
Caco Senante (Santa Cruz de Tenerife, 1949) está de vuelta en la Isla. Este sábado actuaba en el Espacio Cultural Cine Viejo de Candelaria junto al pianista panameño Vicente Borland con su propuesta El bolero siempre llama dos veces. El intérprete y cantautor tinerfeño, Premio Taburiente 2015 de la Fundación DIARIO DE AVISOS, ha mantenido una charla con este periódico en la que aborda y explica, entre otras muchas cosas, diversos proyectos que ya están en marcha (entre ellos, un libro con la Fundación DIARIO DE AVISOS), algunos otros que están por venir y su esperanza de que la pandemia comience al fin a darnos un respiro y, en lo que le afecta a él y a la cultura en general, los conciertos dejen de ser una excepción y la música en directo vuelva a ocupar el espacio que siempre tuvo en nuestras vidas.
-Ha regresado a Tenerife con su espectáculo El bolero siempre llama dos veces, en el que le acompaña al piano Vicente Borland. ¿Qué busca y qué encuentra Caco Senante al abordar este género musical?
“El bolero lleva acompañándonos toda la vida, porque es eterno y siempre va a estar vigente, nunca pierde actualidad. En él puedes encontrar, de alguna manera, un tratado de filosofía por las cosas que cuenta y, por encima de todo, por la belleza que hay en sus letras, que siempre sorprende a propios y a extraños. Expresar, por ejemplo, algo como “¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo” y lograr meterlo en una canción de manera que todo encaje posee un mérito tremendo, sin duda. Sobre todo si nos ponemos a comparar esas letras con las que solemos escuchar en las canciones de las actuales corrientes musicales. Hay una diferencia muy grande”.
-El próximo mes de junio actúa en Líbano. ¿Cómo surge esa gira de conciertos?
“En 2008 ya estuve allí de la mano del Instituto Cervantes de Beirut, que ahora me ha vuelto a reclamar [la gira de entonces se denominó Lo mejor de los mejores y en ella, acompañado de Vicente Borland, el cantante tinerfeño interpretó temas de Gardel, Atahualpa Yupanqui, José Alfredo Jiménez, Violeta Parra, Joaquín Sabina, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, entre otros autores]. Al parecer, dejamos un buen recuerdo de esos conciertos entre la población y la directora del Cervantes en Beirut, Yolanda Soler Onís, empezó a organizar esta nueva gira. Además, el otro día me mandó un WhatsApp para decirme que una de las actuaciones tendrá lugar en las ruinas romanas de Baalbek, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Oriente Próximo. Para mí supone un gran honor poder actuar allí”.
-Llama la atención toda esta actividad y los proyectos que están en marcha y, sin embargo, no resulta tan frecuente poderle escuchar aquí, en su tierra y, más en concreto, en su ciudad: Santa Cruz de Tenerife.
“Hace 20 años que el Ayuntamiento de Santa Cruz no cuenta conmigo. Me parece que deberían mirárselo, porque yo no he tirado la toalla y sigo moviéndome y actuando en todos lados. De hecho, tengo varias actuaciones programadas en Tenerife para cuando regrese de Líbano. Sin embargo, por lo visto, al Ayuntamiento de Santa Cruz no le hago mucha gracia. La última vez que actué contratado por el Consistorio estaba Miguel Zerolo de alcalde. Fue en 2001, con un espectáculo que hicimos en el Teatro Guimerá Polo Ortí y yo [A Bolerazo Limpio]. Desde entonces no han querido contar conmigo para nada. Y yo siempre he estado ahí para lo que hiciera falta. De hecho, cuando empezó la pandemia, la entonces alcaldesa Patricia Hernández me pidió colaboración y no dudé ni un momento en grabar un mensaje de apoyo a mi ciudad en estos tiempos tan complicados. Santa Cruz ha sido fundamental en mi vida y nunca dejaré de ayudar, al municipio y a sus vecinos, en lo que pueda ser útil. Por eso me llama poderosamente la atención que no tengan ningún interés en que Caco Senante trabaje con el Ayuntamiento”.
-Lleva más de 45 años con una carrera musical que, en buena medida, ha contribuido a llevar el nombre de Canarias y el de Tenerife por el mundo. ¿Le es hoy más complejo plasmar proyectos aquí que en el exterior?
“Sin duda. Yo nunca he sido el cantante Caco Senante, sino el cantante canario Caco Senante. La gente siempre me puso ese distintivo y es un orgullo. Y sí, es cierto que ahora me resulta más difícil hacer proyectos en las Islas que fuera. Aunque también quiero dejar claro que me siento muy querido en Canarias: la gente me transmite un cariño brutal, no así las instituciones públicas. Fuera del Archipiélago soy muy respetado, porque de alguna manera me consideran una referencia de la música en España. Aquí parece que no despierto ningún interés entre las administraciones públicas. No valoran el trabajo que hecho durante 45 años; no solo en mi beneficio, sino también en el de la cultura canaria”.
-Precisamente, hace algo más de un mes y medio adelantaba a este periódico el proyecto de grabar un disco junto a Pablo Milanés, dedicado a la música tradicional de las Islas, que completaría el viaje de ida y vuelta entre Canarias y Cuba iniciado con el álbum que grabaron en los noventa, Igual que ayer. También hablaba del nulo apoyo institucional a esta iniciativa…
“Le planteé a Pablo ese proyecto sin tener mucha fe en que pudiera salir adelante. Habíamos hecho el disco sobre música tradicional cubana y un día le propuse que por qué no hacíamos otro dedicado a la canaria. Él aceptó al momento y entonces empezamos a darle vueltas al repertorio. Le mandé los temas en los que yo había pensado y se ve que tuvo mucho interés, porque enseguida me los devolvió con los tonos que le iban mejor para grabarlos. De manera que creí que cuando viniese para acá y presentase el proyecto me iban a sacar hombros: no me hicieron ni caso [ríe]. Conseguir que una figura de la talla mundial de Pablo Milanés, con la que todo el mundo quiere contar, hiciera un disco de canciones canarias me parece un auténtico un lujo”.
-¿Ahora mismo tiene tiempo para sentarse con una guitarra y ponerse a componer?
“Por tener, tengo todo el tiempo del mundo. Lo que no hay es motivación. En este oficio nos ha tocado vivir una transición que, lamentablemente, a mi generación le resulta muy difícil asumir. Vengo del vinilo, más tarde me tocó pasar al disco compacto y ahora, a la nada. Ya no se graban discos. No deja de hacerme gracia cuando me preguntan si estoy grabando uno. Eso prácticamente ya no existe. Ahora se graban canciones, una a una, y cada vez es menos frecuente lo de ponerse a trabajar en el proyecto de un álbum con una docena de temas. De lo que se trata hoy es de grabar una canción, hacer un videoclip y desarrollar una campaña en las redes sociales”.
-¿Y en qué medida considera que este cambio tan sustancial influye en la calidad de la música que escuchamos?
“Pues mucho. De entrada, antes el talento se evaluaba de acuerdo con una serie de criterios y ahora no se mide el talento. Lo más importante en la actualidad son los me gusta, los likes. Y el éxito de un artista, y de un proyecto musical, está basado en eso. No en el talento que se posea. Es algo tremendo, demoledor. De manera que, en mi caso, como en otros muchos, no me siento cómodo en el actual panorama de la música. Porque no puedo hacer nada de lo que hacía antes. Es decir, si ahora compongo una canción, ¿qué hago con ella? En definitiva, es un mundo completamente nuevo al que para muchos artistas resulta muy difícil adaptarse”.
-Tras todo el ruido mediático y las acusaciones de desvíos de fondos, perjuicios económicos e ilegalidades, la Justicia ha desmontado el caso SGAE y sus ramificaciones. ¿Echa aún de menos una rectificación, una disculpa, de quienes realizaron sobre usted o sobre Teddy Bautista un juicio paralelo?
“Sí, lo sigo esperando de muchísima gente. Echo de menos que nos pidan perdón, que reconozcan que se equivocaron, que no hicieron uso de la presunción de inocencia de la que tanto se alardea en este país y nadie la practica. En todo esto había un objetivo muy claro: acabar con la Sociedad General de Autores y Editores. Y ese objetivo se ha alcanzado. La SGAE hoy no tiene nada que ver con lo que fue, sobre todo con la labor cultural que realizaba cuando yo estaba en el equipo de Teddy Bautista. Pero, bueno, por lo visto había que acabar con eso y se ha acabado con eso. Aquí se ha beneficiado muchísima gente. El caso SGAE se quedó en nada, pero nadie ha pedido perdón por arruinarle la vida a unas personas que han estado 10 años a dos pasos de la guillotina”.
-Como usted mismo escribió en un artículo publicado en DIARIO DE AVISOS, para pedir perdón es necesario ser valiente…
“Claro. Reconocer que te has equivocado en determinado momento de tu vida y pedir perdón por ello exige siempre valentía. Pero esa es una cualidad que, por desgracia, brilla por su ausencia en muchas personas”.
-¿Y qué ha sido lo más doloroso de todos estos años antes de que llegarán las sentencias?
“Lo primero, que mi familia tuviera que estar soportando una situación a la que debería haber sido totalmente ajena, porque quien estaba en la SGAE era yo, no ellos. Que debieran sufrir todo esto me afectó muchísimo. Y luego hay otra cosa que también me ha dolido mucho. Siempre he estado a disposición de la gente de mi tierra y, en el caso de los medios de comunicación, cuando han querido saber algo de Caco Senante, no han tenido más que llamarme por teléfono. Y yo les contaba, les cuento y les contaré. Sin embargo, cuando sucedió todo esto de la SGAE, muchos periodistas empezaron a publicar cosas, me acusaron de robar y ninguno me llamó. A ninguno se le ocurrió contactar conmigo y decirme: “Oye, Caco. Nos está llegando esto. ¿Tienes algo que decir?”. No, eso no se produjo. DIARIO DE AVISOS, he de decirlo, fue el único medio de información que sí lo hizo”.

-La pandemia nos ha trastocado la vida de arriba abajo en todos los sentidos. ¿Cómo está afrontando Caco Senante esta situación tan excepcional?
“Con unas ganas de cantar tremendas. Lo de cantar en la ducha no me vale [risas]. Estoy todo el día deseando subirme a un escenario, donde sea. Nunca en mi vida había estado tanto tiempo sin hacerlo. Desde que me dedico profesionalmente a la música, y también mucho antes, siempre me he buscado la vida para estar todo el día con una guitarra y cantando. De manera que todo esto, que de repente debas pasar más de 10 meses sin poder pisar un escenario, sin encontrarte con el público, sin disfrutar haciendo música en directo, lo he llevado muy mal. Me ha afectado mucho, sobre todo, anímicamente. Cuando el confinamiento, había días en los que me proponía aprovecharlos para componer, pero finalmente no podía hacerlo. Para crear has de tener una tranquilidad mental, espiritual, que en esos momentos no existía. Ha sido una época muy dura”.
-¿Y qué papel cree que están desarrollando las administraciones públicas, en España y en Canarias, para contribuir a que la cultura salga adelante en esta enésima crisis que está sufriendo?
“Realmente no sé si ese papel está siendo el adecuado. Pero de lo que sí estoy convencido es de que han llegado muy tarde. Parece que no se acaba de asumir que la cultura es importantísima para el desarrollo de una sociedad, de un pueblo. Han tenido a la gente frustrada durante casi un año, en medio de una situación que, como digo, es muy complicada para los creadores. Después, también tengo la impresión de que no hay orden ni concierto en esas políticas de apoyo al sector cultural frente a las consecuencias de la pandemia. Aquí habría que ayudar a todo el mundo: a los que están arriba y a los de abajo también. El que un artista no posea aún un nombre, que no haya trascendido con su propuesta, no quiere decir que nunca vaya a llegar ese momento en que lo haga y sea de mucha importancia para la cultura de su país, de su pueblo. Y cuando hablo de ayudar a todos, me refiero exactamente a eso. Por ejemplo, a las orquestas, que le han dado tanta vida a los pueblos de Canarias. En muchas ocasiones son grupos semiprofesionales y algunos de sus miembros pueden medio escapar con otras actividades, pero hay otros muchos que quiere dedicarse a la música y se les debe apoyar de alguna manera. En definitiva, creo que habría que hacer un repaso al censo de todas las personas del sector cultural, y no solo me refiero a la industria de la música, que ahora lo están pasando mal. Toda esa gente es la que mantiene viva a la cultura”.
-¿En qué otros proyectos se halla embarcado en estos momentos?
“Hay uno que considero muy interesante, que se va a plasmar precisamente con la Fundación DIARIO DE AVISOS. Preparamos un libro, Deja ver, en el que se reúnen las columnas de opinión que escribí durante más de un año en el periódico. Un volumen que se enriquece con fotografías que ilustran las cosas que voy contando en los artículos. Por otra parte, este verano vendré mucho a las Islas a cantar. En esa gira están confirmados varios municipios de Tenerife, como La Orotava o Santiago del Teide, y también confío en dar en La Laguna el concierto que se tuvo que suspender por la pandemia”.
De los momentos difíciles a la ilusión de subir a un escenario
A partir de las respuestas de Caco Senante, surge una impresión ambivalente. Cuando se le pregunta acerca del caso SGAE, se refleja en sus palabras amargura y, sobre todo, decepción. Desde 2011 no dejó de hablarse de desvíos de fondos y apropiación indebida en la entidad presidida entonces por otro canario, Teddy Bautista. Pero la Justicia fue desmontando el caso en todas sus vertientes hasta quedar en nada el pasado mes de marzo [el cantante tinerfeño fue absuelto en 2016]. Caco Senante no oculta su disgusto por el hecho de que muchas personas y medios de comunicación no tuvieran en cuenta la presunción de inocencia y optaran por una única versión de los hechos: la que se ha demostrado que era falsa. Sin embargo, el gesto del entrevistado cambia de manera radical al hablar de la música, la pasión a la que ha dedicado toda su vida. Caco Senante se entusiasma al hablar de sus ganas de escenario y de los múltiples proyectos que rondan por su cabeza. Incluido un libro que publicará con la Fundación DIARIO DE AVISOS.