Por Laura Afonso
La segunda jornada de la Cumbre del Clima de la ONU en Madrid nos deja datos preocupantes, presentes en el informe anual sobre el estado del clima que hizo público la Organización Meteorológica Mundial (OMM) este martes. Según el mismo, las temperaturas medias registradas para el periodo entre 2010 y 2019 son las más altas jamás registradas. Por si fuera poco, y a falta aún de cerrar el presente año, esta organización advierte de que es probable que sea el segundo o tercer año más cálido desde 1850, cuando se conocen los primeros registros.
Petteri Taalas, secretario general de la OMM, ha puesto de manifiesto este martes que el presente año pone fin a una década de calor excepcional, pérdida de hielo y, en consecuencia, el aumento del nivel del mar por el calentamiento global provocado por los gases de efecto invernadero expulsados a la atmósfera.
Y ofrece datos ya conocidos. El que más preocupa a la comunidad científica es que de enero a octubre la media de la temperatura del planeta ha estado aproximadamente 1,1 grados centígrados por encima del periodo preindustrial. Se suma que las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera llegaron a un nivel nunca antes registrado de 407 partes por millón en 2018, cuando los expertos ya habían advertido hace años que sobrepasar las 400 partes sería alcanzar el temido punto de no retorno.
El informe constata que, desde 1993, con las primeras mediciones satelitales, la subida del nivel del mar se ha acelerado a causa de la fusión de los mantos de hielo de Groenlandia y la Antártida. Taalas habla de la situación de Groenlandia como irreversible, que tendrá unas consecuencias dramáticas. Por si fuera poco, los océanos absorben el calor y el dióxido de carbono, y ello acarrea graves consecuencias. El calor acumulado en las aguas oceánicas ha alcanzado niveles sin precedentes y se han producido olas de calor marinas generalizadas. La acidez del agua del mar ha aumentado un 26% desde el inicio de la era industrial. Como resultado, ecosistemas marinos de vital importancia se están degradando.
“Si no adoptamos medidas urgentes para combatir el cambio climático ahora, todo apunta a un aumento de la temperatura de más de 3°C de aquí a finales de siglo, y sus consecuencias para el bienestar de la humanidad, serán todavía más perjudiciales”, sentencia Peteri Taalas. Por desgracia, las naciones están muy lejos de cumplir con lo acordado en el Tratado de París.
Gustavo Matos
El presidente del parlamento de Canarias y de la Conferencia de las Asambleas Legislativas Regionales de Europa (CALRE), Gustavo Matos, participó este martes en el encuentro No Planet B Latino Summit, que tuvo lugar en el escenario central de la Green Zone de esta COP25. Matos subrayó el papel crucial de los parlamentos europeos con capacidad legislativa en la lucha contra el cambio climático, y que representan a 200 millones de habitantes.
El presidente de CALRE, que ha sido el primero de los representantes de las instituciones canarias en intervenir en la cumbre, insistió en que el proyecto europeo pasa, de manera inevitable, por las regiones. “Lo mismo sucede con la política europea de lucha contra el cambio climático: o se hace con las regiones y administraciones locales o será aún más complicado”.
El presidente de la Cámara autonómica canaria también reconoció que regiones como la nuestra son más vulnerables a los efectos del calentamiento global. Y lo es por las consecuencias del incremento del nivel de los océanos, el aumento de temperaturas, por tener unos equilibrios naturales muy potentes, pero también muy débiles, y por poseer una economía basada en el sector turismo, que también se ve seriamente amenazado. Por eso, “Canarias tiene mucho que aportar, venimos a participar unos de otros y que esto sirva para que aquellos países que, como EE.UU, se han bajado del carro, recapaciten y sean sus propios ciudadanos quienes les exijan cambiar sus políticas medioambientales”, dijo.
Salud y turismo ante el cambio climático
Esta segunda jornada de la COP25 sirvió para debatir sobre los sistemas de salud de los países y como estos deben comenzar a cambiar sus planteamientos al respecto por culpa del calentamiento global. El aumento de las temperaturas en el planeta hace que surjan enfermedades tropicales en países donde nunca antes se habían registrado, caso del dengue. Es solo una de las conclusiones presentadas, en el marco de esta cumbre, por la Organización Mundial de la Salud, dentro de su encuesta sobre salud y cambio climático, en la que han participado 101 países. Entre sus evidencias se encuentra que los países están priorizando, cada vez más, el cambio climático y la salud, y la mitad de los encuestados han desarrollado un plan nacional.
Es preocupante, sin embargo, que únicamente el 38% de los encuestados cuente con recursos financieros para ejecutar, aunque solo sea parcialmente, su estrategia nacional, y menos del 10% destine recursos suficientes para su plena ejecución. Según dijo Tedros Adhanom, director general de la OMS, “el cambio climático no es solo una factura que deberán pagar las generaciones venideras, sino que se está pagando ya a través de la salud de las personas. Por eso, señala que es un imperativo moral que los países dispongan de los recursos necesarios para luchar contra el cambio climático y salvaguardar la salud actual y futura.
Según dicha encuesta, prácticamente la mitad de los estados participantes (el 48%) han llevado a cabo una evaluación de los riesgos climáticos para la salud pública. Los riesgos más comunes han sido el estrés térmico, las lesiones o la muerte, causados por fenómenos meteorológicos extremos, así como las enfermedades de transmisión vectorial, alimentaria o hídrica. Contrasta con esto que dichos resultados no hayan activado una respuesta en el 60% de los casos, ya que dichas evaluaciones han tenido poca o ninguna influencia sobre la asignación de recursos humanos y financieros para proteger la salud de sus ciudadanos.
En otra sala de convenciones se celebró una mesa de debate sobre la transformación del turismo para la acción climática, con representantes políticos de España, Francia, Argentina o Seychelles, y presidida por la Organización Mundial de Turismo. Dirk Glaesser, director de desarrollo sostenible del Turismo en esta entidad, dependiente de la ONU, fue el encargado de presentar el estudio sobre transporte y emisiones de CO2 en el sector turístico, que suponen el 5% del total mundial. Sin embargo, y de cara a 2030, el informe calcula que podría haber 35.600 millones de visitantes internos o locales (aquellos que realizan viajes cortos), a lo que se suma que el turismo podría crecer hasta suponer el 11,5 % del PIB mundial, algo que provocaría que el 21% de las emisiones contaminantes se produciría por el transporte turístico.
El secretario ejecutivo adjunto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Ovais Sarmad, afirmó que ese porcentaje de gases emitidos podría disminuir con el trabajo conjunto de los implicados para tomar medidas ambiciosas.