erupciÓn en la palma

Nemesio Pérez: “A nosotros no nos ha hecho falta ningún real decreto para ponernos a vigilar nuestros volcanes en Canarias”

El coordinador del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) declara al DIARIO que "hasta el último momento la población no debe relajarse"
Nemesio Pérez
Nemesio Pérez
Nemesio Pérez, coordinador del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN). DA

Nemesio Pérez respeta al volcán, pero no siente nada parecido al miedo. La erupción y sus consecuencias sobre la población le producen dolor, pero recuerda que somos volcán, estamos en un volcán y echarle la culpa sería no solo inútil, sino injusto. Lamenta que durante los últimos 11 años no se haya centralizado en Canarias la vigilancia por riesgo volcanológico, tal y como mandataron por unanimidad el Senado y el Congreso, y señala al IGN y al CSIC como “lobbies de presión”que han debilitado y tratado de minimizar el papel del Involcan, que ayer se congratulaba de que el Gobierno canario esté dispuesto a adquirir el 60% de sus acciones.

-Ha pasado años trabajando en divulgar los riesgos volcánicos, pero no sé si esperaba vivir esta experiencia y quisiera saber cómo va salir de ella.
“Comencé esta experiencia con transparencia, mucha fuerza y mucho compromiso y así terminaré. Me ha enseñado dos cosas importantes. Por un lado, me siento muy orgulloso del grupo de trabajo que lidero; me ha demostrado que son gente capaz de entregarlo todo. Y otra cosa que me parece muy importante: la percepción del riesgo volcánico en nuestras islas no es la adecuada, ni en España en general ni en Canarias en particular. Es tan evidente que esa percepción del riesgo no es la adecuada que decisiones que se habían tomado por unanimidad en las cámaras legislativas de nuestro país no se han cumplido, del Senado en 2005 y del Congreso de los Diputados en 2009, para que todos los recursos humanos y técnicos en la gestión científica del riesgo volcánico converjan bajo una mismo estructura, Involcan. Pero no solo la administración no tiene una percepción adecuada, sino la sociedad en general”.

-Usted lleva años divulgando esos riesgos…
“Sí, desde 2008 estamos pateando los 88 municipios de Canarias y hablando de los volcanes en las Islas, explicándoles a las personas cómo es el riesgo, cuáles son los distintos peligros asociados al fenómeno volcánico y cómo se puede reducir ese riesgo. Todo para hacer tomar conciencia. Mucha de esta divulgación ha sido en jornadas educativas que hemos hecho fuera de nuestro horario laboral, para divulgar y desde la responsabilidad”.

-¿Temía que ocurriera algo como esto y que la población no estuviera preparada?
“A nosotros (por Involcan) no nos ha hecho falta ningún real decreto para ponernos a vigilar nuestros volcanes, a otros sí. A nosotros no nos ha hecho falta un Pevolca para sacar programas educativos sobre fenómenos volcánicos a la calle, para poner en marcha programas de concienciación”.

-Parece herido a juzgar por esas palabras. ¿No se sienten Involcan y usted mismo bien tratados? ¿No se sienten queridos?
“Absolutamente, pero me ha dado y me da igual. Involcan solo ha sido querido por el Cabildo de Tenerife, que ha creído siempre en Involcan independientemente del color político que lo haya gobernado. Cuando Pepe Segura fue presidente del Cabildo impulsó la estación volcanológica de Canarias. Ha sido el Cabildo de Tenerife la única administración que ha cumplido con los acuerdos unánimes de las cámaras legislativas de nuestro país. De hecho, el Cabildo, después de cinco años esperando que alguna administración diera un paso al frente, decide en 2010 que no espera más. Pone en marcha el Instituto Volcanológico de Canarias esperando que se sumen el resto de administraciones. Cuando se puso en marcha lo hizo esperando que se sumara el resto. Han pasado 11 años y no se ha sumado ninguno. Evidentemente, somos necesarios, pero no nos hemos sentido queridos. Las piedras a Involcan han venido de lobbies de la Administración General del Estado, el IGN y el CSIC”.

-Si hay un antes y un después en el respeto a Involcan, ¿también lo hay para la vigilancia volcánica?
“Espero que esta erupción volcánica muestre a la sociedad en su conjunto, pero especialmente a las administraciones, que no nos podemos tomar a la ligera el riesgo volcánico, que tienen que adoptarse acciones ya recomendadas por la comunidad científica internacional para minimizar el riesgo volcánico en Canarias. Cuando visitábamos los 88 municipios canarios en esa tarea de divulgación, preguntaba a la gente si creía que estaba aumentando el riesgo volcánico, y si bien muchos no respondían y otros decían que sí, muy pocos, otros decían que no. Y yo tenía que decir la verdad: el riesgo volcánico está aumentando en Canarias sí o sí con respecto a 70 años atrás y no porque los volcanes estén cocinando más en el subsuelo, sino porque hay mayor desarrollo poblacional y económico puesto en peligro”.

-A la vista de lo ocurrido y pensando en el futuro, ¿tenemos que insistir en mecanismos para reducir esos riesgos?
“Debemos hacerlo. Tenemos que fortalecer aquellas acciones que reduzcan el riesgo volcánico y no lo podemos hacer si no estamos concienciados”.

-¿El único modo sería no construir, por ejemplo, sobre la colada que deja este volcán?
“Ese planteamiento es como un árbol dentro del bosque, porque se trata de la gestión y de la dimensión del riesgo volcánico. No voy a delimitar si se puede o no construir sobre la colada de lava, pero sí hay que zonificar el territorio para hacer infraestructuras críticas, de largo período de vida, para evitar que se construyan en zonas de riesgo volcánico. Más allá de eso, debemos ser conscientes de que planificar el territorio en función de la peligrosidad, sabiendo que tenemos una limitación muy importante, no va ser práctico. Las otras acciones tiene que pasar por contar con un sistema de vigilancia volcánica que pueda alertar de forma temprana, y un plan de emergencias que no sea un conjunto de papeles en una gaveta”.

-Entonces, ¿lo que ha existido ahora en cuanto a vigilancia es claramente insuficiente?
“El IGN tiene su red, Involcan tiene la suya, pero no hay coordinación, no hay cumplimiento de las decisiones de las cámaras legislativas, los recursos del ITER (Instituto Tecnológico y de Energías Renovables).No he visto que los recursos de otras instituciones estén al servicio de Involcan, que es lo acordado por las cámaras legislativas de este país”.

-¿Cómo siente usted el volcán? ¿Le produce miedo? ¿Ve normal que se humanice al volcán?
“Por supuesto. Hay tres razones por las cuales los territorios volcánicos son atractivos. Uno es la belleza paisajística. Esa paleta de colores y esas diferentes morfologías no se ven en otros lugares, aquí sí; la otra es poder experimentar de cerca la fuerza de la naturaleza, de una forma segura y respetando los radios de acción. La riqueza cultural y espiritual de las sociedades que habitan en territorio volcánico es enorme, porque la geología nos habla en formato de erupciones. Nuestra poesía, nuestro folclore, no existe en otros lugares. Es indescriptible experimentar esa sensación tan atractiva, viendo las tonalidades y escuchando el ruido del volcan”.

-En cambio, es un infierno para los vecinos de la comarca del Valle…
“Entiendo perfectamente a la gente que lo ha perdido todo durante estas semanas, pero el volcán es nuestra casa. Si no existieran estos procesos eruptivos no existiría Canarias, ni nuestra sociedad. Me solidarizo con los que lo han perdido todo y estaré junto a la Plataforma de Damnificados por el Volcán para que se restablezca el poder adquisitivo de las familias y se subsanen las pérdidas, pero estamos ante un proceso que tiene dos caras. Una cara de espectáculo y constructora de nuestro territorio y una cara de tragedia. Pero ¿tiene el volcán la culpa de lo que ha pasado? No tiene culpa. Es como si le echáramos la culpa de algo a la casa donde vivimos. Al vivir en un territorio volcánico activo, los largos periodos de tranquilidad generan un beneficio mayor que el destrozo que lo que hace en unos meses. Preguntémosle a la gente de Lanzarote qué sería sin el resultado de la erupción de 1730-1736, sin la erupción del Timanfaya. Esta erupción está tocando el corazón económico de La Palma. Es la cara de la tragedia, pero la parte de espectáculo hay que gestionarla correctamente. Se debe promover el turismo, que vengan los canarios a ver el elemento constructivo asociado a este fenómeno geológico. Si no hacemos que venga el turismo a ver el volcán, ¿no será mayor el problema y la destrucción de riqueza?

Nemesio Pérez
Nemesio Pérez, coordinador del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN). DA

-Me han pedido que le pregunte por su opinión sobre el rescate de los podencos.
“Tenemos que llegar al final de este partido, de esta crisis del volcán, sin muertos. Ganar es conseguir que no haya daños personales, que no haya muertos. Todos tenemos un papel que hacer, los científicos, los periodistas, las administraciones y la sociedad, y todos tienen que jugar bien para evitar que haya víctimas. Los seres humanos están por encima de estos actos, y los planes de emergencia son para salvaguardar la vida de las personas. Cuando se nos pregunta en el Comité Científico sobre que determinadas personas crucen coladas de lava donde hay tubos volcánicos para rescatar unos perros, no podemos sino estar en desacuerdo. Porque hay riesgos. Los responsables de protección civil no pueden permitir una actuación que supone riesgo para las personas. Todos esos imprevistos no pueden ser abordados de forma trivial. Me encantan los animales, pero lo primero es salvar vidas humanas y no se puede poner en riesgo una vida humana para otros fines; hay que respetar los límites de seguridad y de exclusión. Es mejor excederse en el celo que en defecto”.

-Si fuera uno de los afectados por el volcán, ¿querría volver a vivir en ese entorno?
“Si mi relación con el territorio fuera estrecha, rotundamente sí. Hay que respetar las normas, y ver si hay alguna modificación urbanística. Si he nacido en el Valle, si mi vida social y económica ha sido en el Valle, por qué me van echar del Valle, quiero seguir en el Valle”.

-La trascendencia internacional de La Palma por este evento geológico es indudable.
“He tratado de transmitirle esto al presidente de esta nación, a Pedro Sánchez, y se lo he dicho. En términos de emisión de dióxido de azufre que está emitiendo este proceso eruptivo, y en términos del impacto por el daño que han causado las coladas de lava, estamos ante la erupción más importante de Europa en los últimos 75 años si tenemos en cuenta la erupción del Vesubio, lo que es muy importante. El presidente Sánchez no conoce el territorio volcánico ni los riesgos, que no los conocen ni los propios habitantes de nuestra tierra. Se trata de concienciar”.

-¿No debo preguntar cuándo va a terminar la erupción…?
“Claro que puedes preguntar, otra cosa es que lo sepamos los que tenemos que contestar. No tenemos ni existe una herramienta científica que, en función de lo que estamos observando ahora, pueda prever que pueda terminar en una fecha concreta, pero sí sabemos lo que ha hecho la geología en Cumbre Vieja en los últimos 600 años y sabemos que hemos tenido siete erupciones antes que esta y sabemos que han durado entre 24 y 84 días, una regla de oro en geología, por lo que esto es lo más probable. Pero puede ocurrir que dure más tiempo. Sí tenemos alguna herramienta que nos puede dar luz al final del túnel y es la emisión de dióxido de azufre. Si empieza a tener una tendencia descendente, podemos visualizar la luz al final del túnel, porque hay una estrecha relación entre el dióxido de azufre y el magma que sale. Si baja ese parámetro, será un chivato de que puede estar cerca del fin. Pero eso no ocurre ahora, el dióxido de azufre está en 30.000 y 40.000 toneladas diarias. Estaba teniendo una tendencia descendente y en los últimos días se ha disparado”.

-Los terremotos son un motivo de preocupación para la población.
“No debemos tener miedo, debemos tener mucho respeto, mucho, y la razón es muy sencilla: la gente debe tener claras las normas de autoprotección ante la sismicidad. Digo esto aun cuando el riesgo volcánico no ha causado importantes pérdidas humanas en Canarias. Lo único que me ha sorprendido de este volcán es el enjambre sísmico inicial, a una profundidad de 10 kilómetros. Todo fue muy rápido, y es algo que nos llamó mucho la atención. Cuando se abrió la boca del volcán estaba en el Cabildo y me emocioné. Pasamos una semana muy intensa, y esa emoción fue una descarga del estrés, pero también me emocioné porque supe que aun cuando iba a ser algo importante geológicamente, sabía que iba a generar mal, y que esta era una erupción que se producía en el valle, y aunque fuera solo por 24 días, iba a arrasar propiedades”.

“Hay que respetar al volcán. Solo ganamos si no hay víctimas”

Pocos días después de que la iglesia de Todoque quedará sepultada para siempre bajo la lava, Nemesio acudió a una entrevista en la plaza de Tajuya, el mirador privilegiado para ver la erupción. Allí se encontró con una joven pareja que mientras miraba el volcán lloraba desconsolada. “Se preguntaban cómo iban a olvidar, cómo se iban a recuperar. Es inevitable que esto cause una inmensa tristeza”, dice el responsable de Involcan. A cada paso que da se encuentra con nuevas historias de pérdidas. Cree que esa tristeza se diluirá en el futuro, pero teme los riesgos que se están gestando. “Me preocupa que ahora, después de más de 40 días de volcán, la gente empiece a perder el respeto al volcán. Eso sí es un riesgo enorme. Hasta el último momento la población no debe ni puede relajarse. Con el paso del tiempo se puede pensar en normalizar este volcán y esa normalización acarrea un pérdida de respeto y de prudencia, ahora hay que estar más atentos que nunca, porque eso está directamente ligado a que pueda haber victimas mortales. Ganamos solo si hay cero victimas”.

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