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Nenad Markovic: “El mundo se ha vuelto loco porque nacionalistas y fascistas gritan más que los que queremos vivir en paz”

Su vida estuvo marcada por la Guerra de los Balcanes, que le obligó a dejar atrás a su amada y multicultural Sarajevo por no querer “disparar” a ninguno de sus amigos. Todo aquello ha hecho de Nenad Markovic un hombre con gran talante, que defiende siempre la tolerancia, hasta en estos tiempos de populismo nacionalista y cierta oscuridad que, reconoce, le dan verdadero “miedo”
Nenad Markovic | FOTO: Fran Pallero

Dirigió al Iberostar Tenerife durante varios meses de la temporada 2017/2018 hasta que fue destituído. Aprendió de todo aquello porque, como él mismo dice, de eso trata la vida. Y de vida sabe mucho. La suya estuvo marcada por la Guerra de los Balcanes, que le obligó a dejar atrás a su amada y multicultural Sarajevo por no querer “disparar” a ninguno de sus amigos. Todo aquello ha hecho de Nenad Markovic un hombre con gran talante, que defiende siempre la tolerancia, hasta en estos tiempos de populismo nacionalista y cierta oscuridad que, reconoce, le dan verdadero “miedo”.

– Curiosamente, vuelven a encontrarse los caminos de Nenad Markovic y CB Canarias con un equipo, el insular, que necesita la victoria.
“En cuestión clasificatoria es más importante para ellos, pero nosotros también queremos jugar un buen partido, porque luego nos enfrentaremos a Fenerbahce y llevamos mucho tiempo sin tener el equipo completo. En el aspecto mental es importante para nosotros porque jugar ante equipos buenos y grandes como Iberostar Tenerife nos preparará para la segunda vuelta de la liga turca. No vamos mal, pero si queremos estar en play-offs tendremos que ganar algún partido inesperado”.

– Pero, más allá de que su equipo no se juegue nada clasificatoriamente hablando, por su ambición, lo tratará con la máxima importancia…
“Como si fuera el más importante del año. Queremos jugar lo mejor posible contra uno de los favoritos en esta Champions, más aún tras el fichaje de White, porque lo necesitamos después de perder partidos en los últimos instantes o teniendo que jugarlos mermados por las lesiones”.

– En la Isla se les escapó el partido de manera sorprendente.
“Fue el mejor partido nuestro en la Champions pese a las bajas de Vasiliauskas, Hagins y Haciyeva. Nos quedamos con un sabor malo, perdiendo luego de 20 contra Banvit porque el duelo de la Isla nos afectó. En posiciones como la de base y escolta hemos sufrido mucho, teniendo que jugar tres partidos a la semana, pero es cierto: en Tenerife jugamos el partido más serio hasta la fecha en este torneo”.

– ¿Ve favorito al Canarias para ganar la Champions?
“Es uno de los mejores equipos junto con AEK y Hapoel Jerusalén. Claro que siempre pueden haber sorpresas, pero ahora, con las eliminatorias a tres partidos, aunque puede resultar una trampa perder el primer duelo en casa y luego ir fuera, los primeros clasificados tienen una ventaja merecida. En mi opinión, sin olvidar Burgos y Zaragoza, sobre todo estos últimos, Canarias, AEK y Hapoel son los máximos favoritos al triunfo”.

– ¿Mantiene contacto con miembros del CB Canarias?
“Sí, nos vamos a ver hoy (por ayer). En nuestro trabajo lo que me pasó a mí le pasa a mucha gente. Las cosas dan muchas vueltas en este negocio. Separamos nuestros caminos porque tenía que ser así, pero yo no guardo ningún rencor al club y siempre me alegro de verlos”.

– ¿Le sorprendió su destitución?
“No, pero pensaba que no iba a ocurrir en ese momento. Había un parón en liga y yo tenía claras aquellas cosas en las que había cometido errores y que tenía que cambiar. No me quedé muy sorprendido, pero pensaba que iba a tener más tiempo para intentar arreglar la situación. El club hizo lo que tenía que hacer porque siempre digo que ellos tienen que hacer lo que crean que es mejor para la entidad. No se han equivocado, han seguido trabajando y yo tampoco, porque he seguido en este club, Gaziantep. Mantenemos el respeto, las amistades y, como digo, la vida sigue”.

– Usted nunca tuvo una mala palabra en Tenerife, ningún gesto feo ni ninguna crítica pública a sus jugadores.
“Es mi forma de ser. A lo largo de mi carrera como entrenador nunca he culpado a los árbitros por perder un partido, si tengo que decir algo lo digo a la cara. Jamás señalo a un jugador en la prensa, si tenemos que hablarlo lo hacemos en la pista o en mi despacho porque creo que así debe ser un entrenador: un líder para el equipo”.

– ¿Cambiaría algo de lo que hizo durante su etapa al frente del Iberostar Tenerife?
“Sí, claro. Soy perfectamente consciente de aquellas cosas que no hice bien en la Isla como técnico. Cuando llega un entrenador jefe a un sitio tiene que ir con los deberes hechos y con su filosofía clara. Me equivoqué al adaptar un sistema que ya estaba, que había dado sus frutos y que mantenía a la mayoría de jugadores. No creo que fuera una equivocación, pero no me dejó ser yo mismo y pensar de manera más clara. Cambiaría eso, pero no lo considero un error tremendo, porque podía haber cambiado cosas y que los resultados no hubieran llegado y terminar de igual forma. En esta vida se aprende de los errores y se continúa trabajando”.

– Cuando llegó a Tenerife nos fascinó su historia, la de un hombre que huye de su país al estallar la guerra porque se negaba a disparar a sus amigos, como usted mismo dijo. ¿En qué ha influido al Markovic jugador y entrenador aquella terrible experiencia?
“Crecer en Sarajevo era más duro que crecer en Zagreb o Belgrado, porque Sarajevo mezclaba todas las culturas, algo que te ayuda. Me ha ayudado, porque luego he vivido en sitios tan dispares como Grecia, España o Turquía cada uno con su cultura y sus religiones. Siempre me he adaptado muy bien a cada sitio, sacando adelante todas las situacionesa a las que me he enfrentado y puedo decir que mantengo amistades en cada país. Sarajevo adoptó a mucha gente desde hace muchísimos años por ser multicultural, por eso pagó un precio muy caro, porque los nacionalistas no querían que fuéramos tan tolerantes y que nos lleváramos tan bien para dividirnos, para hacer ver que los nacionalistas tienen más poder que la gente normal, la gente de la calle que, por cierto, no es verdad. Tener que hacer mi propio camino me hizo más duro, me enseñó a no rendirme nunca. Mi carrera ha tenido momentos muy buenos y otros en los que no tenía dinero para comer o para ayudar a mi familia cuando me fui de mi país. También jugué Euroliga con tres equipos distintos y como entrenador he disfrutado de momentos muy buenos y otros complicados, pero saliendo de todas las situaciones. Salvamos al Drama griego cuando íbamos últimos y luego fuimos quintos, que supuso el mejor resultado en la historia del club con el presupuesto más bajo del torneo, o también Gaziantep, al que salvamos del descenso y luego logramos el mejor resultado de su historia o Trabzonspor, que iban últimos al llegar y acabamos jugando la Final Four de la Eurochallenge. He estado en la mierda, pero por no rendirme nunca, por no dar nada por perdido, he sabido salir. Hay entrenadores que no han estado en esa situación y no es muy fácil”.

– Usted huye de nacionalismos y de posturas radicales, porque lo ha sufrido en sus propias carnes. ¿Cómo ve el auge en Europa de posturas nacionalistas o abiertamente xenófobas?
“Me pone muy nervioso leer algunos artículos en los medios o escuchar a personas nacionalistas la forma en la que quieren construir un mundo para ellos para que nosotros, los otros, o gente que consideran distinta, queden fuera. Ahora si dices que eres socialdemócrata te llaman comunista como un insulto. ¿Es mejor ser fascista? Si miramos la historia ya sabemos lo que hicieron los nacionalistas y los fascistas y lo que hicieron los socialdemócratas y comunistas y creo que es un poco diferente. Yo crecí en una familia muy mezclada, con personas profesando distintas religiones en las que el respeto ha estado por encima de todo. Mis padres me enseñaron a que viera si la persona era buena o no por encima de razas y religiones y eso es lo que intento transmitir a mis hijas. El mundo se ha vuelto loco porque esos que son nacionalistas o fascistas gritan más que los que queremos vivir de una manera normal, sin mirar quién es quién; quieren el mundo para ellos. De verdad, tengo miedo, creo que vamos por el camino de que esto sea un problema muy grave en un futuro cercano”.

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