Solo queda una semana para que todos los coches de nueva matriculación desde julio de 2022 y los vendidos a partir de agosto de 2024 porten obligatoriamente el Asistente de Velocidad Inteligente (ISA). Este sistema tiene el objetivo de que los conductores reduzcan su velocidad al volante y se enmarca dentro de los otros siete sistema ADAS que se instaurarán progresivamente. La Dirección General de Tráfico pretende reducir así la siniestralidad y los accidentes de tráfico en las carreteras.
El dispositivo funciona a través de un software que conecta el Control de Crucero Adaptativo (ACC) con el Reconocimiento de Señales, y limita de forma automática la velocidad del vehículo. Lo hace mediante una cámara que está colocada detrás del retrovisor, el GPS y otros sistemas. Así detectará e interpretará las señales de tráfico y avisará al conductor de si está cometiendo exceso de velocidad. En el caso de que el vehículo supere la velocidad máxima, el dispositivo emitirá señales ópticas, hápticas y/o audibles para informar al conductor.
De cualquier manera, el sistema se encargará de reducir la velocidad automáticamente si es vehículo no reduce la velocidad. Sin embargo, el dispositivo se podrá desactivar pulsando una tecla o al pisar el acelerador con más fuerza, aunque es probable que esta opción desaparezca en el futuro.
Los otros siete sistemas ADAS que facilitan la conducción también serán obligatorios en los coches nuevos como la cámara trasera con detección de tráfico cruzado, el detector de fatiga y somnolencia con detector de pérdida de atención, la frenada de emergencia, la alerta de cambio involuntario de carril, el bloqueo del vehículo con alcoholímetro, la caja negra y la alerta de cinturón en las plazas traseras.
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