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Juzgan a la madre acusada de dejar morir a su bebé, que se quedó sola durante más de un mes

La Fiscalía solicita una pena de 21 años de cárcel por los delitos de abandono temporal de un menor y de asesinato
Foto de recurso de un juicio. Pixabay
Foto de recurso de un juicio. Pixabay
Foto de recurso de un juicio. Pixabay

Un jurado popular tiene previsto juzgar desde este lunes día 16 a una mujer, para la que la Fiscalía solicita una pena de 21 años de cárcel al acusarla de, supuestamente, dejar morir a su bebé de 17 meses, a la que al parecer habría abandonado sola en la casa durante más de un mes tan solo con un biberón y unas galletas. Se le acusa de los delitos de abandono temporal de menor y de asesinato.

Según el fiscal, la mujer se quedó embarazada en su país, Marruecos, y se trasladó a España a finales de marzo de 2017 para ocultar por motivos culturales y sociales esta situación al padre, mientras que la madre y los hermanos mayores, “en posición económica desahogada”, financiaron su estancia aquí, inicialmente en la localidad malagueña de Vélez-Málaga.

La acusada dio a luz en dicho municipio el 4 de mayo de 2017 y se quedó a vivir en la casa de su hermana y su cuñado, que iban y venían de Marruecos. La situación se prorrogó hasta mediados de 2018 y en ese tiempo dispuso de servicio gratuito de guardería para que ella pudiera ir a clase, lo que hacía “en muy contadas ocasiones”, señala la acusación pública en su escrito inicial.

Además, tenía la ayuda de una amiga, que se quedaba cuidando a la niña. Cuando se trasladó a Málaga, alquiló una casa con el dinero que le enviaba su familia y aunque se le facilitó la documentación necesaria para continuar con el servicio de guardería en la capital, la mujer “no realizó las gestiones”, con lo que perdió la plaza; y además, comenzó a trabajar de camarera en una discoteca.

“Dado el horario nocturno de trabajo de la acusada, cuando esta se dirigía a la discoteca, sobre las 02.00 horas, dejaba sola a la bebé, que contaba entonces con 15 meses y no era aún capaz de caminar sin ayuda, tan solo gateaba”, dice las conclusiones provisionales del ministerio fiscal, a las que ha tenido acceso Europa Press, apuntando que la dejaba sobre la cama.

Supuestamente, cuando terminaba a las 06.00 horas de trabajar “no regresaba a su casa” sino que iba “para descansar” a la de una amiga, alegando que “no quería despertar a la bebé”. Volvía a su vivienda a las 14.00 horas, por lo que durante ese tiempo “su hija permanecía sola en la casa desprovista de la necesaria atención afectiva y de los cuidados –bebida, alimentación, aseo– precisos”, señala.

Desde mediados de septiembre de 2018 pasó a quedarse “de forma habitual” a dormir en casa de otro amigo, “por lo que la acusada dejaba sola por la noche hasta la tarde siguiente a la bebé, regrensando entonces al apartamento para alimentarla hasta que volvía a salir para reanudar su vida social, dejándola nuevamente sola”, apunta esta acusación.

Por esto, era “frecuente” que algunos vecinos del edificio oyeran el llanto “inconsolable y continuo” de la niña que, supuestamente, estaba “sola en el apartamento y privada de la necesaria asistencia física y moral, en un entorno insalubre de suciedad y desorden” y que terminaba callándose por “agotamiento”. Esta situación se mantuvo incluso después de terminar la relación laboral con la discoteca.

VIDA NOCTURNA

Así, siempre según el ministerio público, la acusada mantuvo “una intensa vida nocturna, saliendo de forma habitual por las noches” junto a su pareja sentimental –“a quien no llegó a mostrar dónde estaba la casa”– o a un amigo, a los que decía “de forma mendaz que durante la noche su hija estaba en casa, al cuidado de una chica que se encargaba de su atención”.

La Fiscalía relata que, al parecer, en un momento no determinado, pero en torno al mes de octubre de 2018, la acusada “abandonó definitivamente el apartamento y dejó a su hija en el dormitorio, sobre la cama, con la puerta cerrada y la ventana con la persiana bajada, en condiciones de oscuridad, tan solo con un biberón y unas galletas”.

Para la acusación, la mujer era “consciente que de forma ineludible se iba a producir el resultado de muerte del bebé si como madre y única responsable de su cuidado dejaba de prestarle la atención indispensable para su subsistencia”, por ello “aceptó que iba a acabar con su vida”. Salió del piso cerrando la puerta con las llaves que solo ella tenía “sin regresar nunca más en vida de su hija”.

El fiscal sostiene que supuestamente la procesada no comunicó ni a sus amigos ni a su pareja sentimental ni a su familia de origen ni a institución alguna el paradero real del bebé ni su situación, “aceptando con ello que se iba a producir su fallecimiento en breve tiempo”, al “no proporcionar a su hija asistencia alguna” y “evitar, guardando silencio sobre las circunstancias en que se hallaba sola, que otra personas pudiera intervenir”.

En noviembre, los hermanos de la mujer viajaron a Málaga porque no podían contactar con ella y cuando se encontraron les aseguró que la bebé estaba con una mujer en Nerja (Málaga) y que hacía cuatro días que no la veía. Pero, al insistir los familiares “les dijo que la había dejado sola en casa hacía un mes, tras lo que se dio a la fuga”, señala el escrito de conclusiones provisionales.

Los hermanos comunicaron lo ocurrido a la Policía Local que fue al apartamento donde encontraron a la pequeña muerta. Según los datos de autopsia y los análisis realizados, el fallecimiento se produjo en un periodo mínimo de entre 26 y 30 días antes de haberla encontrado y la causa principal fue el abandono, que incluye cuadros de malnutrición, deshidratación, inanición y falta de cuidados médicos e higiénicos.

Mientras, según el escrito provisional del ministerio público, la acusada fue al hostal donde trabajaba una amiga y le dijo a esta y a otros amigos que su hermana iba a llamar a la Policía y tenía que irse a Marruecos, contándoles “la verdad sobre su hija, al igual que hizo a su compañeros sentimental”, con el que contactaron los agentes, que finalmente detuvieron a la mujer en casa de este.

Una vez en dependencias policiales, la mujer de forma espontánea dijo a varios agentes en actitud llorosa: “Un día del mes diez la dejé encerrada en la habitación con un biberón y galletas y ya no volví más a la casa”. La joven presenta personalidad inmadura, un destacado egocentrismo y dificultad para renunciar a sus propias satisfacciones, así como un significativo grado de impulsividad.

Así, la Fiscalía solicita un año de prisión por el delito de abandono y 20 años por el de asesinato. La familia de la niña, es decir los padres y hermanos de la acusada, han renunciado a reclamar por estos hechos. Está previsto que el juicio comience este lunes y se prolongue durante toda la semana.

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