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Adrián Rosales, actor: “Hacer reír es gratificante porque la respuesta del público es inmediata”

Es un rostro popular de la televisión por sus intervenciones en el programa 'En otra clave' de la televisión canaria

El actor tinerfeño Adrián Rosales es un rostro popular de la televisión por sus intervenciones en el programa ‘En otra clave’ de la televisión canaria. Nacido en Tenerife, en 1982, el actor de casi 38 años, creció entre Santa Cruz y La Laguna y pasó gran parte de su infancia en el barrio de la Candelaria. Estudió psicología hasta 2º curso, y de pequeño, según ha confesado anteriormente a los medios, quería ser médico, psiquiatra, de adolescente se apasionó por la historia contemporánea y la política, y quizás en un compendio de todos esos sueños, terminó siendo lo que es hoy, actor.

-¿Cuándo entraste en el mundo de las candilejas?
“Empecé a los 15 años. Desde pequeño me gustaba el cine, siempre me apasionó, y a esa edad, me acuerdo de que estaba en el Instituto Militar, por la Higuerita, no recuerdo en qué curso de BUP, cuando el profesor de dibujo organizó un concurso de cortometrajes. A mí me encantaba Quentin Tarantino, muy popular en los 90, tanto con Reservoir Dogs como Pulp Fiction y era un enamorado de su cine – por cierto, otra de mis favoritas es Malditos Bastardos-. Se me ocurrió entonces una idea gore, un poco sangrienta, un colega del instituto y yo hicimos un guion en el que estábamos todos manchados de sangre y parecía que habíamos asesinado a alguien: todos mirábamos al suelo como si hubiera un cadáver, y nos preguntábamos qué habíamos hecho, copiando un poco el lenguaje de Tarantino, y al final se trataba de un bote de ketchup (de ahí que la obra se llamara ¿Ké et cho?) reventada en el suelo. Total, que ganamos el premio”.

-¿En qué consistió?
“Eran 15.000 pesetas, pero no en en metálico [se ríe], sino en dinero Maya (Maya, pero de la tienda Maya, dinero en cupones para gastar)”.

-¿Marcó el inicio de tu carrera?
“Sí, me motivé y le dije a mi madre que quería dedicarme a esto. Ella me sugirió que me apuntara en la Escuela de Teatro de Santa Cruz y así lo hice. Dos años después me enteré de que mi primo Aaron Gómez y su hermano Abraham Gómez, también se estaban dedicando al teatro. Ellos ya estaban en la universidad, pero los convencí para que me dejaran entrar en su grupo Teatro Trece”.

-Entonces, esto viene de familia..
“Pues no empezamos por una relación familiar, sino que fue una conexión rara, no teníamos mucho trato, lo habíamos tenido de pequeñitos y tal, pero nos habíamos perdido. Y fue mi madre la que me dijo: “ Oye tus primos también están en teatro”. Fue pura casualidad, mi madre se lo habrá dicho a mi tía, y así fue. Pero somos los únicos en la familia que nos dedicamos a esto totalmente.

-A ti te gustaba el cine, pero te estrenaste en teatro…
“Bueno era lo que estaba disponible. De hecho, al principio pensé que no había ido nunca al teatro, cero… era un inculto, un ignorante [dice exagerando un poco], pero luego me encantó”.

– ¿Te tienta más el humor?
“Lo que tiene el humor, y por eso es lo primero que se enseña, es que te motiva porque inmediatamente consigues una reacción, la gente se ríe, mientras que con el drama,es más difícil sentir el calor del público. Hacer reír es gratificante, porque la respuesta del público es inmediata”.

– ¿Y si no se ríen?, ¿te ha pasado alguna vez?
“Sí, me ha pasado a mí [se ríe] y a todos. La interpretación, la comedia, es como la música: tiene un ritmo, un tiempo y unas pausas que están previstas para que los chistes funcionen. Es la pausa dramática. Cuando no funcionan … te jodes [suelta una carcajada], pero lo importante es no venirse abajo para que no se rompa ese ritmo ‘musical’, seguir hacia el siguiente chiste y esperar que ese sí funcione. A veces, por ejemplo en un teatro, si no está lleno, la gente se corta, la risa tiene un componente social. Hay que tirar pa’lante”.

– ¿Qué haces ahora?
“Sigo en En otra clave y nos va muy bien con unos datos de audiencia importantes. Durante la cuarentena el programa ha tenido un boom, también con Tik Tok que se ha extendido con doña Chona por toda latinoamérica, Cuando empezamos la pandemia, en Youtube teníamos 15.000 suscriptores, ahora tenemos 95.000, en dos meses. Es una burrada. Estamos viviendo un momento de oro. Además, estoy en una compañía de teatro que se llama Doble M, pero claro, con la pandemia se ha parado todo. Tenemos varios montajes como Un lío padre desde 2015 que se puede ver gratis en Youtube, una comedia muy divertida, y por la que me llevé el premio a nivel nacional al Mejor Actor en el Certamen nacional de teatro garnacha, en la Rioja”. Aparte tenemos otra comedia que se llama Vivir es para siempre , muy entretenida que queremos estrenar en septiembre” .

-No paras…
“No paro. Con la pandemia no sabíamos qué iba a pasar, pero soy muy afortunado porque en televisión no hemos tenido ese problema, hemos adaptado el programa a home edition y grabamos por medio de zoom.

– Lo que más disfrutas de tu participación en el programa es…
“La calidad que hay de guiones y de actores. Es flipante. Va a sonar a peloteo, pero realmente yo que venía del teatro underground, tenía el concepto negativo de ese tipo de programas como humor popular, y desde el primer día me di cuenta de la calidad de los actores, todo el reparto es, en mi opinión, lo mejor que hay en Canarias”.

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