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Tras más de 20 años, se inicia la obra de San Rafael y San Roque

Con un presupuesto de 600.000 euros y una duración de 12 meses, el proyecto se centrará en rehabilitar el Calvario, mejorar la accesibilidad y demoler estructuras añadidas

El Cementerio de San Rafael y San Roque abrió sus puertas como camposanto en 1810, y lo hizo para dar respuesta a la alta mortalidad que la epidemia de fiebre amarilla estaba provocando en la ciudad. Cerró de forma oficial en 1916, aunque en 1954 recibió su último enterramiento. Ayer, después de más de 20 años de espera, con enfrentamientos entre administraciones, idas y venidas, y diversos proyectos, se comenzó con las obras de rehabilitación de este histórico cementerio que alberga a más de 47.000 personas, la mayoría de ellas en dos fosas comunes, y el resto, en 666 tumbas.

Ayer, el alcalde, José Manuel Bermúdez, junto al concejal de Infraestructuras, Dámaso Arteaga, la concejala de Patrimonio, Gladis de León, y la presidenta de la Asociación Parque Funerario San Rafael y San Roque, Teresa Laborda, visitaron el camposanto para comprobar el inicio de tan esperada reforma.

La rehabilitación interior consiste en recuperar las edificaciones existentes dentro del recinto que se encuentran en mal estado, respetando su diseño, materiales y sistema constructivo, siempre que sea posible. Especial atención merece el Calvario, cuya techumbre está en muy mal estado. Su rehabilitación permitirá que el Cristo del siglo XVIII que los presidía vuelva a hacerlo y que se reponga la cristalería que adornaba este espacio. A su vez se demolerán las construcciones más recientes, la edificación adosada a la capilla anglicana y el estanque, generando nuevos espacios en el interior.

Para poder resolver los condicionantes mínimos de accesibilidad y servicios públicos, la obra aprovecha los cuartos traseros al portón católico que se rehabilitan y se dota de una rampa que conecta de forma accesible los dos cementerios.
Esta actuación se complementa con la potenciación de la vegetación y la jardinería, mediante un proyecto específico, así como la iluminación y mobiliario urbano necesario en este tipo de edificación abierta al público. La jardinería aprovecha los árboles de porte existentes que están en buenas condiciones, eliminando los que presentan dificultades o no están como debieran, aportándose otros ejemplares que los sustituyan.

El importe de la obra ronda los 600.000 euros, con un plazo de ejecución previsto de 12 meses, por lo que se espera que esté concluida a finales del 2021.

Rehabilitación de las tumbas

El estado de las tumbas sigue siendo uno de los puntos que más preocupa, y que este proyecto no incluye. Tal y como explicó Teresa Laborda, “desde la asociación estamos en contacto con aquellos propietarios que conocemos, pero hay otros que no sabemos quién son, y ni siquiera si quedan familiares vivos. En cualquier caso hacemos un llamamiento para que se pongan en contacto con el Ayuntamiento para elaborar un listado, y poder hacer un proyecto de rehabilitación de las tumbas que peor estén, y hacerlo buscando ayudas públicas si fuera necesario”. Laborda invitó a los interesados a dirigirse al área de Infraestructuras para intentar que en los 12 meses que dura la obra, se pueda iniciar algún tipo de proyecto en este sentido.

La asociación reiteró al alcalde que este cementerio, una vez rehabilitado, albergue el Panteón de Nombres Ilustres que está en Santa Lastenia, propuesta que el alcalde valoró.

Tal y como explicó el concejal de Infraestructuras, Dámaso Arteaga, “la intención del Ayuntamiento es recuperar este camposanto para abrirlo al público como Bien de Interés Cultural que es y de esta manera dignificar una instalación de un gran valor para la ciudad”. Los responsables de la obra apuntaron que lo más complicado es manejar maquinaria pesada dentro de este BIC, lo que obligará a hacer algunas intervenciones de forma manual.

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