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Un estudio analiza la COVID persistente en niños, el 4,4% se ven afectados más allá de un mes y menos del 2% más de dos

La mayoría de los niños se recuperaron en cuatro semanas, y una minoría experimentó síntomas después de un mes (4,4%, 77 de 1.734). Por lo general, solo les quedaban dos síntomas después de cuatro semanas. El síntoma más común experimentado fue la fatiga

Entre el 10% y el 15% de los infectados por el SARS-CoV-2 desarrolla Covid persistente, es decir que el paciente mantiene la sintomatología de la infección una vez pasada la fase aguda de la enfermedad, más allá de las 12 semanas del inicio de sus síntomas. La mayor parte de casos se dan en adultos, y poco se conoce sobre cómo afecta a los más pequeños.

Un estudio del King’s College de Londres (Reino Unido) arroja luz al respecto. Al parecer, los niños que desarrollan síntomas de COVID-19 suelen mejorar al cabo de seis días y el número de los que experimentan síntomas más allá de cuatro semanas es bajo (4,4%).

En este trabajo, un amplio estudio publicado en la revista científica ‘The Lancet Child & Adolescent Health’, los investigadores utilizaron datos recogidos a través de la aplicación para teléfonos inteligentes ‘ZOE COVID Study’, que incluye datos de más de 250.000 niños británicos de entre cinco y 17 años. Los síntomas fueron notificados a través de la aplicación por sus padres o cuidadores (en lugar de ser evaluados directamente en los niños) y el equipo no recogió datos relativos a la asistencia a la escuela.

Unos 1.734 niños desarrollaron síntomas de COVID-19 y recibieron un resultado positivo en la prueba de PCR cerca del inicio de los síntomas, y sus síntomas se informaron regularmente hasta que volvieron a estar sanos.

La mayoría de los niños se recuperaron en cuatro semanas, y una minoría experimentó síntomas después de un mes (4,4%, 77 de 1.734). Por lo general, solo les quedaban dos síntomas después de cuatro semanas. El síntoma más común experimentado por los niños con una larga duración de la enfermedad fue la fatiga.

El 84 por ciento (65 de 77) de los niños presentaron fatiga en algún momento de su enfermedad, y éste fue el síntoma más persistente. El dolor de cabeza y la pérdida del sentido del olfato también fueron comunes, (cada síntoma experimentado por el 77,9 por ciento (60 de 79) de los niños en algún momento del curso de su enfermedad). Sin embargo, el dolor de cabeza era más frecuente al principio de la enfermedad, mientras que la pérdida del sentido del olfato tendía a producirse más tarde y a persistir más tiempo.

De los 1.379 niños que desarrollaron síntomas al menos dos meses antes del final del periodo de estudio (el 29 de diciembre de 2020 o antes), menos del 2 por ciento experimentaron síntomas durante más de ocho semanas (1,8%, 25 de 1.379).

Los niños de más edad solían estar enfermos durante más tiempo que los niños de primaria (la duración media de la enfermedad fue de 7 días en los niños de 12 a 17 años frente a 5 días en los niños de 5 a 11 años). Los niños mayores también eran más propensos a tener síntomas después de cuatro semanas que los niños más pequeños (5,1% [59 de 1.146] niños de 12 a 17 años frente al 3,1 por ciento [18 de 588] de 5 a 11 años), pero no hubo diferencias en el número de niños que seguían teniendo síntomas después de ocho semanas (2% [19 de 934] de 12 a 17 años frente al 1,3% [6 de 445] de 5 a 11 años).

“Es tranquilizador que el número de niños que experimentan síntomas duraderos de COVID-19 sea bajo. No obstante, un pequeño número de niños experimenta una larga enfermedad con COVID-19, y nuestro estudio valida las experiencias de estos niños y sus familias”, explica la profesora Emma Duncan, autora principal del estudio.

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