Y tras vivir en diferentes ciudades europeas de Italia y España, donde nunca llegó a encajar laboralmente, fue Canarias el lugar que le brindó a este fotógrafo argentino una segunda oportunidad, concretamente, Tenerife. “Guardo mis recuerdos en la Isla muy cerca de mi corazón ya que allí pude empezar de nuevo”, ha declarado a DIARIO DE AVISOS Seba Kurtis, quien por aquel entonces aún no podía vivir de su pasión: la fotografía. Pese a que el artista está afincado ahora en la ciudad británica de Mánchester, donde cursó sus estudios, “finalmente pude traer a mi familia a la Isla, que está instalada en el Sur desde hace tiempo, y no pasa un año sin que vaya a Tenerife; es mi lugar favorito para relajarme, tomar unas cañas en la playa, disfrutar del Carnaval… ¡lo tiene todo!”.

Durante sus primeros años en el Archipiélago, Seba Kurtis trabajó en la construcción, en concreto, en lo que hoy en día se conoce como el Hotel Villa Cortés, ubicado en la zona de Playa de Las Américas. “Allí compartí vivencias con inmigrantes ilegales de Nigeria y Senegal que me contaban cómo había sido su terrible travesía en patera”, explica el argentino, quien hasta entonces “creía que mi vida había sido difícil”. Una experiencia que impulsó al argentino a crear en 2008 su primera obra, a la que llamó Drowned (ahogado, en español), a través de la que contó experiencias de inmigrantes ilegales en Canarias, incluida la suya propia. Posteriormente, el fotógrafo contrajo matrimonio con una italiana en Tenerife, donde ya se encontraba muy cómodo y “sabía que era mi lugar”. “Comencé a plasmar con mi cámara paisajes marcados por la inmigración en Tenerife, como Los Abrigos, donde por aquella época llegaban casi a diario pateras y cayucos, o la playa de Las Vistas, donde estas mismas personas sin recursos trataban de subsistir vendiendo artículos falsificados”, indica. De hecho, el artista sumergió los negativos en el mar antes de revelarlos, tal y como se aprecia en el siguiente vídeo, como homenaje a todas las personas que pierden la vida en aguas del Atlántico.

Seba Kurtis ideó otro de sus proyectos más reconocidos con el estallido de la crisis inmobiliaria española, en esta ocasión, denominado Paraíso. “Quise plasmar la problemática de los desahucios en Tenerife con el concepto de paraíso que, a su vez, se ha tenido siempre de la Isla, fotografiando panorámicas de El Médano, Los Gigantes o Playa Paraíso”, afirma el profesional.

Actualmente, está inmerso en su nueva apuesta que será, probablemente, una de las más especiales ya que está dedicada a su padre, a quien en el sur de Tenerife muchos ya conocen como Messi. “Mi viejo tuvo una infancia muy dura y siempre ha tenido que reinventarse para sacar adelante a su familia, incluso, cuando era tan solo un niño de cinco años”. Ahora, Seba Kurtis quiere dedicarle una obra fotográfica durante los últimos años de su vida cuando paradójicamente, con 70 años, dejó atrás la Argentina más vulnerable gracias al esfuerzo económico de su hijo. “Es hermoso caminar junto a mi padre por las playas del Sur; él es mi inspiración”.

Festival Internacional de Fotografía de Lianzhou

Un amor por la Isla que el fotógrafo ha trasladado hasta China, donde exhibe actualmente los paisajes tinerfeños más emblemáticos captados por su humanitario objetivo en el Festival Internacional de Fotografía de Lianzhou, una de las exposiciones fotográficas más reconocidos del mundo. Esta XV edición, cuyo tema ha sido Una oportunidad para lo impredecible, cuenta con los citados proyectos del argentino -entre otros 50 profesionales- que desarrolló en Tenerife: Drowned y Paraíso. “El paisaje de Tenerife me atrajo desde el primer momento; es casi como de otro planeta”, asegura el artista, quien reconoce que la Isla le inspira mucha energía en su trabajo, basado asiduamente en la “combinación perfecta entre el paisaje y lo humano”. La cita artística se celebra cada año en Lianzhou, una pequeña localidad china situada en la zona montañosa del norte de Guangdong, al sur del país.

Asimismo, el autor argentino también exhibe en estos momentos otras de sus obras tinerfeñas en la Galería Christophe Guye, situada en la ciudad de Zúrich (Suiza), mediante una exposición colectiva denominada Land Scope. La presentación muestra una selección de artistas, entre ellos Seba Kurtis, Jun Ahn, Bae Bien-U o Balthasar Burkhard, que utilizan diferentes enfoques y técnicas para ofrecer una visión singular dentro del campo de la fotografía de paisaje contemporánea.

Seba Kurtis es de esos afortunados que vive de su pasión desde hace unos 12 años y clasifica su trabajo dentro del género documental-ficción, basado generalmente en temas de conflicto de los que suele documentarse en profundidad. “Mis obras comienzan con vivencias personales y son casi autobiográficas”, dice el retratista de uno de los problemas sociales que vuelve a preocupar a Canarias ante el repunte de pateras estos meses en unas aguas donde, cada día, alguien pierde sus sueños, su anhelo, su vida…

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