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Caso Tradex: la Policía investiga una estafa piramidal de más de cuatro millones

Deportistas, políticos y hasta los propios empleados, entre los afectados por un chiringuito financiero dirigido por Mukesh Daswani, que prometía rentabilidades del 50%. Tras desvelarlo DIARIO DE AVISOS, las denuncias se disparan
Mukesh Daswani (en la imagen) lideraba la red que estafó a más de medio centenar de personas, la mayoría deportistas, atraídas por la alta rentabilidad. DA
Mukesh Daswani (en la imagen) lideraba la red que estafó a más de medio centenar de personas, la mayoría deportistas, atraídas por la alta rentabilidad. DA

Cada vez son más los afectados que han presentado la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional por el llamado caso Tradex o que al menos se han puesto en contacto con abogados de la Isla en el afán de intentar recuperar el dinero que invirtieron atraídos por las suculentas rentabilidades ofrecidas (y al principio abonadas), pero también por el ostentoso nivel de vida que mostraba su principal responsable. El mismo lleva ausente desde el pasado viernes en que tuviera que ser escoltado por varios agentes para salir de la sede de este chiringuito financiero, ubicado en la céntrica calle de Imeldo Serís (conocida popularmente como la calle Barranquillo), cuando varias personas le exigían explicaciones sin que conste que se produjeran actos de violencia, más allá de la comprensible tensión de una situación como la apuntada.

Los afectados son de toda condición, partiendo de la base de que para invertir en la firma Tradex Asset Management (ni siquiera está constituida como empresa) la cantidad mínima inicialmente exigida era de 10.000 euros, si bien en los últimos tiempos ese tope por lo bajo había subido a los 20.000.

Si ya DIARIO DE AVISOS, que desveló el pasado martes en exclusiva este escándalo financiero, relató en su edición de ayer que hay no pocos deportistas profesionales afectados, ahora se sabe que también hay hasta familias enteras que ven ahora sus ahorros atrapados en un supuesto agujero que se estima superior a los cuatro millones de euros, aunque la cantidad puede incluso llegar a los cinco millones. En uno de los casos, entre varios miembros de la misma familia suman aproximadamente unos 60.000 euros, para la lógica consternación de los afectados. El mayor montante del que se ha tenido certeza ya es el de un inversor que puede haber perdido cerca de 400.000 euros.

Otros perjudicados se encuentran en una situación incluso peor, debido a que llegaron a pedir un crédito ilusionados por lo que, finalmente, ha resultado ser la peor de sus pesadillas, por cuanto ahora temen haber perdido hasta el último euro teniendo que afrontar encima la deuda con el banco.

Sobre la cifra total de afectados, aunque sea aproximada, es simplemente imposible saberla por ahora, pero promete ser muy larga. Desde el bufete local Sirvent&Granados, que ha creado incluso una plataforma para atender a los mismos, se aporta el dato de que se cuentan por decenas las consultas y que ya han superado el medio centenar de clientes. “El teléfono, sencillamente, no ha dejado de sonar en toda la semana”, reconocía ayer su portavoz, el abogado Isaac Pérez.

Pero basta con salir a la calle o, simplemente, atender a las redes sociales para comprobar lo esparcido por la capital de una red muy extendida por dos vías claras: una es la referida vinculación con el mundo del deporte y la otra es la franja de edad que va de los 20 a los 40 años del todo Santa Cruz.

Por citar ejemplos de la rama deportiva, ayer este periódico ya contó que varios baloncestistas profesionales y al menos un exjugador del CD Tenerife (cuyas identidades se omiten por respeto a la legislación vigente) figuran en el listado de afectados, como también consta que un conocido exjugador foráneo del CB Canarias, que en su día invirtió, acabó exigiendo la retirada de sus fondos al enterarse en la calle de que se usaba su buen nombre y prestigio para captar nuevos clientes sin pedirle permiso.

Otros notables baloncestistas y entrenadores rechazaron en su día la oferta al desconfiar, con buen criterio, promesas de rentabilidades tan lejos de lo que indica un mínimo de sentido común como la inicial, que consistía en un beneficio del 50% en dos meses. Y en caso de querer repetir, se podía prorrogar, aunque ya al 30%. Algo imposible de sostener y que hace sospechar a los investigadores asignados al caso de que estamos ante un esquema Ponzi o piramidal.

Pero el listado también se extiende a la política, a tal punto que hay un concejal de la capital tinerfeña en el mismo, como también hay algún policía, y, ojo, no se descarta que, presuntamente, se captara dinero negro de mucha más dudosa procedencia.

Sea como fuere, es de justicia reseñar que entre los supuestos perjudicados destacan los propios empleados de la firma, que, según diversas fuentes, además de afectados por la presunta estafa, se les adeudan salarios y se han quedado sin empleo tras desaparecer de la Isla el CEO (director ejecutivo) de la empresa.

el anzuelo

¿Cómo se logró atraer a tanta gente? Es obvio que por esas grandes rentabilidades, que al principio se pagaban y se recordaban con mensajes de WhatsApp donde, de buena mañana, uno podía enterarse de que había ganado un par de miles de euros en esa semana y sin mover un dedo.

Pero esa publicidad estaba bien acompañada por el lujo que rodeaba al aludido CEO, un varón llamado Mukesh Daswani bien conocido en la capital, no solo por ser exalumno de uno de los mejores colegios de Santa Cruz, sino por pasearse al volante de dos Mercedes de alta gama, un Porsche Cayenne y al final un Ferrari.

Si se permite la ironía, otro tipo de afectados serían varias discotecas de la ciudad donde solía invitar a champán. Ha sido imposible contactar con esta persona para recabar su opinión. También pagaban 500 euros a quien captara a un nuevo cliente.

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