En el verano de 1971 se inauguró el Hospital General y Clínico de Tenerife. Yo era unos de los médicos que abrieron aquellas puertas. Estuve por lo tanto en él, 40 años. Tratar de mirar atrás y analizar el camino recorrido es más difícil, de lo que pensé, pero creo que tengo alguna fuerza moral para decir algo por los años que estuve en él, porque fui director médico en dos ocasiones y rector de la Universidad en momentos muy importantes, por ejemplo, cuando alcanzó la condición de Hospital Universitario de Canarias. El nombre ya lo había adquirido antes. Nombre y condición se alcanzaron con administraciones de distinto signo político.
¿Cuál era el objetivo fundacional? Mejorar la calidad asistencial de Canarias y servir de hospital base de la nueva Facultad de Medicina. Creo que es el único hospital de España que se crea pensando en la Facultad de Medicina anexa. Se quería además que fuera un Hospital puntero no solo en la región, sino a nivel nacional.
¿Se consiguió el objetivo? Sí, claramente sí y en un tiempo récord. ¿Por qué se consiguió? Por muchas razones. Porque el Cabildo, que era dueño, gestor y paganini, no escatimó esfuerzo en conseguirlo, incluso por encima de sus posibilidades, supliendo, así como siempre hacía, los déficits de la Administración central, función que hoy corresponde al Gobierno Autónomo. Además, la Universidad, por supuesto, estaba a la altura, las plazas de profesores no faltaban, en sus presupuestos había partidas específicas para comprar nuevos aparatos para el hospital, se apoyaba la investigación y las infraestructuras. En resumen, todos los implicados solo pensaban en atender, consolar, curar enfermos, investigar y un alto porcentaje de profesionales pretendían hacer carrera universitaria, es decir, unir los valores y función social de la Sanidad y la Universidad. ¿Se necesitaba motivaciones más excelentes?
Indudablemente, el Hospital Universitario de Canarias significó un hito, un antes y un después en la asistencia médica en Tenerife. Era un modelo distinto. Se adaptó a lo que se necesitaba en el momento, y supo dar respuesta. Cuando hoy algunos de los fundadores, nos sentamos en una mesa con compañeros a los que conocimos de alumnos o corriendo por los pasillos aprendiendo a hacer una historia o dar su primer punto no podemos reprimir un sano orgullo, hoy son jefes y responsables, pero me da que tienen el mismo espíritu que nosotros, pero los apoyos son distintos, hoy la administración no tiene la actitud de apoyo renovación e inversión que tuvo antaño. El primer Hospital Universitario de Canarias parece el hermano pobre de la Sanidad.
Dicen que en la vida lo importante no es llegar, sino mantenerse. ¿Se ha mantenido hoy Hospital Universitario de Canarias? Cuidado que no estoy diciendo que no esté dando una buena asistencia médica. Estoy hablando de otra cosa. ¿Y por qué creo yo que no se ha mantenido? Porque pienso que no le han dado su sitio en la sanidad pública, el lugar que claramente le corresponde. Hablemos de ello.
Todo comienza cuando se le empieza a llamar Buque insignia, cuando pretende ser distinto en un momento que la estructura sanitaria no lo permite; cuando se empieza a considerar que su función universitaria es secundaria y cuando se tratan de separar las horas docentes, investigadoras y asistenciales. Esto es muy importante, llega un momento en que se vende en algunos sectores, que la condición de Universitario perjudica a el Hospital. Todos los hospitales de España, Europa y Canarias quieren ser Universitarios, pero cierto populismo vende separar al personal entre “patas negras” (así se llama a los que dedicamos muchas horas a, detrás de unas oposiciones, ser profesores universitarios) y los asistenciales, con naturaleza docentes, pero no interesados en la condición de profesionales de la Universidad. Esto fue un conflicto interno creado desde fuera.
Por la casualidad de ser el único rector médico del Consejo de Universidades, en ese momento, tuve el “privilegio “de trabajar con una persona ejemplar, Alfredo Pérez Rubalcaba (profesábamos la idea de que el diferente no es el enemigo y además a veces tiene razón), en la elaboración del Decreto que regula los Hospitales Universitarios, todavía en vigor. La plaza vinculada era la única solución a plazas asistenciales obtenidos por concurso publico y plazas universitarias obtenidas por oposición. Es querida y utilizadas en todos los hospitales nacionales, solo se discutió en el HUC.
Pasemos a otro punto. Todos los Hospitales de todas las Islas Canarias o son nuevos o han sufrido reformas importantísimas. En el Hospital Universitario de Canarias solo ha obtenido ese nivel el Edificio ambulatorio. Todo su armazón principal, su hospitalización y otros servicios siguen siendo los mismos de hace 50 años. Hay muchos proyectos, pero no se ha consolidado ninguno. No es hora de establecer comparaciones, porque todas las obras realizadas son justas y necesarias, pero ¿por qué el HUC está atrás? ¿Será por su nombre y el cambio de dependencia? Leo en la prensa de hoy, grandes inversiones previstas para mejorar la sanidad en alguna isla con acuerdos con su Universidad. Más de 100 millones de euros. Me alegro. Así debe ser. ¿Para cuándo la reforma estructural del edificio antiguo de hospitalización en conexión con la nueva Facultad de Medicina, que también tiene 50 años y necesita una nueva? ¿Ese dinero europeo no prioriza las mejoras sanitarias? ¿Nos va a llegar a todos para que nadie se quede atrás o solo a algunos?
Podíamos seguir hablando de plazas asistenciales y docentes, de temporalidad, de envejecimiento, de concursos nacionales, de obras interminables de Norte y Sur que ya nadie nombra, de hospitales docentes y hospitales universitarios (no es lo mismo), de informática, no toca, pero…
Agradezcamos al Ayuntamiento de La Laguna su gesto de reconocimiento al Hospital que alberga en su Universitario suelo. Celebremos sus importantes 50 años y su contribución a la sanidad Canarias, pero, por eso, por ser de Canarias, otras instituciones tienen la obligación de ponerlo en condiciones para los próximos 50 años.
- Exdirector Médico del Hospital; Exrector de la ULL.