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José Luis López Expósito, el artista tinerfeño que dibujó la ópera por todo el mundo

Nacido en Tacoronte, en Agua García, en 1958, el pintor, director de escena, escenógrafo, diseñador de vestuario y coreógrafo canario falleció en Roma el 5 de junio
José Luis López Expósito (1958-2022). / DA. / DA

Un tinerfeño que con sus innumerables creaciones artísticas llevó a Canarias por todo el mundo. Al otro lado del teléfono, desde Roma, el maestro italiano Maurizio Colacicchi no puede evitar emocionarse al aludir a la figura de José Luis López Expósito (Tacoronte, 1958-Roma, 2022). El pintor, director de escena, escenógrafo, diseñador de vestuario y coreógrafo canario falleció el pasado 5 de junio en la capital italiana y Maurizio Colacicchi, pianista especializado en la música vocal de cámara, se ha encomendado a sí mismo la tarea de que el legado de su gran amigo no se difumine en el Archipiélago con el paso del tiempo.

Imagen de una escenificación de la ópera ‘Hänsel und Gretel’. / DA

“Deseo que su arte, que su nombre, no se olvide en Tenerife, en Canarias y en el mundo”, apunta el músico italiano, quien durante 11 años asumió la dirección artística de la programación de la ATAO, la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Ópera. Para ello, explica el intérprete durante la conversación, ya trabaja en la organización de varios recitales vocales que llevarán el título de Homenaje a José Luis López Expósito.

Este tributo musical, que quiere desarrollar en diversos puntos de Tenerife, entre ellos Tacoronte, y posiblemente en otras islas, contará con la participación, además del propio pianista, con cantantes líricos españoles e italianos. De igual modo, Colacicchi tiene previsto mostrar en una exposición las pinturas del artista nacido en Agua García en 1958.

Escenografía para ‘Carmen’, de Georges Bizet. / DA

El pianista detalla que su colaboración artística con José Luis López se remonta a finales de los años 80, cuando trabajaba con la ATAO. Una de las características más apreciadas de la labor del artista tacorontero era su notable capacidad para suplir las limitaciones económicas con talento e imaginación.

“El argentino Hugo de Ana es uno de los más afamados escenógrafos del mundo. Una producción operística firmada por él puede costar hoy dos o tres millones de euros, algo que muchos teatros de ópera no se pueden permitir”, subraya el pianista italiano. “Pues bien, José Luis hacía algo igual de grandioso con mucho menos dinero. Tenía la habilidad de crear una propuesta con muy pocos recursos, pero que llenaba el palco escénico”.

Diseño de decorado para ‘Suor Angelica’, de Puccini. / DA

En este punto, Maurizio Colacicchi menciona, por ejemplo, una escenografía para L’elisir d’amore (1832), la ópera bufa de Gaetano Donizetti. “Su arte era enorme; sabía hacer de todo en un teatro. Hizo los decorados, el atrezo de la escena… Todo muy ligero y a la vez con una gran presencia…”. En Tenerife también plasmaría propuestas para Madama Butterfly (Giacomo Puccini, 1904), La sonnambula (Vincenzo Bellini, 1831), Un ballo in maschera (Verdi, 1859), L’impresario delle Isole Canarie (atribuida a Metastasio, 1724), The Fairy Queen (Henry Purcell, 1692) y L’italiana in Algeri (Rossini, 1813). “Para La sonnambula, trasladó la historia de los Alpes suizos a Canarias, con el Teide, las casas tradicionales, los trajes típicos…”, resalta.

Diseño de vestuario para ‘Suor Angelica’. / DA

A partir de ahí, y junto con Maurizio Colacicchi, la carrera artística de José Luis López Expósito transcurriría por buena parte del mundo. “En Japón, en 1995 afrontó una importantísima producción de Carmen (Bizet, 1875), que se escenificó en Tokyo, Nagoya y Gifu. También allí se encargó de dos puestas en escena de Hänsel und Gretel (Engelbert Humperdinck, 1893); en Australia fue el responsable de una bellísima escenografía de El barbero de Sevilla (Rossini, 1816), para la Melbourne City Opera, y en Malasia elaboró una para Las bodas de Fígaro (Mozart, 1786) en la Kuala Lumpur City Opera”, expone el músico italiano, quien también alude a las numerosas producciones que desarrolló José Luis López en el país transalpino, en Bari, Viterbo, Fabriano, Pavía, Roma…, o los dos barberos de Sevilla, el de Paisiello (1782) y el de Rossini (1816), para el festival dedicado a este último compositor en Rügen, Alemania.

El maestro italiano Maurizio  Colacicchi. / DA

Entre los numerosos artistas con los que el creador tinerfeño tuvo la oportunidad de trabajar figuran grandes voces de talla internacional como Katia Ricciarelli, Gabriella Tucci, Maria Guleghina, Miwako Matsumoto, Gianni Raimondi, Piero Cappuccilli, Paolo Montarsolo, Jaime Aragall o William Matteuzzi.

Colacicchi no se olvida de la faceta pictórica del tinerfeño. “Es autor, por ejemplo, de una serie de cuadros dedicados al juramento hipocrático y de una colección, integrada por una docena de obras, sobre el Cántico de las criaturas, de San Francisco de Asís”, apunta. “Su gran talento artístico le permitió recorrer el mundo, y siempre con él llevó la bandera de Canarias”, concluye el maestro italiano.

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