El primer ministro de Italia, Mario Draghi, está estudiando la fórmula adecuada para disolver el partido neofascista Fuerza Nueva (FN), una acción que serviría como respuesta tras los disturbios de tan solo hace unos días en el centro de Roma y la dificultad de las fuerzas del orden por contenerlos, según informa El Español.
Periódicos como el histórico Corriere della Sera apuntan en esta misma línea, pero matizan que “Draghi se está moviendo con extrema cautela” al tratarse de un “tema políticamente explosivo”.
De concretarse la ilegalización de FN, sería la primera vez en la historia del país transalpino que se disuelve una formación política neofascista por la vía de un decreto del Gobierno.
La situación es compleja, teniendo en cuenta que entre el próximo domingo y el lunes se celebrará la segunda vuelta de las elecciones municipales, siendo Roma un escenario para la batalla entre la derecha e izquierda. Un eventual decreto que confirme la disolución del Fuerza Nueva podría “incendiar las plazas”, detalla el citado medio italiano, si bien afirma que “si Draghi cree que las instituciones democráticas peligran”, no le temblará el pulso.