Un vuelo que salió de Tenerife con destino Belfast vivió momentos de desesperación para sus pasajeros después de que uno de ellos tuviera una emergencia médica y, siendo atendido de la misma, otro tuviera una conducta “impropia” creando revuelo en la aeronave.
Todo ocurrió en la madrugada del sábado pasado, cuando un avión de la compañía Jet2 que cubría la ruta Tenerife Sur-Belfast se vio obligado a desviar su rumbo al aeropuerto de Shannon, en Irlanda, por la indisposición médica de una de las personas que iban a bordo.
En principio, sería una pequeña parada en el vuelo que salió de Tenerife, en la que el hombre sería evacuado a un centro hospitalario para continuar rumbo a Irlanda del Norte. Instantes antes de aterrizar, otro pasajero comenzó a gritar a la tripulación, insultando y amenazando a los presentes. “Todo ocurría según lo previsto en este tipo de situaciones cuando hay un pasajero enfermo, pero, en el momento de tomar tierra, nos encontramos con otro, que comenzó a dar problemas”, admitió la propia compañía a Belfast Live.
El problema es que la tripulación superó el número de horas estipuladas, por lo que seguir con su trayecto resultaba imposible. El retraso principal, además, se debió al pasajero problemático, lo que enfadó aún más al resto del pasaje: “Nuestra compañía no opera desde el aeropuerto de Shannon, pero trabajamos incansablemente para tratar de organizar el alojamiento y el transporte terrestre para los clientes afectados, pero encontraron falta de disponibilidad”.
Henry McAleese, de 52 años, describió al Belfast Live lo sucedido: “El vuelo que salió de Tenerife iba con destino Belfast. Salimos por la noche, llegando a las 00.00 a Shannon por una emergencia médica. La tripulación también tuvo que lidiar con un pasajero desagradable, que luego fue sacado del avió, pero la tripulación se quedó sin horas de vuelo”.
En esa situación, como relató al mismo medio Ellie Sophia Weir, viajaban a casa familias con niños o personas con discapacidad, lo que provocó que la situación fuera aún peor en el vuelo que salió de Tenerife: “Estuvimos casi tres horas dentro del avión, recoger el equipaje y pasar dos controles de seguridad para, al final, decirnos que nos quedábamos allí. Mi hija es autista, por lo que ha sido una pesadilla. Nunca antes había experimentado algo así en mi vida “, se lamenta.