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Miguel Ángel, el joven que murió al caerle una placa yendo al baño en el Medusa Festival

El pueblo se ha volcado con la familia y están subiendo espontáneamente estados de WhatsApp con el escudo de Daimiel y lazos negros.
Miguel Ángel, el joven que murió al caerle una placa yendo al baño en el Medusa Festival
Miguel Ángel, el joven que murió al caerle una placa yendo al baño en el Medusa Festival

El miércoles Ricardo ya no vio a Miguel Ángel en el café de primera hora de la mañana, en el campo, como cada día desde hacía ya dos años. Se había ido a Cullera, en Valencia, donde se celebraba por primera vez desde la pandemia el Festival Medusa, un macrofestival que reúne a más de 300.000 personas. Este domingo, que iba a ser el último día de festival, ya apenas queda nadie, y Daimiel, un municipio de Ciudad Real, ha amanecido de luto: de allí era Miguel Ángel Rodríguez de Guzmán, que ha fallecido a los 22 años en la tragedia del Medusa.

El mismo pensamiento se le cruza a un amigo suyo: “Estuve hablando con él justo antes de que se fuese al festival…“, dice indicando al WhatsApp. Horas más tarde, Miguel Ángel moriría debido a las fuertes rachas de viento que derrumbaron fatídicamente el lateral izquierdo del escenario principal y otras estructuras del recinto.

Ese mismo sábado por la mañana, bien temprano, su padre Nemesio había abierto la churrería familiar, “como si fuera un día normal”. Cuando le avisaron de lo ocurrido “salió corriendo en dirección a Valencia, con la ropa de trabajo y sin móvil, y tuvo que volver para cogerlo”, cuentan a EL ESPAÑOL fuentes cercanas.

Tal y como relatan en el pueblo, todo ocurrió mientras Miguel Ángel iba al baño de los laterales del recinto. Unos dicen que iba solo cuando le cayó una plancha metálica; otros aseguran que “su amigo entró un segundo antes” y se salvó de milagro. Ese mismo amigo, uno de los mejores de Miguel Ángel, fue quien se lo encontró en un charco de sangre.

La investigación

Este periódico ha podido hablar con dos chicas que estaban trabajando en la barra del escenario principal cuando ocurrió todo. Laura y Carolina (nombres ficticios, tienen miedo de las represalias si dan la cara) salieron corriendo antes de que todo se derrumbase. Según su experiencia, “se veía venir” que algo iba a pasar.

“Yo salí fuera y los demás siguieron ahí. Cuando vi el remolino y el fuego de aire, el ruido, las cosas volando… empecé a correr buscando un escondite. Quizá pasaron 15 minutos entre que nos fuimos y se cayó el escenario, aunque lo pasé tan mal que no sé el tiempo exacto”, relata Laura aún conmocionada. “Nos hicieron volver para recoger, sin saber si la estructura estaba bien. Después de todo eso, que ha muerto una persona, y ponerte a recoger una barra…”, se queja Carolina.

“Nosotros estábamos cenando en el puerto y el ambiente era rarísimo. Estábamos en la terraza y parecía que el viento nos iba a llevar. Una pena de las criaturas, especialmente de nuestro joven”, se puede leer en uno de los mensajes que se han mandado los vecinos. Algo tienen claro: quieren que se investigue si podría haberse evitado.

La Policía Judicial de la Comandancia está en ello, tal y como informó el sábado José Vicente Ruiz, responsable del puesto de la Guardia Civil en Sueca (Valencia). El caso será llevado por el juez de Instrucción número 4 de Sueca, cuyo juzgado tiene asignado el turno de guardia en esta semana.

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