El talento de darle una segunda vida al plástico para evitar su proliferación en los ecosistemas marinos ha llegado al Archipiélago de la mano de asociaciones altruistas que buscan aportar su granito de arena en una panorama desolador. Entre ellas, destaca Precious Plastic Canarias, una iniciativa ideada en 2013 por el diseñador holandés Dave Hakkens a la que se ha sumado un grupo de canarios que desde hace unos dos años trabaja en la reutilización de este material contaminante en las Islas gracias a una campaña de crowfunding.
Llaveros, peines, carcasas para móviles y hasta medallas y trofeos deportivos son algunos de los objetos que esta organización ha elaborado con residuos plásticos en su propio taller de reciclaje casero. Un espacio compuesto por cuatro máquinas que trituran, almacenan -por colores y texturas-, extraen fibras y funden el material para su posterior aprovechamiento. “Crear el taller ha sido lo más complicado para nosotros debido al elevado coste de las piezas y a la escasez de soldadores dispuestos a ayudarnos con el desarrollo de las máquinas”, ha declarado a este periódico Fran, uno de los fundadores de Precious Plastic Canarias. “Afortunadamente, un año después conseguimos poner las máquinas en funcionamiento”, dice.
Los productos, que oscilan entre los 4 y los 50 euros, pueden adquirirse en internet a través de sus redes sociales, y en mercadillos sostenibles en los que suele participar el conjunto de ecologistas, como el festival Hidrosfera, Slow Market o Boreal. “En un futuro nos gustaría fabricar mobiliario e incluso joyas”, afirma el tinerfeño. Actualmente, colaboran con otras asociaciones medioambientales que proveen el plástico gracias a otro tipo de acciones desinteresadas, sobre todo, las llevadas a cabo en las limpiezas voluntarias de playas canarias. Tal es el caso de Canarias Libre de Plástico, Océano Libre Tenerife, Avanfuer (Fuerteventura) o Aglayma (La Gomera), entre otros.
Y es que si hay algo que define a esta organización, es su afán por mantener el contacto con otro tipo de colectivos con el propósito conseguir una máxima visibilidad, y así concienciar a la población acerca de uno de los problemas medioambientales más preocupantes de la actualidad. “Hemos participado en el festival de sostenibilidad EcoFest, en jornadas sobre medio ambiente organizadas por la Universidad de La Laguna y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria e incluso ganamos un premio nacional sobre proyectos sostenibles por los supermercados de alimentación ecológica Veritas”, cuenta.
Los integrantes de Precious Plastic Canarias se han fijado como próximo objetivo ser económicamente independientes, ya que ninguno se dedica en exclusiva a la causa. “Lo hacemos como pasatiempo y como necesidad para nuestro modelo de consumo”, explica Fran, quien junto a sus compañeros ha enviado “cientos de correos electrónicos a ayuntamientos, concejalías e instituciones de la Isla explicando el proyecto”. “También nos gustaría contar con el apoyo tanto de grandes embotelladoras como de supermercados; creo que es parte de su responsabilidad apoyar iniciativas como la nuestra”, sostiene.
No obstante, al ser preguntado sobre si vale la pena la dedicación, reconoce de forma tajante que “sí porque nos da esperanza ante la catástrofe ecológica que supone la introducción del plásticos en los ecosistemas; nuestra meta primordial es darle valor para que no se introduzca en los ecosistemas”.