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Cuatro historias sobre la batalla contra la ceniza en La Palma: los Julios, Hilda, Vicente y Agustín

Armados con palas, chalecos y maquinaria, la resistencia palmera lucha contra los efectos del volcán
Julio, Hilda, Vicente y Agustín son vecinos de la isla de La Palma que durante la fase posteruptiva del volcán se han encontrado con toneladas de ceniza sobre sus casas | Fotos: I Love The World / Kike Rincón (Europa Press)

La erupción del volcán de La Palma ha obligado a los isleños a pasar por varias fases: desde el impacto de los primeros momentos, pasando por la resignación ante el avance de las coladas, hasta llegar a la actual posición combativa. La lucha ahora es contra la ceniza y los piroplastos que tapan por completo algunas viviendas y amenazan con dañar de forma irremediable techos y paredes.

Armados con palas, chalecos y maquinaria la resistencia palmera lucha contra los efectos del volcán. En las últimas semanas hemos conocido cuatro historias sobre la batalla contra la ceniza en La Palma: las de los Julios, Hilda, Vicente y Agustín. Gracias al trabajo de campo de la productora audiovisual I Love The World, sin cuya labor no habría sido posible que estos ejemplos obtuvieran visibilidad, te relatamos a continuación cómo cada uno de estos vecinos palmeros tratan cada día de recuperar sus casas, ubicadas a las faldas del volcán.

1. Los Julios: Julio ‘padre’ y Julio ‘hijo’ luchan para llegar al “corazón de su vivienda” en La Palma

Julio ‘padre’ y Julio ‘hijo’ declinaron el ofrecimiento de ayuda de la ong Tierra Bonita al considerar que había otros afectados que lo “necesitan más” | Foto: I Love The World

La de los Julios es la historia de Julio ‘padre’ y Julio ‘hijo’, dos vecinos naturales de Las Manchas que llegaron incluso a rechazar la ayuda que les ofrecía la ONG Tierra Bonita, que cuenta con maquinaria para retirar la ceniza, ya que consideraron que había otros afectados por el volcán que “son mucho más débiles y la necesitan más”. Así, ambos decidieron que “unidos como siempre, solo con palas y carretillas pero contando con uñas y dientes”, podrían llegar al corazón de su cada en La Palma.

En palabras de los fotógrafos de la empresa tinerfeña I Love The World, Julio ‘padre’ y Julio ‘hijo’ constituyen “otro ejemplo del tesón de muchos palmeros, que mientras tengan brazos y piernas, seguirán adelante”.

2. Hilda: La guerrera palmera de 85 años: “Hay mucho por hacer, pero al menos no perdimos la casa”

Hilda, octogenaria que se puso manos a la obra, con pala y cubo, sin esperar la ayuda de nadie para acabar con las cenizas | Foto: I Love The World

El caso de Hilda, una guerrera palmera de 85 años, indignó y asombró a muchos lectores a partes iguales. Por un lado, se echan en falta más manos para ayudar a los mayores que están conviviendo con las consecuencias de la erupción en La Palma, mientras que por otro lado, hay que poner en valor cómo esta octogenaria no espera a que otros vengan a ayudarla, sino que ella misma limpia con una pala y un cubo las toneladas de ceniza que hay acumuladas sobre su vivienda.

“Todavía hay mucho por hacer”, afirmaba Hilda, quien pese a estar pasando por una situación tan complicada sacaba fuerzas de flaqueza para recordarle a su nieta que “somos muy afortunadas porque nos queda mucha vida juntas y nuestra casa no se la llevó el volcán”.

3. Vicente: Logró desenterrar su casa, la más cercana al volcán, pero recordó que faltan las carreteras, la luz y el agua

Vicente Leal, vecino de Las Manchas propietario de la casa más cercana al volcán | Fotos: Kike Rincón (Europa Press) / I Love The World

La fortaleza de Vicente Leal, propietario de la casa más cercana al volcán de La Palma, es ya bien conocida. Cuando fue a buscar por primera vez su vivienda tras la erupción se encontró con que sobre la ceniza apenas se veían las dos chimeneas, algo que consideró “un milagro”. Su tesón le llevó a confiar en que su casa seguía intacta pese a lo próxima que había pasado una colada, los fuertes terremotos que hubo en la zona y la frecuente caída de piroplastos. Por ello, pidió ayuda para desenterrar su casa y, tan solo un día después de su llamamiento, decenas de voluntarios acudieron al rescate.

El final de esta historia está hoy más próximo, ya que Vicente ha avanzado mucho en las tareas de recuperación de su vivienda, en la que antes vivían su hijo Saúl y su nuera María. La semana pasada logró liberar los techos, que hay que cambiarlos, mientras que tras limpiar las paredes descubrió que el interior está “casi intacto”.

La pesadilla de Vicente, Saúl y María, no obstante, terminará cuando por fin puedan volver a habitar su vivienda, ya que todavía “faltan el agua, la luz y las carreteras”. Esa es la batalla que todavía siguen luchando.

4. Agustín: Desbordado por la solidaridad de sus vecinos para que “no se sienta olvidado”

Agustín junto a voluntarios de la ong palmera Tierra Bonita, que le ayudan estos días a recuperar su casa, enterrada bajo ceniza | Foto: I Love The World

Tras los Julios, Hilda y Vicente, el próximo palmero que trata de ganarle la batalla a los daños ocasionados por el volcán se llama Agustín. Este damnificado por la erupción se veía incapaz de eliminar toda la ceniza que empuja y tapona su vivienda, pero sus vecinos no piensan dejar que se dé por vencido y han acudido en su ayuda para que “no se sienta olvidado”.

“Llegaron ellos y ellas, los voluntarios, que son vecinos y gente de todas las Islas que luchan por recuperar cada casa aunque sea con uñas y dientes”, cuentan desde I Love The World sobre esta última historia que nos deja la fase posteruptiva del volcán de La Palma.

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