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Condenan al líder de una secta sexual a 120 años de prisión por convertir a mujeres en esclavas

Las víctimas eran marcadas sin anestesia con un bolígrafo cauterizador, arruinadas económicamente y obligadas a participar en actos sexuales en contra de su voluntad con el líder

El líder del culto sexual NXIVM, Keith Raniere, ha sido condenado por un tribunal de Nueva York este martes a 120 años de prisión en Estados Unidos por convertir a mujeres en esclavas sexuales, después de haber sido condenado previamente por tráfico de personas, abuso sexual, violación y posesión de pornografía infantil, entre otros cargos.

Raniere ha mantenido su inocencia durante el juicio celebrado este martes en Nueva York, en el que las protagonistas han sido las víctimas del líder de esta organización, con sede en el estado de Albany, que se autodefinía como una empresa de autoayuda pero que escondía una trama de tráfico sexual y de abusos sexuales.

Las víctimas eran marcadas sin anestesia con un bolígrafo cauterizador, arruinadas económicamente y obligadas a participar en actos sexuales en contra de su voluntad con el líder.

El gurú ha llamado a algunas de sus víctimas “mentirosas”, aunque ha asegurado que estaba “profundamente arrepentido” durante su intervención en la vista.

Más de una docena de víctimas han hablado durante el juicio o sus testimonios de abusos sexuales y psicológicos por parte de Raniere han sido leídos en presencia del acusado, incluyendo detalles de actos de violación, pedofilia y encarcelamiento forzado.

Uno de los testimonios era de una niña de 15 años, a la que obligó a mantener relaciones cuando él tenía 45 y a la que tomó fotos desnuda. “Usó mi inocencia para hacer lo que quiso conmigo, no sólo sexualmente sino también psicológicamente”, ha explicado la víctima.

Otras cuatro víctimas, todas de la misma familia, han detallado los abusos perpetrados, como la violación de una de ellas cuando era una adolescente y los castigos emocionales, psicológicos y sexuales que le infringía.

La hermana, con la que también tuvo relaciones sexuales y a quien encerró en una habitación durante años, el hermano y la madre de esta víctima también han ofrecido testimonio de los abusos durante el juicio, mientras que otra hermana y el padre siguen siendo seguidores fieles de Raniere.

Las víctimas lo han calificado como “calculador y metódico”, mientras que algunas han explicado como Raniere controlaba sus dietas y las forzaba a perder peso.

El juez Nicholas Garaufis, quien ha emitido la sentencia, ha calificado a estos actos como “crueles, perversos y extremadamente graves” y ha destacado que “a pesar de todo lo sucedido y a pesar de las innumerables víctimas que han dado voz a su gran dolor, Raniere permanece impasible”, según recoge la cadena de televisión estadounidense CNN.

Antes de la vista en la que se ha dado a conocer la sentencia, los seguidores de Raniere han mantenido una campaña con el objetivo de desacreditar a la corte y han presentado una moción para un nuevo juicio ya que, según ellos, los fiscales habrían amenazado a dos posibles testigos de la defensa.

En este sentido, en febrero de este año, el gurú envió una carta a sus seguidores desde la cárcel asegurando que el juicio era “una mentira política, impulsada por la envidia y el dinero para destruir una comunidad” y mantenerlo “encarcelado de por vida o ‘eliminado’ de otra manera”.

Tres miembros más de la secta esperan sentencia, para los que Raniere ha pedido indulgencia tras asegurar que son “almas buenas”. El culto contaba con personajes conocidos, como la actriz de la serie Smallville, Allison Mack, supuestamente uno de los hijos del expresidente mexicano Carlos Salinas, la hija del dueño del periódico mexicano ‘Reforma’, entre otras actrices de Hollywood y ricos herederos.

El líder de este culto sexual también fue acusado en 2019 de conseguirse un harén de “esclavas”, reclutadas para satisfacer su placer sexual, en un grupo secreto dentro de la misma organización. Muchas de las víctimas que han testificado en su contra formaron parte de esta organización dentro de la secta.

DOS, como se conocía a esta estructura paralela, estaba formada solo por mujeres, a las que se “preparaba” para entrar y algunas de la cuales eran obligadas a jurar obediencia de por vida al gurú. Asimismo, se las castigaba y chantajeaba para que permanecieran a sus órdenes, ya que sus “amos” tenían información comprometedora sobre ellas.

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