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La inseguridad se convierte en la principal preocupación de Salamanca, en Santa Cruz

La Asociación de Vecinos La Arboleda realiza un sondeo entre más de un centenar de empresarios y residentes para conocer de primera mano sus inquietudes, entre las que destaca la falta de limpieza
Los encuestados denuncian que la actividad comercial se ha visto afectada por la inseguridad. Fran Pallero
Los encuestados denuncian que la actividad comercial se ha visto afectada por la inseguridad. Fran Pallero

La Asociación de Vecinos La Arboleda, que aglutina los intereses de los barrios de Salamanca, Uruguay y Acacia de Santa Cruz, ha querido poner sobre el papel las quejas que lleva años escuchando de los residentes y comerciantes de esta zona de la capital chicharrera. Para ello han llevado a cabo un sondeo de opinión a 100 empresarios y a 35 vecinos del barrio con el fin de conocer su opinión sobre la calidad de vida, “identificando el déficit de necesidades para establecer una sinergia de colaboración entre la asociación y los organismos oficiales, para encontrar las soluciones adecuadas que impliquen una mejora de la calidad de vida y del bienestar de los ciudadanos”, como se explica en el resultado del sondeo al que ha tenido acceso DIARIO DE AVISOS. Una encuesta realizada a pie de calle que refleja que la principal preocupación de los vecinos tiene que ver con la inseguridad y con el fenómeno de los okupas. Le sigue en ese orden de preocupaciones la limpieza de las calles, los contenedores de basura, la falta de aparcamientos, la ayuda a personas sin hogar, el mantenimiento de vías y aceras, la iluminación y la solicitud de un parque para perros.

La sensación de inseguridad que predomina en el barrio de Salamanca viene avalada, según los encuestados, por cifras como las de los 21 robos que aseguran que se han producido en el último año a viviendas, comercios y vecinos: “La mayoría no son denunciados por miedo a represalias y por el tiempo que requiere el trámite de las denuncias”, apuntan. Así, detallan que, en el cruce de la calle de Salamanca con Islas Canarias, centro neurálgico comercial, “han aumentado notablemente los robos, amenazas e insultos; también personas que ocupan las aceras y ensucian las calles dejando envases de bebidas alcohólicas en las aceras, detectándose incluso consumo y venta de estupefacientes en la misma calle”.

Continúan describiendo la situación afirmando que “algunas dependientas tienen miedo e incluso pánico por los insultos y vejaciones que reciben de determinados “usuarios drogodependientes conflictivos”, llevándose a veces productos sin pagar y acosando a sus clientes, especialmente a las personas mayores, pidiendo dinero. Todo ello en medio de una gran crisis económica y social”. Reclaman una mayor presencia policial y proponen la creación de una Policía de Barrio, cuya presencia actúe de forma disuasoria.

Esa preocupación se plasma además en una vieja demanda del barrio Salamanca, que no es otra que la petición de que se traslade el Centro San Miguel, “que realiza una gran labor, pero que implica que algunos de sus usuarios se queden todo el día en el barrio, generando molestias a los vecinos”.

En cuanto a los edificios okupados, aseguran que es preocupante “el aumento de okupas en el barrio (calle Febles Campos, Pedro Pinto, Obispo Pérez Cáceres), por la inseguridad de venta de estupefacientes, broncas e incendios, como en el antiguo edificio de Diario de Avisos y el edificio de tres plantas de la calle Pedro Pinto. Hay una extendida sensación de los comerciantes de que la policía municipal solo aparece para multar vehículos aparcados en doble fila y no para garantizar la seguridad de los ciudadanos”, afirman en el documento.

El segundo de los temas que más veces salió a colación en la encuesta realizada por La Arboleda fue la de la limpieza de las calles, sobre todo en lo relacionado con la plaga de cucarachas y ratones que aseguran que está presente en el barrio. “Especialmente se detecta deterioro, incluso de fachadas de edificios y del mobiliario urbano, por los orines de los perros, generando mal olor y mala imagen”, afirman. “Los empresarios suelen reclamar para que vengan a limpiar, incluso algunos tienen que limpiar sus aceras”, añaden, para luego denunciar la presencia de “una plaga de cucarachas y ratones provenientes del alcantarillado público, lo cual resulta desagradable no solo por producir asco, sino además porque pueden transmitir enfermedades contagiosas”. Por eso, “se solicita con mayor frecuencia la limpieza, baldeo y cepillado mediante mangueras con agua a presión, desinfectando las calles y las aceras”.

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