Ha vuelto al Ayuntamiento de Santa Cruz para ser primer teniente de alcalde y concejal de Servicios Públicos, y lo ha hecho gracias a las moción de censura que firmó junto a Coalición Canaria y Evelyn Alonso. Guillermo Díaz Guerra asegura que el mejor gobierno para Santa Cruz es uno en el que esté el PP, y si está el PP ahora, es porque “el engaño y la traición” que personaliza en Matilde Zambudio, no permitió que pactara con el PSOE para estar antes. En lo que a la gestión se refiere, admite que la actual situación de crisis le ha obligado a renunciar a sus principales promesas electorales, como soterrar los cruces de la Rambla o construir nuevos aparcamientos, “hemos tenido que renunciar al margen de discrecionalidad que tiene cada concejal para cumplir con sus proyectos para garantizar la calidad y los empleos”. Otra de sus renuncias son los parking en altura, en este caso porque el PGO actual no se lo permite, como tampoco le permite dotar de luz y saneamiento a Las Teresitas, algo que, asegura, ya se iba a ejecutar este año.
-¿Qué se encontró Servicios Públicos cuando llegó?
Me encontré con un área inmensa y con un problema acuciante, el de reducir las proyecciones previstas para los siguientes años. Así que todas aquellas actuaciones que estaban en camino tenían que ser modificadas a la baja”.
-¿Y eso cómo se hace?
“El área de Servicios Públicos soporta los grandes contratos de mantenimiento de la ciudad, en los que nos gastamos en torno a 70 millones de euros. Son contratos de muchos millones de euros, que estaban en revisión para mejorar y crecer en los próximos años. Lo que tuvimos que hacer en muy corto espacio de tiempo fue no solo limitar ese crecimiento, sino ajustarlo a un nuevo presupuesto de recortes, porque sabíamos que en el 21 íbamos a tener menos presupuesto, así que se redujeron expectativas”.
-¿Solo las expectativas o también los contratos?
“Teníamos dos alternativas. Una era decirle a las empresas que iban a tener menos dinero y que ajustaran el servicio a ese presupuesto. En este caso, lo normal es que la empresas propusieran despedir a gente. Ante esa opción decidimos priorizar la segunda alternativa, que era no hacer modificaciones en los contratos ya vigentes. L o segundo que hicimos fue limitar el crecimiento de los que se estaban licitando. Concretamente, tres grandes contratos que llevan años parados, y que a pesar de todo los vamos a sacar, pero sin grandes crecimientos ni grandes inversiones”.
-¿De qué contratos habla?
“Me refiero al de mantenimiento de vías, parques y jardines, y mantenimiento eléctrico. Queremos sacar ya, de hecho estará publicado en un par de semanas, el primero, y en junio tener publicados los otros dos. Lo importante de estos contratos es que estén adjudicados antes de fin de año, porque van a empezar a funcionar el 1 de enero. Así que, lo que hemos hecho con estos contratos que ya han vencido su vigencia, las prórrogas, y estaban en continuidad, es sacarlos con un mínimo de calidad, sacrificando dentro del presupuesto lo que podríamos llamar compromisos electorales”.
-¿A qué se refiere?
“A que el presupuesto de una concejalía tiene cierto margen a la discrecionalidad del político de turno. En este caso, había compromisos adquiridos, como son esos 70 millones que se van a contratos con empresas, pero había un margen que el concejal destina a cumplir a sus compromisos electorales. Para mantener el grueso de esos contratos hemos suprimido ese margen de discrecionalidad, con lo cual yo me he quedado con las ganas este año de meter grandes proyectos o ideas buenas para la ciudad como los cruces soterrados de la Rambla, o las grandes actuaciones de parking”.
-Frente a esa perspectiva, ¿qué cosas sí va a poder hacer?
“A lo mejor no puedo acometer una infraestructura, pero sí dejar redactado el proyecto y proponer que, en vez de que la inversión sea realizada por el Ayuntamiento se saque a concesión para que la ejecute un inversor privado. Esa es la idea con la que ahora mismo trabajamos para dos o tres aparcamientos. Ahora mismo estamos con la redacción de la viabilidad de construcción de un aparcamiento público, debajo de la calle San Isidro. Si económicamente es viable, y urbanísticamente ya nos han dicho que se puede hacer, tiraremos para adelante”.
-¿Y cómo va el proyecto de los parking en altura?
“Pues con eso hemos recibido un palo grandísimo con la caída del Plan General de 2013. Al preguntarle a Urbanismo por esa posibilidad, nos ha respondido que el Plan vigente no lo permite. Así que esa es otra cosa a la que tenemos que renunciar, al igual que a urbanizar Las Teresitas, que si no hubiera caído el PGO ya estaríamos empezando a poner luz y saneamiento”.
-Entonces, ¿las nuevas plazas de aparcamiento pasan por construir un parking que ya ha dicho que no tiene dinero para construir?
“No. En cuanto Urbanismo nos dijo que no, empezamos a pensar en alternativas. Así que lo primero que hemos conseguido es arrancar con los usos provisionales, una figura que nos permite construir aparcamientos en superficie cogiendo un solar que no esté destinado a aparcamiento, y que podemos transformar en parking”.
-¿Y en qué punto está esa fórmula de usos provisionales?
“Estamos en la fase de viabilidad económica para ver en qué sitios que estén colmatados se pueda hacer aparcamientos de este tipo. El primero que vamos a asfaltar es el solar en el que se levantaba el mamotreto, el de Las Teresitas. Estamos redactando los pliegos. Hemos reclamado el proyecto a Infraestructuras y lo vamos a ejecutar nosotros. Lo que le he dicho a mi grupo de Gobierno es que sea gratuito o con precios muy económicos. Le he propuesto a Viviendas Municipales que se ponga en sus estatutos la gestión de parking. Yo los construyo, es decir, los asfalto, y ellos ponen la valla y una persona a controlar. Me han dicho que sí, y están en ello. Cuando acabe este año dejaré como mínimo dos solares asfaltados”.
-Dentro de los grandes contratos, uno que sí se encontró renovado fue el de Valoriza, ¿cómo está siendo la ejecución?
“Nosotros todos los lunes tenemos reunión con los jefes de servicios, y en las últimas tres semanas no hemos tenido que hablar de problemas de limpieza y residuos en la ciudad. Seguimos teniendo puntos negros, pero ya no hay sensación generalizada de suciedad, de caos. Hay problemas como estudiar horarios de pase del camión, de contenedores que no agradan por su situación, y luego los puntos negros de siempre, pero lo cierto es que se ha ido ajustando a lo demandado”.
-Entonces las sanciones a Valoriza ya no se están imponiendo…
“Con el contrato de Valoriza se dio un cambio radical a la limpieza en Santa Cruz. Se inició un nuevo modelo con el que, por ejemplo, se ha disparado la recogida selectiva, que ya lideramos en Canarias, y nos estamos acercando a ratios nacionales, todo en un año. Es cierto que han sido unos primeros meses insoportables de quejas, de molestias de reajustes, de reuniones, pero poco a poco se va enderezando. En cuanto a las sanciones, en las últimas inspecciones han salido sin incidencias, y respecto a nuestros parámetros de calidad, ahora mismo, ya están cumpliendo, cosa que al principio no”.
-¿Y la relación con la empresa cómo está?
“Es buena. Ellos han presentado un plan de reequilibrio económico financiero, donde exigen un incremento en la transferencia municipal muy importante, se lo hemos denegado, y únicamente le vamos a aceptar un cambio en el modelo de contenedores, porque el Ayuntamiento decidió optar por uno determinado, y eso supone un incremento del coste que asumimos porque es una decisión municipal. Y estamos ahora en discusión de los perjuicios que ocasionó el retraso de la puesta en servicio del contrato, que se retrasó casi dos años”.
-Otro gran contrato es el de Emmasa… ¿En qué punto está el conflicto por el dinero pagado de más según el Ayuntamiento?
“Es un tema complicado. El Ayuntamiento ha requerido a Emmasa que requiera a Sacyr el dinero, y también hemos requerido directamente a Sacyr que ingrese los 33 millones que han percibido, a nuestro juicio, indebidamente, así como para que deje de recibir esos dos millones que recibía anualmente. Sacyr nos ha dicho que va a traer a Emmasa, donde estamos representadas las dos partes, una propuesta de la fórmula de devolución de ese dinero. Propuesta que aún no ha llegado. Por otro lado, Sacyr ha presentado un contencioso administrativo contra el acuerdo de la Junta de Gobierno que le insta a devolver ese dinero. La empresa se ha dirigido a este Ayuntamiento para decirnos que, en tanto en cuanto no se pronuncie un juez, suspendamos la petición de reintegro, pero, desde nuestro punto de vista, nuestro acuerdo es ejecutivo, salvo que lo diga un juez”.
-¿Está distrayendo este asunto al Ayuntamiento de temas como la calidad del servicio o las inversiones?
“Precisamente, me preocupa mucho el tema de las inversiones que tiene que hacer Emmasa en Santa Cruz, una ciudad que necesita de infraestructuras hidráulicas. Necesitamos inversiones, por ejemplo, en la mejora de la calidad del agua desalada, mejorando la remineralización. Tenemos un agua de desaladora que ya se está inyectando pura al 100% en algunos depósitos de Santa Cruz. El agua de la desaladora por definición está indicada para mezclar con otras aguas (pozos, galerías), y le hemos dicho a Emmasa que creemos que se debe mejorar la remineralización de esa agua para que la calidad sea lo más similar a la calidad de agua que teníamos antes de la instrucción de agua de la desaladora. También hay que mejorar la red de distribución, o el saneamiento, donde nos quedan barrios enteros sin él como Barrio Nuevo o Valleseco”.
-Con un panorama tan complicado…y en el plano político, ¿qué aporta el PP a un gobierno municipal que no tenía con el PSOE y Cs?
“Nuestro objetivo era quitar a CC, y tuvimos una oportunidad de formar Gobierno con PSOE y Cs, algo que al final no se llevó a cabo por el engaño y la traición de quien prefirió pactar con Podemos antes que meter al PP en el gobierno, y lo personalizó en Matilde Zambudio. En cuanto a Patricia Hernández, ella tampoco quiso al PP porque le salía más rentable tener a Unidas Podemos que no le pedía áreas. Dicho esto, un año después, fuimos conscientes de que lo importante era que ese equipo de Gobierno no siguiera al frente de la ciudad. Ya no se trataba de programas electorales, sino de actitudes personales, se trataba de que cuando se es mala persona, no se debe estar en gestión pública, porque tus ansias de revancha o sectarismo se colocan por encima de los intereses generales”.
-Y firmó la moción de censura…
“El objetivo fue quitar a ese grupo de Gobierno y la única alternativa que teníamos era formar gobierno con CC, con quien las relaciones personales son buenas. El mejor Gobierno para este Ayuntamiento es el que tenga al PP formando parte de él, y el primer objetivo, que era quitar del Gobierno está conseguido. En estos meses nos estamos esforzando por trasmitir a nuestros socios que la gestión debe ser transparente y con visión de futuro. Si hay algo que ahora le puedo achacar a CC no es su falta de ganas, que las tiene, o su falta de cualificación, sino la falta de visión estratégica”.