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“Hay familias que nos han pedido ayuda hasta cuatro veces mientras esperan cita en los ayuntamientos”

La despensa solidaria del Rotary Club Tenerife Sur se convierte en el salvavidas de numerosos hogares de la comarca frente al periodo de respuesta “escandalosamente largo” de las administraciones, que en algunos casos llega a los cuatro meses
Rotary Tenerife Sur
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La despensa solidaria es el fruto de las aportaciones de empresarios, particulares y hoteles y restaurantes, que en muchos casos han cerrado y han donado los alimentos que almacenaban en sus cámaras. DA

Gente en acción es uno de sus lemas y lo cumplen a rajatabla, especialmente desde que la pandemia comenzó a galopar desbocada a principios de marzo de 2020 y obligó a la población a encerrarse en casa durante casi tres meses. El Rotary Club Tenerife Sur, organización sin ánimo de lucro formada por 42 miembros de diversos colectivos profesionales y distintas nacionalidades que promueven “la ayuda y el servicio a las personas”, dio entonces un paso al frente y se alistó en ese ejército solidario de voluntarios que comenzó a articularse en pleno confinamiento para salir en auxilio de los heridos de la guerra contra la COVID-19 que, casi un año después, sigue sin dar tregua y sin que aparezcan señales de bandera blanca a corto plazo.

La asociación representada por una rueda con seis radios y cuatro dientes se ha convertido en una pieza destacada en el engranaje de la maquinaria humanitaria en la comarca sur. “Con el confinamiento, nos empezaron a llegar noticias de voluntarios que llevaban comida con sus vehículos particulares a las personas más necesitadas, nos pusimos en contacto con ellos y comenzamos a trabajar codo con codo en el reparto de ayuda a partir de abril, mes en el que hicimos las primeras entregas a domicilio para las familias con menos recursos”, explicó a DIARIO DE AVISOS Juan Diego Mayordomo, presidente del Rotary Club Tenerife Sur.

“La pandemia ha dejado a mucha gente colgada de su destino, gente que no tiene ni para comer, aunque pueda tener un buen coche. Ayer mismo nos vino un señor que vive en una cueva y recientemente hemos atendido a los cinco hijos, de todas las edades, de una mujer afectada por un proceso oncológico a la que le tuvieron que extirpar un riñón. Es dramático lo que está pasando y hay gente que se nos echa a llorar cuando recibe los alimentos”, cuenta Mayordomo.

La organización almacena los productos básicos que reparte -ya sea directamente o a través de ONG como Inclúyeme, Virgen de la Esperanza, Hermanos de la Cruz Blanca o Cáritas, entre otras- en un local situado junto al Centro de Desarrollo Turístico Costa Adeje (CDTCA), aunque ya se acondiciona otro espacio mayor en El Galeón. La despensa solidaria, que así se denomina el proyecto, es el fruto de la generosa aportación de empresarios, particulares y, sobre todo, de hoteles y restaurantes que en muchos casos han cerrado y han donado los alimentos que almacenaban en sus cámaras.

La respuesta altruista ha desbordado las previsiones, hasta el punto de que el Rotary Club Tenerife Sur se ha visto obligado a donar gran parte de la mercancía que llega hasta su local a una quincena de asociaciones (casi todas del sur de la Isla) para que la distribuyan entre los hogares con mayores necesidades.

“Lo mejor de esta crisis es que nos permite conocer a la gente y comprobar lo generosa que es”, afirma su presidente, y subraya que actualmente se están entregando alimentos a numerosas despensas municipales, ya que se dan casos de proveedores que entregan “toneladas de verduras”, lo que impide que la asociación pueda asumir tal cantidad íntegramente. A través de esta cadena formada con otros colectivos sociales, “un proyecto desgajado de nuestra despensa solidaria”, la ayuda ha llegado a más de 15.000 personas.

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Juan Diego Mayordomo (izquierda), en una de las entregas de alimentos. DA

Periodo más crítico

El valor de la labor que presta la organización sureña, con un amplio bagaje en campañas solidarias, entre ellas la de Un niño, una comida, un libro, adquiere un valor especial por cuanto el servicio viene a cubrir el período más crítico de los usuarios: el tiempo que transcurre entre el primer contacto que establecen con los ayuntamientos y la entrega de las ayudas por parte de los servicios sociales.

Jordi Esplugas, past presidente (presidente saliente) de la asociación, afirma que “hay personas que estos días llaman a Asuntos Sociales y les están dando cita para una entrevista en mayo, por eso decidimos mantener abierta la despensa con el único objetivo de cubrir ese desfase entre el momento en que el usuario pide ayuda y cuando la Administración se la da, que en algunos municipios es escandalosamente largo, de hasta cuatro meses”.

Ese tiempo, una eternidad para quienes no disponen de un mínimo soporte económico, obliga a las familias a llamar a la puerta del Rotary Club Tenerife Sur “tres y cuatro veces” hasta que finalmente logran entrar en la rueda de atención de los servicios sociales municipales. “El ciudadano se dirige a su administración más próxima, pero si está desbordada, ¿quién les ayuda? Cuando dan ese paso es porque no cuentan con un familiar que les pueda echar una mano o, simplemente, porque no tienen un familiar a su alrededor”, remarca Esplugas. Además, asegura que las ayudas que conceden duran varias semanas: “Damos cantidades para que puedan aguantar casi un mes y les pedimos que vengan con una garrafa de cinco litros vacía para entregarles lejía como desinfectante ante la amenaza del coronavirus; si no tienen ni para comer, menos aún para productos de higiene”.

La organización dispone de un número de teléfono (609 068 360) para que puedan contactar los demandantes de ayuda (ya sea mediante llamada o wasap), a los que se les pide, como único requisito, que hayan establecido contacto previo con los Servicios Sociales de los ayuntamientos, con los que el Rotary Club, como otras ONG, mantienen un estrecho contacto.

Tanto Mayordomo como Esplugas expresan su preocupación porque el margen de tiempo para una cita con los ayuntamientos se alarga cada vez más, lo que revela que las colas del hambre crecen a una velocidad muy superior a la de la tramitación de la asistencia pública. “Hay muchos inmigrantes afectados y bastantes casos que te marcan, como el de una madre que vino de Colombia a cuidar de su hija a la que le detectaron un cáncer y debía comenzar las sesiones de quimioterapia, que le pilló aquí la cuarentena. La mujer era diabética y solo trajo insulina para tres meses, así que el confinamiento la atrapó sin ningún recurso económico ni médico. Contactaron con nosotros y la ayudamos con alimentos y colaboramos para que se le recetara esa insulina de la que dependía su vida”, apunta el presidente saliente.

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Cocineros solidarios elaboran hasta 200 raciones de comida semanales. DA

Cocineros solidarios

El proyecto más reciente impulsado por el Rotary Club Tenerife Sur, en colaboración con la Asociación de Cocineros y Reposteros de Canarias (Acyre), liderada por Pablo Pastor, y el Ayuntamiento de Adeje es el de Cocineros Solidarios, una innovadora iniciativa que consiste en la preparación semanal de entre 170 y 200 raciones de comida, que se envasan, refrigeran y pasteurizan con la materia prima de la despensa solidaria en las instalaciones del CDTCA.

En el proyecto, que permite a las familias más vulnerables complementar la ayuda que reciben en cajas y acceder a comida elaborada, se han implicado destacados profesionales de los fogones de la comarca, entre ellos cocineros de los hoteles Bahía Príncipe Fantasía, Bahía del Duque, GF Victoria, Hard Rock y Finca Salamanca.

La propuesta se estrenó el pasado 11 de enero con un total de 137 raciones de calabacines con tomate y berenjenas con queso chédar elaboradas por los cocineros Pablo Pastor y Juan Carlos Clemente. Una acción más que demuestra que la colaboración pública y privada permite avanzar en la búsqueda de medidas paliativas para quienes sufren la pandemia del hambre.

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