erupción en la palma

El volcán se reactiva con dos nuevas bocas y temen que se desmorone

Un violento estallido a primera hora de la tarde forzó la inmediata evacuación de 160 residentes en tres zonas de El Paso; la ceniza se extiende por la provincia tinerfeña y arruina el tráfico aéreo con la Isla
El volcán se reactiva con dos nuevas bocas y temen que se desplome. Kike Rincón / Europa Press

Ayer fue un día para el miedo en La Palma. Porque miedo provocó que el volcán surgido el pasado domingo en Cabeza de Vaca (El Paso) abriera ayer dos nuevas bocas en su falda de las que emanó mucha más lava. Porque también miedo causó saber que la ceniza se desperdiga por gran parte de la provincia tinerfeña con tal intensidad que ha frenado el tráfico aéreo interinsular en la misma de forma notable. Y, sobre todo, por la brutal explosión acaecida a primera hora de la tarde de ayer, tan fuerte que su onda expansiva resultó visible a ojos vista, y que dio, desde luego, mucho miedo.

Por todo ello, resulta lógico que la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, calificara durante la rueda de prensa celebrada anoche tras el Comité Técnico del Pevolca como “peligro” y “peor escenario posible” un desmoronamiento, total o parcial, del cono volcánico, así como temibles coladas de lava más fluidas, piroclastos de mayor tamaño y abudante lluvia de cenizas.

Fue a partir de la una de la tarde cuando, previo a dicha gran explosión, se registró un aumento del tremor volcánico que resultó ser más intenso incluso que el producido entre la noche del pasado martes y miércoles por la apertura de una segunda fisura que acabó uniéndose a la inicial.

Al certificar el aumento sísmico de ayer, primero se pensó en confinar a unas 160 personas residentes en tres zonas de El Paso, como son Tajuya, Tacande de Arriba y Tacande de Abajo), pero, con el desarrollo de los acontecimientos descrito, se optó pronto por su evacuación, a tal punto que la inmensa mayoría de estos desplazados durmieron anoche en casa de familiares, el resto en el hotel de Fuencaliente y solo una decena con movilidad reducida son ya atendidos en el Acuartelamiento de El Fuerte (Breña Baja). En 24 horas se sabrá si pueden pronto a casa o no.

A todo esto, la lava que sale del volcán ha cubierto desde que comenzó la erupción un total de 190,7 hectáreas destruyendo hasta el momento 420 edificaciones, además de 15,2 kilómetros de carreteras, según los datos del satélite del programa Copernicus de la Unión Europea. Suponen algo más de 10,6 hectáreas más que en la última actualización de la mañana de este viernes y otros 30 inmuebles.

El semáforo volcánico de la Isla se mantiene en rojo, en situación de emergencia, y el proceso eruptivo continúa con una nueva boca que se ha abierto en la tarde de este viernes y que ha obligado a la evacuación de los núcleos poblados más cercanos.

Mientras tanto, otra consecuencia del volcán está dando mucha guerra. Se trata de la ceniza, que ha llegado a alcanzar los 3.000 metros de altitud y los vientos la dirigen hacia el sur, en dirección a las islas de El Hierro y de La Gomera, según el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo. Al norte de Tenerife ya llegó el pasado jueves, pero lo peor es que está colapsando el tráfico aéreo, a tal punto que Binter, líder del sector, ha tenido que dejar de volar en los aeropuertos de La Palma, La Gomera y Tenerife Sur, mientras Vueling ha cancelado dos vuelos desde Barcelona y Bilbao para este fin de semana.

El volcán da miedo, sí, pero como dijo el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, “estamos preparados para aguantar”.

La ceniza ‘ciega’ los telescopios en el Roque de Los Muchachos

Son los mejores ojos con los que cuenta la Humanidad para observar el Universo desde el hemisferio norte, pero el volcán impone su ley, y el observatorio del Roque de Los Muchachos ha tenido que cerrar sus telescopios para que no se vean afectados por la lluvia de cenizas.

“Ante la presencia de ceniza en el aire, y con el fin de proteger los sistemas ópticos de los telescopios, se procedió al cierre de operaciones de los mismos”, explicaron a través de un comunicado desde el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), responsable de su gestión.

Detallan que “la deposición de cenizas es reducida y no se ha identificado riesgo para la salud, por lo que se siguen realizando operaciones de tipo técnico en el observatorio, siguiendo las medidas de seguridad indicadas por las autoridades que gestionan la emergencia”.

Lamentablemente, el congreso Dark and Quiet Skies for Science and Society II, organizado por el IAC, ONU y la Unión Astronómica Internacional, con la colaboración de las instituciones de La Palma, y que iba a celebrarse en la isla del 3 al 8 de octubre, tendrá que ser telemático.

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