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Carla Antonelli: “No quiero que un psiquiatra decida, cual rey Salomón, si un niño puede cambiar o no de sexo”

Cuando Carla Antonelli, diputada canaria y socialista en la Asamblea de Madrid, terminó su intervención, la semana pasada, en el Parlamento canario -a donde vino para hablar sobre la Ley Integral Trans que está elaborando nuestra comunidad-, sus señorías no pudieron evitar aplaudir

Cuando Carla Antonelli, diputada canaria y socialista en la Asamblea de Madrid, terminó su intervención, la semana pasada, en el Parlamento canario -a donde vino para hablar sobre la Ley Integral Trans que está elaborando nuestra comunidad-, sus señorías no pudieron evitar aplaudir. Primero, de forma más tímida, y luego, más evidente. Pero el discurso de esta mujer, primera transexual en ocupar un escaño en la historia de España, fue emocionante. Especialmente en este momento, donde arrecian los ataques. Y no solo desde la ultraderecha de Vox, sino desde algunas personas que se autoubican en el movimiento feminista y han convertido a la nueva ley trans que prepara el Ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero, en el objeto preferido de sus ataques.

-Me estaba preguntando si usted, que es tinerfeña, había comparecido antes en el Parlamento canario…

“Pues no, es la primera vez, así que había mucha carga de emoción por comparecer en el Parlamento de mi tierra. En este edificio fue donde estudié Arte Dramático, por si le queremos encontrar un vínculo más emocional todavía. Y además, he venido para hablar y apoyar un modelo de ley integral trans que ya está en vigor en muchas comunidades autónomas. Con la ley de la Comunidad de Madrid, de 2016, como gran referente, promovida por el PSOE, aunque al final la consensuamos los tres grupos de la oposición, incluidos Podemos y Ciudadanos, porque el PP no quiso hacerlo. Tumbamos la ley trans de Cifuentes, que fue el primer proyecto de ley que se le tumbó al PP en veinte años porque, desde el artículo seis, empezaba a patologizar al colectivo trans. El PP finalmente se abstuvo”.

-¿Y cómo está la ley en Canarias?

“La ley canaria del 2014 fue una ley de mínimos, también patologizante, pero que se prefirió apoyar con tal de garantizar algunos avances. Ahora estamos en otro momento en el que se trata de hacer leyes de máximos que garanticen la autodeterminación y la despatologización, acordes a las recomendaciones de las máximas instancias. No solamente de España, sino de los propios tribunales europeos o la OMS, diciendo que no hay ningún trastorno mental en la transexualidad. Pero hay cuestiones, como el cambio de la documentación, que solo se pueden hacer con una ley integral en el marco estatal”.

-¿Qué está pasando en el PSOE con la ley trans estatal elaborada por el Ministerio de Igualdad, que la están bloqueando para que no se apruebe ya?

“Yo no le puedo decir qué le pasa al PSOE. Sí le puedo decir qué es el PSOE en esta materia. Y es el 39 congreso, donde se votaron y salieron unos estatutos y unas recomendaciones. Entre ellas, una ley integral trans que está en el programa electoral con el que concurrió Pedro Sánchez a las elecciones. Donde, de una manera muy clara, se detalla que no es necesario ningún tratamiento médico para que se registre el cambio de sexo. Algo que se plasmó en la reforma de la Ley de Identidad de Género que registró en 2019 el PSOE en el Congreso y que, en la Comisión de Justicia, recibió tres informes a favor del Ministerio de Justicia, el Ministerio de Fomento y el Ministerio de Interior. No se comprende que ahora se esté diciendo que no hay garantías jurídicas. Todo ese trabajo se ha trasladado al corazón del borrador de la ley”.

-Entonces, la ley del Ministerio de Igualdad está bien encaminada…

“Perfectamente. Y yo defiendo a Irene Montero y al Ministerio de Igualdad porque defiendo a mi presidente, Pedro Sánchez, que quede claro. Porque el Ministerio de Igualdad es un Ministerio del Gobierno de España. Y lo que no voy a hacer jamás es poner palos en la rueda de un Ministerio de mi propio Gobierno. Además, creo que es una ley consensuada y avanzada. Y, para más inri, es justamente un texto socialista. Pero siempre que llega el tema de las personas trans, aparecen una serie de tabúes, de prejuicios y de muros que parecen inescalables. Hace 14 años, tuvimos que anunciar una huelga de hambre para que las personas trans no tuviéramos que operarnos de cirugía de los genitales para poder tener nuestra documentación. ¿Alguien se imagina ese debate eso ahora?”

-¿Hay en todo esto una pulsión biologicista de algunas feministas que solo consideran mujer a quien nace con órganos genitales femeninos?

“Eso es otro falso debate. No es el feminismo contra. Lo mismo pasó con la gestación subrogada, que algunas personas vendieron como una lucha del feminismo contra el colectivo lgtbi, cuando la realidad es que la gran mayoría de las personas que acuden a la gestación subrogada son heterosexuales. ¿Quién se inventó ese problema del colectivo feminista con el colectivo lgtbi? Pues probablemente quienes quisieron crear un problema donde no existía, quizá para liderarlo y poder vivir de él. Y esto que se está diciendo del biologicismo… ¿Ahora resulta que para sustentar la transfobia hemos hecho un reduccionismo y nos hemos vuelto a convertir en vagina y útero? Un poco contradictorio con la historia del movimiento feminista, ¿no? Y encima, con esos discursos falaces, como que hay hombres que se quieren convertir en mujeres para acceder a los beneficios de la mujer. ¿Cómo es eso? ¿Ahora las mujeres tenemos más derechos que los hombres? Pero si estamos denunciando la enorme brecha de desigualdad… A ver quién es el valiente que mañana entra en el juzgado a cambiar de sexo así como así, sin sentirse mujer. Quiero verlo. También con el matrimonio igualitario decían que se iban a casar los amiguetes para descontar en el IRPF.¿Usted ha conocido algún caso?”

-Sí, pero declaradas feministas del PSOE, como la exdiputada Ángeles Álvarez, están hablando del “borrado de la mujer” con esta ley…

“Justamente me ha nombrado a una persona, y es el único caso donde voy a entrar, que es firmante, en el año 2019, como portavoz de Igualdad, de esa ponencia en el Congreso que antes le mencionaba. Si hace dos años defendía la autodeterminación, la despatologización y la libre voluntad, ¿cómo se puede cambiar tan radicalmente de opinión y hablar, falsamente, de borrado de la mujer? Es una foto fija de la capacidad que tenemos los seres humanos de cambiar nuestras opiniones o de vender nuestra alma al diablo por una cuestión de fríos cálculos”.

-Entonces, usted no cree que esté aflorando un debate entre un feminismo más cercano a lo ‘queer’ y uno más tradicional…

“Eso ha sido una cuestión residual que no existía. Desde los años 90, el feminismo recibió a las mujeres trans con los brazos abiertos. Pero no nos olvidemos de una cosa: hasta no hace demasiado, en el feminismo también hubo rechazo a las mujeres lesbianas. Y muchas de las personas que están defendiendo que esta ley es un borrado de la mujer son mujeres lesbianas, reproduciendo esa máxima de los perseguidos que pasan a ser perseguidores. Esto se da mucho en la historia de la humanidad. Pero nadie da carnés de feminista, no hay ninguna oficina para eso”.

-Hay gente que dice que el proceso de transición de género no se puede hacer sin que lo determine un médico…

“Lo que hay es mala intención. Los médicos no desaparecen, ni la atención sanitaria, como no desaparecen del embarazo ni de la menopausia. En todo momento se habla de que hay un acompañamiento y un consentimiento informado. Pero eso no es lo mismo que otorgarle a un médico la capacidad de decidir cual Salomón lo que eres o dejas de ser. Lo que no quiero es que un niño, niña o un adolescente trans tengan que pasar por lo que pasé yo, que un psiquiatra diera el beneplácito de que era una mujer. Es delirante. Basta ya de humillaciones”.

-A veces se utiliza contra la ley el argumento de que hay personas que han detransicionado…
“Según los datos de la Unidad de Género del Hospital Universitario Doctor Peset, de 796 personas desde 2008, ha habido ocho detransiciones, en torno a un 1%. Y añado: ¿el nuevo requisito es obligar al 1000 por 1000 a las personas trans? Algo a lo que no se obliga al resto de la sociedad en todas y cada una de las situaciones, actos y voluntades que la gente toma a lo largo de su vida. ¿Hemos llegado hasta ese punto? ¿Tenemos que ser perfectas, inamovibles? Al final vamos a dejar de ser personas para ser robots. Si los seres humanos podemos decidir una cosa y luego cambiarla en tantísimas materias, ¿por qué aquí sí es un mundo? Son excusas”.

-Otro argumento que se utiliza es que la ley permita que haya menores que puedan autodeterminarse sin el consentimiento de sus progenitores…

“Lo que está diciendo la ley es que los menores que ya hayan cumplido 16 podrán pedir el cambio de sexo en el registro por sí mismos. Exactamente la misma edad a la que una niña pueda abortar sin el consentimiento de sus padres. Los menores de dieciséis años no podrán hacer el cambio sin el permiso de los padres. De 12 a 16 años, es el propio menor el que lo pide, pero con el asentimiento de los padres. Y en caso de que alguno de los progenitores se oponga, tiene que prevalecer el interés superior del menor, algo que determinará un juez. Y en el caso de menores de doce años, son los padres o tutores quienes lo piden. Y el menor tiene que tener el entendimiento suficiente. Parece como si fueran niños de siete años decidiendo. Eso es mentira”.

-Hace unos días, un diputado de Vox se refirió a usted en la Asamblea de Madrid utilizando el masculino. ¿Cómo se convive con este tipo de gente?

“Pasaron dos semanas y yo pensé que el señor Mariano Calabuig iba a tener la valentía, y hombría, que dirían ellos, de mirarme a los ojos y pedirme disculpas. Yo pensé que sus palabras en Twitter habían sido sinceras. Pero ni me miró, ni me saludó ni me pidió disculpas. La presidenta de la Comisión me amparó catorce días después, pidiendo que no se volviera a llamar jamás a un diputado o diputada por un tratamiento que no correspondiera a sus sexo. Yo se lo agradecí. Así me llamo: Carla Delgado Gómez, para dolor de muelas de quien sea”.

-¿No le produce horror ver este tipo de comportamientos?

“Lo que me produce es una frase: ni pudieron ni podrán. Aunque Blas Piñar era un chiste al lado de estos”.

-Habla usted con contundencia, pero con una emocionalidad muy perceptible. Me recuerda a aquello que decía el Che de “endurecerse sin perder jamás la ternura”.

“No sé si será lo que decía el Che. Lo que sí sé es que, cuando hablas, intentas dar algo de ti, contarlo desde tus entrañas, desde tu verdad. Y que cuando das algo de ti con sinceridad, cuando es una emoción sentida y vivida, en el otro lado permanece. Para mí, esto también es un ejercicio psicológico que viene de cuando aprendí a desnudarme públicamente sin sentir pudor. Y a llorar sin sentir vergüenza. A veces es bueno desnudar el alma. Para los demás, pero también para ti, como pedagogía. Y fíjese, sin tener que ir al psiquiatra. Y no tengo ningún problema con los psiquiatras, pero hay que ir cuando uno siente que le hace falta.

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