Enfermeras y fisioterapeutas de los hospitales públicos de Tenerife y Gran Canaria se concentraron ayer para advertir de que la Sanidad pública tiene un pronóstico “muy grave” porque “no se destinan los medios y profesionales necesarios”, con las listas de espera “saturadas y disparadas”, así como infraestructuras insuficientes.
Esta concentración, que se suma a la que se celebró el pasado 10 de febrero en los Centros de Salud, reitera el “gran engaño que están sufriendo” los sanitarios y el conjunto de la sociedad “por parte de unas administraciones públicas y partidos políticos que aplaudieron” a la Sanidad Pública durante lo más duro de la pandemia y “ahora se esconden”.
“No solo están enfermas las personas que necesitan atención y cuidados en estos centros, también nuestra Sanidad pública y su pronóstico es muy grave porque no se quieren destinar los medios y profesionales necesarios”, afirmó el Sindicato de Enfermería SATSE.
Los profesionales aseguran que “no hay ni recursos, ni medios ni profesionales suficientes en los hospitales públicos, lo que genera numerosos problemas y deficiencias que impiden poder ofrecer una atención y unos cuidados de calidad”. Se están produciendo esperas de semanas y meses para ser atendido en una consulta, realizarse una prueba diagnóstica o ser intervenido.
Asimismo, denuncian la saturación y situaciones de colapso en servicios “sensibles como las Urgencias”, a lo que unen el que haya “camas en pasillos o cerradas en verano”, todo ello por la “falta de interés de administraciones y políticos”.
Esta “realidad es la que sufren diariamente los sanitarios” que trabajan en los hospitales, apuntando que “repercute gravemente en su salud física, psicológica y emocional al estar en una permanente situación de sobrecarga, saturación y tensión asistencial que les imposibilita” realizar su labor. “Una profesional atiende y cuida a 25 y 30 pacientes”, cuando la “ratio segura es la de seis u ocho por cada enfermera en una planta”.
A ello se suma, recuerda SATSE, que se encuentran “exhaustos y muy afectados a todos los niveles después de dos años de lucha contra la pandemia”, además de tener “contratos precarios y temporales”, desarrollar su labor a turnos, de noche y durante los domingos y festivos, “con los problemas a la hora de conciliar su vida laboral con la personal y familiar”.