Ayer contábamos que Lorenzo, uno de los artífices de los conocidos bocadillos de La Garriga, se jubilaba. Hoy conocemos que le toca el turno a José Manuel, otro de los trabajadores del local, que tanto tiempo ha compartido con los numerosos clientes que acuden allí.
Sus compañeros de La Garriga reconocen tener una sensación “triste y alegre a la vez” porque tiene “bien ganado” su descanso, pero se deshacen en elogios hacia José Manuel: “Se nos va un amigo, padre, compañero, confidente y buen profesional”.
Desvelan que el suyo será “un hueco difícil de llenar” pero le desean la mejor jubilación posible tras años y años detrás de la barra de La Garriga.
Desde DIARIO DE AVISOS, como hicimos con Lorenzo, le deseamos una feliz, y merecida, jubilación a José Manuel.