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Julio Pérez, consejero de Sanidad: “No es descartable que en los próximos meses se produzca otra ola de contagios, pero estaremos mejor preparados”

Julio Pérez Hernández (Santa Cruz de Tenerife, 1950), es hoy por hoy una figura clave para Canarias, que se enfrenta a uno de los momentos más delicados de su historia
Julio Pérez, consejero de Sanidad. | FOTO: Sergio Méndez

Más de uno se sorprendió con su regreso al Gobierno de Canarias cuando la realidad era que goza de toda la confianza del actual presidente regional, quien no dudó en recurrir a sus servicios primero como consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, luego como portavoz del Ejecutivo autonómico y, lo que aún resulta más significativo, como inesperado responsable de la Sanidad canaria en pleno arranque de la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19. Julio Pérez Hernández (Santa Cruz de Tenerife, 1950), es hoy por hoy una figura clave para Canarias, que se enfrenta a uno de los momentos más delicados de su historia.

-Teniendo en cuenta que ya ejercía importantes responsabilidades gubernamentales, ¿hay que tener mucho valor para aceptar un cargo como el de consejero de Sanidad justo en plena crisis por la Covid-19?
“Hay preguntas a las que, por responsabilidad, uno no puede responder que no. En tiempos así, yo no podría haber convivido con una negativa al presidente del Gobierno, aunque reconozco que, cuando me lo planteó, tuve dudas de si era una propuesta que yo debería aceptar o no. Pero si el presidente [Ángel Víctor Torres] me hace esa propuesta, tengo que aceptarla. Indirectamente, también cuenta la satisfacción de comprobar que tengo su confianza. Realmente, había poco margen para cualquier cosa que no fuera aceptar el nombramiento como consejero de Sanidad”.

-¿No es difícil de explicar un relevo como el de Teresa Cruz Oval, justo en un departamento como ese y con la que está cayendo?
“Cuando me hacen esa pregunta, que no evito en absoluto contestarla, recuerdo que esto pertenece al mundo de las relaciones entre el presidente y sus consejeros, donde nadie más puede entrar. Los consejeros forman parte del equipo del presidente, y el entrenador saca a jugar a quien en cada momento le parece que es necesario que juegue, y los jugadores no pueden estar decidiendo sobre eso porque no les toca, no es su trabajo. El trabajo de los jugadores es jugar en el campo, así que a mí, como al resto de los consejeros, no me corresponde enjuiciar una decisión que es del presidente, que es el único que puede ejercer esa responsabilidad. Mi obligación, si acaso, es lograr que el relevo no produzca sobresaltos en la gestión del servicio público”.

-Lo cierto es que nombramientos en la Consejería de Sanidad de personas procedentes del anterior gabinete, que controlaba Coalición Canaria, como Conrado Domínguez e Ignacio López Puech, no han sentado nada bien en algunos sectores del PSOE tinerfeño…
“Conrado Domínguez es coordinador del equipo de expertos del comité de crisis, y en consecuencia no tiene relación directa con la prestación de los servicios, y el resto de los nombramientos, tanto el de Salud Pública [José Juan Alemán] como el del gerente [en referencia a López Puech, ahora director del Área de Salud de Tenerife] han sido motivados, algunos, en el deseo expreso por parte de los afectados en ser relevados, y, en segundo lugar, se eligen a personas que fueran conocedoras de la administración sanitaria y respetadas en ese ámbito. Yo no tengo ninguna noticia de que a algún sector le haya sentado bien o mal. Puede ser que así sea, pero a mí nadie me ha dicho nada. Lo que se ha buscado es una integración normal de las personas que se han incorporado al equipo de dirección. Ahora mismo, la mayor parte de dicho equipo procede del anterior con alguna sustitución solicitada, insisto, por los relevados, con la salvedad de Salud Pública, que ha sido una decisión mía. Hay personas del equipo anterior a los que he retenido como asesores, lo que prueba que no ha habido ninguna limpia ni corte de cabezas generalizado”.

-Ya sobre la pandemia, mañana lunes es un día señalado ante las variaciones en las restricciones por el estado de alarma. ¿Se puede decir que estamos ante el principio del desconfinamiento?
“No sé qué nombre le podríamos dar. El confinamiento, desde luego, sigue. Algunas restricciones que se habían impuesto para estos últimos 15 días terminan, y algunas actividades económicas que en esos días habían sido imposible llevar a cabo se podrán reanudar. Son actividades esenciales o básicas. No es un retorno al momento anterior al estado de alarma. Pero, sin duda, es una variación. Si me permite, suelo poner como ejemplo lo que sucede en la Consejería. Si habían 80 personas trabajando, con la llegada del estado de alarma solo acudían físicamente a su puesto de trabajo seis de ellas y, con la prórroga, digamos que ninguna. Pues ahora estudiaremos si lo que conviene es que vuelvan a trabajar esas seis personas a la Consejería o, a lo mejor, siguen trabajando desde casa. Porque hay que tener en cuenta que una buena parte de los trabajadores de este país se han ido acostumbrando en estos días al teletrabajo”.

Julio Pérez, consejero de Sanidad. | FOTO: Sergio Méndez

-En una entrevista reciente con DIARIO DE AVISOS, Román Rodríguez estaba de acuerdo en que el confinamiento ha sido el gran acierto contra la pandemia, pero que en el debe está la falta de material sanitario de protección al inicio de la crisis. ¿Sigue haciendo falta este tipo de material en Canarias?
“Sigue haciendo falta más material, aunque ya no tengamos el agobio del principio. Cuando esta entrevista se publique estaremos repartiendo material procedente desde China que nos dará cierta holgura, durante un par de semanas, en lo que respecta a este asunto. Es posible que se den casos puntuales por temas de distribución o alguna deficiencia en la organización cause falta de algún material en concreto en algún sitio. Por ejemplo, le adelanto que ahora mismo estamos escasos de batas impermeables”.

-¿Coincide con Rodríguez en que el principal problema ha sido esa falta de material de protección al principio de esta crisis sanitaria?
“Sí. Pero hay que tener en cuenta que estamos ante una situación imprevista totalmente. Nadie pensó… Mire, tengo la edad que tengo [cumplió 70 años la semana pasada] y nunca imaginé o viví una situación en la que no se pudiera salir de mi casa. No le pensé nunca. Jamás. Con esto quiero decirle que no era imaginable por parte de los gobiernos, los partidos o los servicios públicos que se necesitara esta enorme cantidad de material sanitario y de un modo tan súbito. Ya surgida la crisis, todos hemos hecho esfuerzo por conseguir material, y nosotros lo hemos tenido más difícil porque estamos más lejos. Pero tenga por seguro que ahora mismo estamos mucho mejor en ese sentido que hace diez o doce días”.

-Ahora que se cuenta con más material para llevar a cabo pruebas de diagnóstico, ¿estaremos más cerca de conocer con mayor certeza la extensión de esta pandemia por lo que se refiere a Canarias?
“Claro, claro. Mientras más pruebas hagamos, más conocimiento tendremos, sin duda. Pero hay algunos datos que no dependen de las pruebas, como son las hospitalizaciones y el uso de los servicios de medicina intensiva. Las pruebas solo nos dicen a quién hemos encontrado que se haya contagiado de entre los que hemos buscado, ojo. En Canarias vivimos algo más de dos millones de habitantes. Probablemente hayamos hecho 20.000 pruebas. Sería un canario de cada mil. Luego, cuando el lector lea estas líneas, habremos testado al 1% de la población. Ahora, con más material, subiremos a, quizás, unos 40.000, y me refiero al final de la semana que viene si las cosas salen bien. Pero seguiremos teniendo un 2% de la población. Hasta que lleguemos a testar a la mayoría de la población pasarán muchos días. Sin embargo, al hospital y a las UCI van quienes han sentido síntomas. No hemos ido a buscarlos nosotros, como sí ocurre con los que vamos a hacerles pruebas. Son los que se han sentido mal, han llamado a una ambulancia y han terminado en el hospital. Por eso, insisto, esos datos sobre hospitalizados y sobre los que han requerido cuidados intensivos sí que nos sirven como referencia al global de la población, hagamos más o menos pruebas”.

-¿Y qué nos dicen esos datos de hospitalizados e ingresados en las UCI?
“Esos datos nos permiten saber que la incidencia en Canarias ha sido menor que en otras comunidades. Incluso, en referencia a la población, los que menos en toda España, quizás con Ceuta y Melilla. Nuestros datos son de los mejores, si no el mejor, en cuanto a comunidades autónomas”.

-Pero cuantos más asintomáticos sean detectados, menor será la probabilidad de que en Canarias se produzca un repunte de la pandemia.
“Es verdad, pero tanto en Canarias como en todos lados. No es descartable que en los próximos meses se produzca una nueva ola de contagios, pero si es así estaremos mejor preparados. Quién sabe si contaremos ya con una vacuna. Pero el peligro del repunte existe, y por eso es conveniente, necesario, mantener el confinamiento, por duro que sea”.

-Se ha hablado de la posibilidad de que Canarias funcione como una suerte de laboratorio para el desconfinamiento progresivo, dado que hay territorios como La Graciosa o El Hierro con ninguna o muy poca incidencia. ¿Comparte esa idea?
“El ministro [Salvador Illa] y los consejeros autonómicos de Sanidad hemos convenido que el desconfinamiento o desescalada tendrá dos características: Será coordinado y adaptado a las circunstancias de cada uno y de cada lugar. Canarias tendrá ventajas llegado el momento por sus particularidades, pero probablemente esas particularidades estarán inmersas en un panorama general. Porque no es posible pensar en que se adopten medidas contra la epidemia sin contar con los efectos que se van a producir. Por otro lado, me inquieta la idea de que se pueda experimentar, y me refiero a la idea del laboratorio. Todo lo contrario: todo lo que hagamos lo haremos bajo un principio de prudencia. Lo resumo así: El confinamiento no puede prolongarse indefinidamente, y por tanto se tiene que acabar, pero cuando termine no podemos tirar por la borda las ventajas que ha producido. Hay que encontrar un punto intermedio.”.

-Me ha recordado a aquel entrenador del CD Tenerife, Jorge Solari, quien decía que “el fútbol es como una sábana chica; si te tapás los pies, te destapás la cabeza”. Lo digo porque, cuanto antes empiece a relajarse el confinamiento antes comenzará a recuperarse la actividad económica
“Exacto. Muy bien dicho. Cuando antes se recupere la actividad económica mejor para todos, sobre todo para los que menos tienen, pero la necesidad de resolver los problemas económicos, de volver a trabajar y a producir ingresos, no nos puede llevar a la ruina en lo sanitario”.

-¿No le parece que hay cambios que han venido para quedarse, incluso alguno inimaginable anteriormente?
“Sí. Estoy convencido de ello. De todo tipo, por ejemplo en las relaciones entre las personas. No creo que vayamos a pasar el resto de nuestra vida a un metro unos de otros, o al menos espero que no sea así y a mi gente le digo que vaya apuntando los abrazos que nos vamos debiendo porque yo espero cobrarlos y pagar los que me reclamen, pero también hay otras medidas, como por ejemplo creo que nos vamos a lavar más las manos. Mire, a partir del 11-S nos hemos acostumbrado a desnudarnos en los aeropuertos y con eso convivimos ahora con total normalidad. Y entre esos cambios habrán conquistas que nos permitirán hacer frente a otras crisis como la actual”.

-¿Espera que las hayan? Aunque, visto lo visto, cualquiera responde que no, claro.
“(Ríe brevemente) Doblando la apuesta, podemos recordar que hubo amenazas parecidas a esta que se resolvieron con mejor fortuna”.

-¿Hubo falta de humildad al principio?
“Es verdad que no se calculó bien la intensidad real de lo que se venía encima, pero también que los poderes políticos han estado fraccionados y no hay gobiernos que hayan estado a la altura. El G-20 o el G-7 ni se han reunido, y la Unión Europea ha tardado en tomar medidas de solidaridad y apoyo, o en coordinar la respuesta. Lo cierto es que la regla ha sido la del sálvese quien pueda”.

-Hablaba Román Rodríguez de una caída del PIB canario de unos 20 puntos, en una comunidad ya antes castigada particularmente por la pobreza y la marginación…
“… El vicepresidente no suele equivocarse en sus cálculos, así que esa previsión hay que tenerla presente. Pero el hecho de que estemos preparados no debe confundirse con que tengamos que estar resignados a aceptarlo. Hemos de prepararnos para un impacto en la economía muy importante, es cierto”.

-¿Es pesimista?
“Algo le puedo decir. No me imagino un mundo en el que no haya turismo, y si hay turismo los turistas volverán a Canarias. Pero es verdad que pasaremos unos meses malos, con un impacto en la economía muy importante. Por eso es necesaria la ayuda del Estado y de la Unión Europa mientras vuelve el turismo a Canarias.”

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