No tienen voz en la publicidad, en la televisión o en las revistas. No suelen aparecer en el cine salvo para ser motivo de burla. En las tiendas pocas veces hay ropa de sus tallas y en el cine, la guagua, el avión o las terrazas no siempre la silla es adecuada para ellas. Las personas gordas se han visto apartadas de la sociedad, una discriminación que, como alerta Magdalena Piñeyro, pionera en la lucha contra la gordofobia en Canarias, puede conducir a las personas a la depresión: “Hay quienes me han contado que dejaron de salir a la calle por miedo a ser juzgadas, a que se rían de ellas. Las personas gordas siempre somos juzgadas, incluso si salimos a hacer ejercicio”.
Magda, como es conocida en sus redes sociales, nació en Uruguay pero lleva años afincada en el Archipiélago. En 2013 creó en las Islas la primera plataforma de toda España en dar voz a las personas gordas: ‘Stop Gordofobia”, donde se invitaba a las personas a compartir sus testimonios sobre la discriminación que sufrían por su peso. Hoy en día, gestiona la plataforma junto a otras dos compañeras, Adnaloi Vila y Carmen Godino. Y el éxito del proyecto ha quedado más que constatado nueve años después de su lanzamiento: 100.000 seguidores en Facebook y miles de testimonios compartidos. Entre ellos, el de un chico que contó que le habían despedido de su puesto de trabajo, en una gasolinera de Tenerife, por el simple hecho de ser gordo.
Con ‘Stop Gordofobia’ Magda abrió una ventana entre el odio que existe en las redes, un espacio donde una parte oprimida de la sociedad podía expresarse sin miedo a los prejuicios. Pero hacer activismo contra la gordofobia en una sociedad que lo castiga no es fácil. De hecho, Magda se mantuvo en el anonimato cuando lanzó su plataforma: “Estuve un año administrando la página sin decírselo a nadie, ni siquiera a mi familia”, explica. Antes de dar el paso de hacerlo público, asegura que sintió “vergüenza”, mientras que ahora reconoce como “importante” haber decidido dar la cara, ya que así otras personas gordas pueden sentirse identificadas y salir del anonimato.
“Hemos avanzado muchísimo en materia de visibilidad y cada vez son más las personas que difunden su trabajo. En Canarias tenemos ilustradoras, fotógrafas, modelos, escritoras”, enumera Magda. Algunas referentes en el activismo contra la gordofobia en Canarias son la ilustradora BlueLeela (@blueleela), la humorista Carmen Cabeza (@tata_head), la poeta Aida González Rossi (@noimantada) y la influencer y la modelo Ángeles Ramírez (@sweetXL_blog).
El activismo contra la gordofobia ha crecido tanto en las Islas en los últimos años que ahora las acciones discriminatorias pasan menos desapercibidas: “Hace poco, por ejemplo, salió un juguete que era un cerdito que se colocaba dentro de la nevera para que, cuando abrieras la nevera para comer, el cerdito hiciera ruido. Ese muñeco tuvo que retirarse gracias a la presión que hubo en las redes sociales”.
Las mujeres, las que más presión sufren
Uno de los mitos que defienden quienes juzgan a las personas gordas es que el peso determina la salud de las personas. En este sentido, Magda recuerda que “la propia Organización Mundial de la Salud define la salud como algo integral, que incluye lo físico y lo mental. Es muy difícil afirmar que se tiene salud y, sobre todo, es más difícil aún cuidar de un cuerpo que odias”.
La activista considera que, de ese odio al propio cuerpo, derivan problemas tan importantes como el seguimiento de peligrosas dietas o la realización de operaciones estéticas: “En una sociedad machista, todo esto afecta mucho más a las mujeres, ya que “los hombres son sujetos válidos por lo que hacen, por practicar un deporte, por su profesión o por cualquier otra cosa que no tenga que ver con su cuerpo. En el caso de la mujer, su cuerpo y su belleza es su valor más absoluto”. Esto es lo que Naomi Wolf explicaba en 1990 en su libro ‘El mito de la belleza’.
Para derribar todos estos conceptos, Magda fue directora recientemente de las II Jornadas sobre Gordofobia y violencia estética contra las Mujeres, organizadas por el Instituto Canario de Igualdad (ICI). Asimismo, ha sido Coordinadora del Proyecto CUERPOS. Sensibilización sobre violencia estética, gordofobia y diversidad corporal, impulsado por la Concejalía de Igualdad y LGTBI del Ayuntamiento de La Laguna, donde se impartieron talleres de concienciación con los que se llegaron a más de 1.200 personas.
“Desde el activismo gordo lo que denunciamos es que la gordofobia es mala para la salud. Es habitual escuchar un discurso contra el peso de las personas gordas, cuando realmente hay que poner el foco en que nos están discriminando, nos están tratando mal y eso genera problemas de salud”, remata la activista.