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Los afectados por el volcán recuerdan, un año después, el alcance de la tragedia

Una plataforma de damnificados organiza una concentración silenciosa en Los Llanos ante el “limbo” y la incertidumbre que dicen sentir desde la erupción del volcán de Cumbre Vieja
volcán de La Palma
Los afectados por el volcán recuerdan, un año después, el alcance de la tragedia. EP

Cuando el 19 de septiembre de 2021 la tierra se abrió en la zona de Cabeza de Vaca, en la dorsal de Cumbre Vieja, en hora de almuerzo y telediario, pocos imaginaban que lo que se esperaba como un acontecimiento científico de primer nivel y un indudable interés turístico se convirtiera en pocas horas en una tragedia social y económica de la que la Isla, un año después, no se ha recuperado.

Durante 85 días casi ininterrumpidos -hubo treguas irrelevantes-, el volcán escupió lava y gases de manera continua, convirtiendo el Valle de Aridane en una comarca de fuego y destrucción en la que viviendas y construcciones caían engullidas como fichas de dominó.

El 13 de diciembre cesó la actividad del Cumbre Vieja, y 10 días después se dio por terminada una erupción que obligó a desalojar a unas 7.000 personas, cubrió más de 1.200 hectáreas de lava y arrasó 1.345 viviendas y casi 1.700 edificaciones en total, según los datos del Catastro. El Gobierno de Canarias fijó los daños en unos 842 millones y la reconstrucción total tardará años, si no décadas.

Un año después, la vida de los personas desalojadas es la cara de la tragedia en la Isla, con 192 personas, correspondientes a 123 unidades familiares, realojadas en tres hoteles, de las que 109 proceden de los núcleos de Puerto Naos y La Bombilla.

Desde los primeros momentos de la erupción, el Hotel Teneguía Princess, en Fuencaliente, se convirtió en lugar acogida de los afectados. Hoy cuenta con 108 personas y se han sumado a esta red el Hotel H10 Taburiente Playa, en Breña Baja, con 47 personas, y el Hotel Valle de Aridane, con otras 37 personas. El coste acumulado supera ya los 8 millones de euros, según recoge el último informe de ayudas públicas del Ejecutivo canario.

MANIFESTACIÓN

Pese a los indudables esfuerzos de las administraciones públicas -se han movilizado más de 565 millones de fondos públicos-, el malestar crece entre las asociaciones de afectados se palpa a pie de calle, de ahí que ayer se concentraran en las calles de Los Llanos de Aridane.

Juan Fernando Pérez, presidente de la Plataforma de Afectados por la erupción del volcán de Cumbre Vieja 2021, no duda en tildar de “nefasta” la gestión de las administraciones públicas, porque los afectados están sumidos es un “limbo” de incertidumbre, con poca información, sin acceso a vivienda, con los precios disparados y sin certezas de si podrán reconstruir sobre el suelo sepultado.

Hasta el momento, el Gobierno autonómico ha sido capaz de entregar 139 viviendas a través del Instituto Canario de la Vivienda y Visocan, y abona ayudas de alquiler a 488 familias durante tres años prorrogables, al tiempo que prepara la instalación de otras 161 casas de madera y en formato contenedor. Sin embargo, el esfuerzo aún no es suficiente: hay familias que siguen en los hoteles y otras acogidas por allegados, incluso en autocaravanas.

En el plano económico, la Isla ha tenido un buen verano, hasta el punto de ha tenido la mejor ocupación turística de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, con más de un 90%, con mucho tirón en los mercados peninsular y canario. No obstante, Puerto Naos, el gran pulmón turístico insular, sigue cerrado un año después, con sus 4.000 camas bloqueadas, entre ellas un hotel de la cadena Meliá.

La culpa es de los gases que sigue emanando el volcán en este núcleo de la costa de Los Llanos, al igual que en La Bombilla. De hecho, según las mediciones de Involcan, la emisión difusa de dióxido de carbono por unidad de área en La Bombilla ha sido aproximadamente entre 20 y 500 veces superior a la registrada para Cumbre Vieja desde que se le hace seguimiento.

AGRICULTURA

El otro subsector económico que ha quedado tocado por la erupción es el de la platanera, con casi 600 hectáreas arrasadas por la lava que los propietarios quieren recuperar antes que el desánimo cunda entre los afectados y se abandone el campo. Antes del suceso, la Isla exportaba una media de 140 millones de kilos anuales de plátanos, dando empleo a más de 11.000 personas, con labores que van desde la propia producción hasta el transporte del producto. En cambio, entre septiembre de 2021 y agosto de 2022 la pérdida de producción supuso más de 53 millones de kilos en relación con la media de los últimos años.

Las comunicaciones poco a poco se han ido recuperando, con obras encabezadas por la Consejería de Infraestructuras del Cabildo que han permitido ganar a la lava hasta casi ocho kilómetros sobre las coladas, entre ellas la carretera Las Norias-La Laguna.

De otra parte, cabe destacar que se han comprometido 38 millones de presupuesto para la nueva carretera de la Costa, cuyo trazado continúa a debate, teniendo en cuenta que inicialmente iba a suponer la expropiación de una cantidad importante de viviendas y fincas que no fueron destruidas por la lava. Ahora, el Gobierno canario estudia las alternativas de los colectivos vecinales y representantes del sector primario, a fin de alcanzar consenso sobre el recorrido que debería llevar para ser lo menos lesiva posible.

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