El Tribunal Superior de Irlanda ordenó hoy a un padre que permita que sus dos hijos vuelvan con su madre a Francia, después de negarse él a ello por considerar que la obligación de llevar mascarilla para la covid-19 en las escuelas francesas es perjudicial para su salud.
La juez instructora, Mary Rose Gearty, rechazó así una solicitud presentada ante ese tribunal por el progenitor para mantener en Irlanda a los dos menores, al considerar que algunos de sus argumentos “anti-mascarillas” carecían de “lógica” y “base legal”.
La madre había recurrido por su parte a los tribunales de este país cuando sus hijos no regresaron a Francia el pasado noviembre, tras una visita pactada con su padre, en virtud de un acuerdo de separación que prevé la custodia compartida.
Durante el juicio, el padre presentó un justificante médico de un profesional irlandés que aseguraba que los dos menores padecen claustrofobia, al tiempo que recomendaba que el mayor de ellos debía estar exento de llevar mascarilla por motivos de salud.
Las autoridades sanitarias irlandesas no recomiendan el uso de mascarillas para los menores de 13 años, por lo que no es obligatorio en las escuelas de primaria.
Gearty afirmó hoy que el análisis de los mensajes de texto intercambiados por la pareja, incluidos en un documento de 149 páginas, demuestra que ambos “aman a sus hijos”, pero evidencian que mantienen puntos de vista “muy diferentes” respecto al uso de las mascarillas.
En una de esas comunicaciones, explicó la magistrada, la madre acusó a su marido de “llenar la cabeza” de los menores con “todo tipo de teorías de la conspiración”.
Gearty también recordó que en ninguno de los “muchos mensajes de texto” se hace referencia al hecho de que el hijo mayor podría padecer “dificultades para respirar, ataques de ansiedad o angustia” por llevar la mascarilla, lo cual, dijo, resta credibilidad al citado justificante médico.
Además del argumento médico, el padre recurrió durante este proceso a otros planteamientos legales de “grupos anti-mascarillas”, que sostienen, por ejemplo, que la obligatoriedad de su uso puede ser delito, ya que “pone vidas en peligro por ser engañosa”.
“Por puro sentido común, cualquier fuente que ofrezca este tipo de consejos debe ser tratada con escepticismo”, subrayó Gearty.
La juez concluyó que el “único motivo” por el que decidió retener a los menores en Irlanda “parece ser el hecho de que las escuelas francesas obligan a los alumnos mayores de seis años a llevar mascarillas”.