Artemisa I, el primer paso para volver a pisar la Luna

El lanzamiento de la ambiciosa misión, previsto para mañana, supone el inicio del ansiado regreso de las misiones tripuladas a la Luna, medio siglo después de la última vez que hubo presencia humana en la superficie de nuestro satélite
Artemisa I, el primer paso para volver a pisar la Luna

El 14 de diciembre de 1972 despegaba de la Luna, tras pasar más de tres días en su superficie, el módulo de ascenso de la misión Apolo 17, con Eugene Cernan y Harrison Schmitt a bordo, las últimas personas en plasmar sus huellas en el regolito lunar. Ha tenido que pasar medio siglo para que podamos ser testigos del inicio del programa con el que la NASA pretende retomar las misiones tripuladas a nuestro satélite natural.


Artemisa (la hermana de Apolo en la mitología griega) es el nombre de dicho programa y su primera misión, Artemisa I, tiene por fin luz verde para el despegue, que está previsto, si la meteorología lo permite y no hay ningún contratiempo de última hora, para el lunes a las 13.33 horas (hora canaria). En caso de que no fuera posible el despegue, hay previstas otras dos posibles ventanas de lanzamiento los días 2 y 5 de septiembre.


Artemisa I es la misión de prueba con la que NASA pretende testar el cohete SLS (Space Launch System), la cápsula Orión y los sistemas de tierra del programa. En esta primera ocasión no habrá tripulación a bordo del vehículo espacial y su lugar estará ocupado por tres maniquíes equipados con trajes de vuelo y sensores que medirán la radiación recibida y otros importantes datos para garantizar la seguridad de los astronautas que viajarán en la nave en las siguientes misiones.

La infografía detalla, paso a paso, todos los hitos que llevará a cabo Artemisa I a lo largo de los 42 días de duración de la misión, desde el lanzamiento hasta el momento del amerizaje.


LA MISIÓN


El SLS y Orión despegarán desde la rampa 39B del Centro Espacial Kennedy, en Florida, impulsados por dos aceleradores auxiliares de combustible sólido más los cuatro potentes motores RS-25 de la etapa central del SLS. El lanzamiento, sin duda, promete ser todo un espectáculo y será retransmitido en directo desde la página web y el canal de YouTube de la NASA.


Aproximadamente dos minutos después del despegue, los dos aceleradores de combustible sólido habrán agotado sus propelentes y se separarán del conjunto para caer al mar. El SLS continuará su aceleración durante unos ocho minutos más hasta que los poderosos RS-25 agoten a su vez su combustible, momento en el que la etapa central también se separará de la nave, habiendo dejado ya a la Orión en órbita alrededor de la Tierra.


Una vez en órbita, la nave desplegará los cuatro paneles solares que la abastecerán de la energía necesaria para su funcionamiento durante el resto del viaje. Asimismo, se realizarán la batería de comprobaciones y pruebas necesarias antes de iniciar la maniobra conocida como inyección translunar, que consiste en un encendido del único motor de la etapa de propulsión criogénica que dará a la nave la aceleración necesaria para escapar de la gravedad terrestre y abandonar su órbita rumbo a la Luna.


Una vez cumplida su función, la etapa de propulsión criogénica también se separará de la nave Orión. Además, esta etapa se encargará de desplegar 10 pequeños satélites (cubesats) que continuarán por sí mismos su camino hasta la órbita lunar para realizar diferentes estudios relacionados con el programa.

La infografía detalla, paso a paso, todos los hitos que llevará a cabo Artemisa I a lo largo de los 42 días de duración de la misión, desde el lanzamiento hasta el momento del amerizaje.


Llegado este punto, Orión contará con el impulso necesario para continuar su acercamiento a la Luna hasta que su gravedad la atrape y atraiga. A partir de entonces, Orión se valdrá de los propulsores de su módulo de servicio, diseñado y fabricado por la Agencia Espacial Europea (ESA), para realizar todas las maniobras necesarias y también para el encendido que la hará escapar de la gravedad lunar y poner rumbo de vuelta a la Tierra.


En esta primera misión, la nave se insertará en una órbita alrededor de la Luna que la llevará hasta casi 65.000 kilómetros más allá del satélite natural, lo que la convertirá en el vehículo diseñado para vuelos tripulados que más se ha alejado de la Tierra en la historia de la exploración espacial, batiendo el récord ostentado hasta ahora por la célebre Apolo 13.


La mayor parte de la misión transcurrirá en la órbita lunar. El momento de máximo acercamiento llevará a la Orión a una altitud de tan solo 97 kilómetros sobre su superficie. Todos los sistemas de la nave serán rigurosamente chequeados y monitorizados desde el centro de control en tierra para asegurar su correcto desempeño.


A lo largo de su periplo, Orión recorrerá una distancia de más de dos millones de kilómetros durante los 42 días de duración de la misión. Su vuelta a la Tierra será el 10 de octubre, cuando se prevé que la cápsula americe en el océano Pacífico, frente a las costas de San Diego.


La cápsula reentrará en la atmósfera terrestre a más de 40.000 km/h, la mayor velocidad a la que una nave diseñada para albergar tripulación haya reentrado nunca antes en la Tierra, poniendo a prueba sus escudos térmicos, que deberán soportar temperaturas superiores a los 2.800 ºC. La densidad del aire irá ralentizando progresivamente su caída hasta los 480 km/h, momento en el que los dos primeros paracaídas se abrirán. Una vez que estos hayan frenado el descenso hasta una velocidad de 160 km/h se desprenderán y, tras unos momentos de caída libre, un segundo grupo compuesto por otros tres paracaídas frenarán la Orión hasta los 32 km/h, velocidad a la que caerá al mar, donde la estarán aguardando las embarcaciones del equipo de recuperación para su rescate, lo que dará por concluida la misión.

SIGUIENTES MISIONES


Si todo transcurre según lo previsto, esta primera misión no tripulada sentará las bases necesarias para Artemisa II, que será el primer vuelo del programa que llevará astronautas a bordo hasta la órbita lunar, si bien no descenderán a la superficie en esa ocasión. Habrá que esperar hasta Artemisa III, prevista para finales de 2025, para ver por fin la tan esperada vuelta de personas a la superficie lunar.


Recientemente, la NASA presentó los lugares propuestos para ese primer alunizaje tripulado en más de cincuenta años, 13 ubicaciones cercanas al polo sur de la Luna. La zona es idónea para la instalación de una base permanente habitable, que es la intención de la agencia espacial estadounidense, debido a la presencia de cráteres que están permanentemente en sombra, por lo que contienen gran cantidad de hielo de agua en su interior. Este hielo podrá ser utilizado en el futuro para extraer oxígeno e hidrógeno como soporte vital y combustible para las siguientes misiones. Uno de los objetivos a medio plazo es convertir la Luna en el trampolín para las futuras misiones tripuladas a Marte, el próximo y ambicioso paso del programa tripulado de la NASA.


Por ahora, crucemos los dedos para que Artemisa I sea un rotundo éxito que permita el desarrollo previsto para el resto del programa. Hay que recordar que, desde 1972, tal como contábamos al principio, ninguna persona ha viajado más allá de la órbita baja terrestre. Para hacernos una idea, esto es, aproximadamente, a unos 400 kilómetros de la superficie de nuestro planeta, la altitud a la que orbita la Estación Espacial Internacional. No es lo que se dice llegar muy lejos, apenas la distancia que separa Lanzarote de La Palma, por poner un ejemplo cercano.


Artemisa I, el primer paso de la vuelta de las misiones tripuladas más allá de la órbita baja terrestre supone una de las mejores y más esperadas noticias de la exploración espacial.

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