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La ciudad de Santa Cruz celebra hoy el 528 aniversario de su fundación

El cronista oficial, José Manuel Ledesma, reivindica el “carácter histórico y conmemorativo” de las fiestas fundacionales, que hoy se rememoran con cruces de flores en las calles y la solemne procesión
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La Cruz Fundacional, que esta tarde sale de nuevo en procesión, se custodia en la Iglesia de La Concepción. Sergio Méndez

El día 3 de mayo de 1494, hace hoy 528 años, las huestes castellanas al mando de Alonso Fernández de Lugo clavaron en la playa de Añazo una rudimentaria cruz de madera, de 2.05 metros por 1.30, y 0.10 metros de espesor, con la que oficiaron la misa que conmemoraba la Fundación del Puerto y Lugar de Santa Cruz. Ahí comenzó la historia de la actual capital de la isla de Tenerife, tal y como narra su cronista oficial, José Manuel Ledesma, quien reivindica “el carácter histórico y conmemorativo que merecen” la fiesta fundacional.

Como la fecha coincidía con la festividad de la Invención de la Cruz, existe constancia documentada de que a partir de 1513 el Cabildo nombraba guardas para que se incorporaran a la fiesta que ese día se celebraba en el Puerto y, además, añade: “Que es la fiesta del pueblo”. La Cruz Fundacional permanecería en el mismo lugar hasta 1745, soportando lluvias, sol y maresía, hasta que el alcalde Juan de Arauz y Lordelo, al observar el estado de deterioro y abandono en que se hallaba, le mandó construir una capilla en la plazuela de la Cruz, al naciente de la plaza de la Iglesia de La Concepción, denominándola capilla de la Santa Cruz. Este lugar coincide hoy con el antiguo solar de Unelco, junto al edificio Mapfre, entre la avenida Marítima y la calle Bravo Murillo, muy cerca de la parada del tranvía denominada Fundación.

En 1794, al derribarse la citada capilla, los frailes franciscanos pusieron la cruz junto a la puerta de la ermita de San Telmo, donde quedó olvidada. El fraile dominico Lorenzo Siverio, valorando lo que aquel antiguo símbolo representaba para la población, tomó en 1850 la decisión de trasladarla a la capilla del Hospital de los Desamparados. Sería en 1871, cuando el alcalde Emilio Serra y Ruz se interesó oficialmente por la cruz, promoviendo que fuera reconocida su titularidad municipal, pues la parroquia no veía con buenos ojos las pretensiones del Ayuntamiento. Las autoridades de Marina alegaron que les pertenecía, ya que San Telmo era la ermita de los mareantes, y el Ayuntamiento de La Laguna alegaba que debía conservarse junto al Pendón de la Conquista, al ser una pieza fundamental en la historia de la Isla. Tendría que intervenir la Comisión Provincial para informar, el 19 de abril de 1873, que la Cruz de la Conquista pertenecía de hecho y de derecho al municipio de Santa Cruz.

En 1892, el Ayuntamiento, al comprobar el lamentable estado en que se encontraba la venerada reliquia y con el fin de preservarla y custodiarla en las mejores condiciones posibles, acordó que fuera incrustada convenientemente en buena madera e introducida en un relicario de madera, níquel y cristal, en cuya parte superior figura, repujado, el escudo de armas de Santa Cruz y una inscripción que dice: “Aquí se encierra la Cruz colocada por el conquistador de Tenerife don Alonso Fernández de Lugo en el altar ante el cual se celebró por primera vez el Santo Sacrificio de la Misa en las playas de Añazo, día 3 de mayo de 1494. Fue costeada por el Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz en 1892. In hoc signos vinces”.

En 1896, la Cruz sería trasladada de manera definitiva a la iglesia matriz de la Concepción, donde permanece y recibe culto en la actualidad. Desde aquí, cada 3 de mayo, sale en procesión por las calles de la ciudad. Hoy, superadas las restricciones de la pandemia, lo volverá a hacer acompañada de sus fieles.

Las Fiestas de Mayo cumplen en esta edición 130 años de historia

La primera procesión cívica de la Cruz Fundacional tuvo lugar en 1867. Pero las primeras Fiestas de Mayo de Santa Cruz no se celebraron hasta 1892, hace ahora 130 años. Cuenta el cronista José Manuel Ledesma que fue “duraron tres días y la animación fue extraordinaria. Por la noche hubo retreta militar que recorrió las principales calles. Además, se celebró un baile en el Casino, una velada literario-musical en el Gabinete Instructivo y una comitiva de figuras alegóricas, llevada a cabo por señoritas del Círculo de Amistad que vestían caprichosos trajes. La colonia palmera quiso también contribuir a la brillantez de las fiestas y celebraron la danza de los enanos”. Dos años después, se organizaron las más brillantes hasta entonces, según narra Ledesma, “pues se conmemoraba el Cuarto Centenario de la Fundación de la Ciudad. Se engalanaron las calles y plazas con artísticos arcos y una magnífica iluminación. Todos los actos revistieron gran solemnidad. La cruz recorrió por primera vez el centro de la población, acompañada del ejército. La colonia palmera repitió la danza de los enanos”.

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