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Las tormentas tropicales serán cada vez más frecuentes en Canarias

Distintas investigaciones ponen de manifiesto que el calentamiento del mar próximo a las Islas actúa de imán de estos fenómenos destructivos que antes pasaban muy lejos del Archipiélago; el recuerdo del Delta invita a adoptar medidas de prevención

Cada vez será más frecuente que tormentas tropicales, como la del Delta en 2005, pasen cerca del Archipiélago canario. Estos fenómenos meteorológicos tienen su origen en la temperatura de la superficie del agua, que, cuando aumenta, provoca la evaporación y esta, a su vez, hace que las tormentas crezcan en tamaño y fuerza. En un contexto en el que la subida de la temperatura global se sitúa ya en 1’1ºC más desde la época preindustrial, hecho que ha centrado la Cumbre Mundial del Clima (COP25) celebrada hasta el pasado viernes en Madrid, es evidente que el calentamiento de los mares supone una amenaza para archipiélagos como el canario.

Precisamente, en la COP25, los Gobiernos tenían el reto de tomar medidas para que, antes del año 2.100, la Tierra no supere la subida de 1’5ºC. Si se cumplen estas predicciones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), expertos como el geógrafo e investigador Abel López aseguran que habrá dos cosas claras, que Canarias se verá afectada por estos fenómenos en las próximas décadas y que cada vez serán más frecuentes.

La DANA que afectó con fuerza a la Península Ibérica, y en menor medida a las Islas, la semana pasada, es también ejemplo del cambio climático. “Fenómenos así no eran habituales en estas épocas, pero ahora el mar Mediterráneo está más caliente que lo que solía”, explica López. El calor, expone el investigador, influye, además, en la trayectoria que toma este tipo de fenómenos, porque se mueven en función de la temperatura de las aguas.

Las tormentas tropicales solían seguir un mismo patrón. El experto José Luis Martín Esquivel, coautor de un libro publicado recientemente sobre los impactos del cambio climático en las Islas (Cambio climático en Canarias. Impactos, Gobierno de Canarias / Turquesa ediciones), explica a DIARIO DE AVISOS que estos fenómenos se suelen originar en las aguas cálidas tropicales, al sur de Canarias, y avanzan normalmente hacia el Caribe para luego, desplazarse hacia Europa por el norte de Gran Bretaña. “Lo que está pasando es que algunas tormentas se están moviendo hasta el centro del océano e incluso formándose allí, por lo que la probabilidad de que pasen cerca de Canarias está aumentando”.

El fenómeno meteorológico más fuerte al que se ha enfrentado el Archipiélago se produjo en 1826, se cree que pudo tratarse de un ciclón tropical, también llamado huracán, que dejó en Tenerife en torno a 300 muertos. El geógrafo y experto en la reducción de riesgos ante desastres Pedro Dorta no descarta que un ciclón como el de 1826 se pueda volver a dar en Canarias, pero desecha pronósticos catastróficos como que “vaya a ocurrir de forma muy habitual o que las Islas se vayan a hundir” y aclara que en comparación con aquella época, los sistemas de predicción son muy avanzados y permiten mantener informada a la población para prevenir riesgos.

El aumento de tormentas tropicales que pasan cerca de Canarias, en el Atlántico Norte, ha sido constatado por los meteorólogos Weinkle, Maue y Pielke que han realizado un histórico en el que se enumeran la cantidad de tormentas y huracanes detectados en este mar desde 1970 hasta el 2012.

Del estudio se extrae que 2005 fue el año en el que más fenómenos de este tipo se registraron. El agua del mar estaba más caliente de lo habitual y diferentes tormentas se apartaron de su trayectoria típica, el tránsito de Cabo Verde al Caribe, deambulando por el centro del océano Atlántico. Una de ellas fue, precisamente, la tormenta tropical Delta.

Consecuencias millonarias

Los investigadores Pedro Dorta y Abel López son autores de un estudio publicado en octubre de 2018 y centrado en cuantificar el coste económico de los últimos fenómenos atmosféricos que han afectado a Canarias. Los dos más cuantiosos han sido el Delta, que supuso pérdidas por el valor de 88 millones de euros en todo el Archipiélago, y las riadas de 2002 que provocaron daños por 43 millones de euros, según lo estipulado por el Consorcio de Compensación de Seguros. En total, los daños asociados a episodios de origen climático en las Islas ascienden a 270 millones de euros, repartidos en 45.934 siniestros. Estas cifras se limitan al pago de indemnizaciones a afectados, por lo que si se incluyen los daños originados a sectores como el agrario, las pérdidas son incluso mayores.

En una investigación diferente, dirigida a conocer en profundidad las consecuencias del huracán de 1826 y en el que también participa Dorta, se descarta que aquel ciclón tropical tuviera su origen en el cambio climático por las fechas preindustriales en las que se originó y porque constan fenómenos similares previos. No obstante, en sus conclusiones se apunta que los efectos del cambio climático “podrían aumentar estos riesgos”.

En el caso de aquella tormenta de 1826, se sabe que sus efectos en las Islas fueron noticia en todo el mundo y que dejó pérdidas tan cuantiosas que incluso la corona británica ofreció ayuda económica.
Las pérdidas económicas en Canarias se intensifican, además, por sectores. En el caso de la tormenta tropical Delta, las ayudas al sector agrario ascendieron a 6’9 millones de euros.

IMPACTO EN EL TURISMO

El sector turístico, que supone para el Archipiélago en torno al 40% de su PIB y un 30% de los empleos, es también muy frágil a los fenómenos meteorológicos adversos, segun explica López, quien se encuentra inmerso en un proyecto sobre inundaciones en emplazamientos turísticos, junto al geógrafo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Pablo Meyer.

Asimismo, Dorta advierte que el sector turístico se podría ver perjudicado en los próximos años por varios motivos, como la subida del nivel del mar que afectará a las costas, y las medidas políticas que puedan tomarse para penalizar el uso del avión y mitigar así las emisiones de CO2. “Tenemos que pensar en cómo llegan los turistas al Archipiélago, que es en un 99% por avión, así que si se ponen impuestos a volar, es evidente que nos afectará”, sentencia.

evaluar riesgos y prevenir daños

Las acciones de mitigación, dirigidas a reducir las emisiones de CO2, y las de adaptación, encaminadas a proteger a la población de los daños relacionados con el calentamiento global son los enfoques prevalentes para abordar el cambio climático.

En la línea de la adaptación y con el objetivo de buscar medidas para disminuir al máximo el impacto del calentamiento global en sectores de vulnerabilidad, trabajan los investigadores Pedro Dorta y Abel López, de la Cátedra de Reducción de Riesgos ante Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna.

En Canarias, la vulnerabilidad hace referencia a factores como la fragilidad de las infraestructuras y la ocupación de sectores con riesgo elevado de inundación, como el frente marítimo de Santa Cruz de Tenerife, que en 1999 tras un temporal, sufrió pérdidas por 14 millones de euros, afirmó Dorta. A su vez, López explica que las amenazas del cambio climático han sido ampliamente estudiadas, y ahora toca dar un paso más “haciendo esa evaluación de riesgos”.

Hasta seis grandes tormentas en lo que va de siglo cerca de Canarias

Delta (2005), Vince (2005), Otto (2010), Gordon (2012), Nadine (2012) y Leslie (2018), son las seis tormentas tropicales que más cerca han pasado del Archipiélago en este siglo. El Delta, la que más se aproximó, registró vientos de 250km en el Parque Nacional del Teide.

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