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Tormenta tropical Hermine: algo nunca visto en las Islas desde que hay registros

Pese a que es una tormenta tropical que pasa cerca de Canarias, como hizo Delta, Hermine viene de otro sitio, estará más próxima y sus efectos son distintos
Delta dejó en 2005 un reguero enorme de estragos.
Delta dejó en 2005 un reguero enorme de estragos. DA

Ya lo advertía, como se hizo eco DIARIO DE AVISOS, el doctor en Física y Meteorólogo Superior del Estado para la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Juan Jesús González Alemán. Desde que hay registros, que comenzaron allá por 1851 y que aumentaron notablemente en su rigor científico desde 1966, no consta nada idéntico a lo que está pasando en estos días con la ahora tormenta tropical Hermine, cuya cercanía a Canarias ya provocó ayer notables precipitaciones a la espera de que entre hoy y mañana llegue (si se cumplen los pronósticos) el grueso de las mismas.

A nadie se le escapa en Canarias, pero sobre todo en Tenerife, que otra tormenta tropical, Delta, dejó un recuerdo tan imborrable como triste en 2005 y que, como ahora se espera que haga Hermine, no golpeó directamente a las Islas sino que estas se vieron afectadas por sus efectos de forma indirecta.

Muy distinto

Pero ahí se acaban las coincidencias, dado que Delta deambuló perezosamente por el oeste de Canarias para finalmente transcurrir al norte del Archipiélago en su fase decadente antes de tocar tierra en el continente africano y diluirse. Por el contrario, Hermine es un fenómeno emergente que avanza hacia las Islas desde el sur ganando intensidad a tal punto que fue el pasado viernes cuando esta onda tropical originada en las inmediaciones de Cabo Verde se convirtió en ciclón tropical, primero como depresión tropical Ten y, en cuestión de horas, ascender a su categoría actual de tormenta tropical. Además, si Delta castigó sobre todo con vientos fuertes, ahora lo que preocupa son lluvias torrenciales.

Por ello, y dado que sus predecesores en esta temporada son el huracán Fiona y la también tormenta tropical Gastón, el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. con sede en Miami y referente internacional por lo que respecta a este tipo de fenómenos naturales en el Océano Atlántico la bautizó con el referido nombre de Hermine.

Las previsiones no han cambiado en lo esencial durante el día de ayer, si bien la mayor cercanía de Hermine hará que las precipitaciones asociadas a la misma sean especialmente temibles entre hoy y mañana. Pero lo que importa es que, como se espera, esta tormenta cambiará de rumbo hacia el oeste cuando llegue a situarse al sur de El Hierro, lo que evitaría ese temible impacto directo.

Sea como fuere, los pronósticos están resultando especialmente complejos, dado que, como avisaba Gonález Alemán y corroboran otros destacados expertos como Francisco Martín, precisamente el meteorólogo que cubrió para la Aemet el paso del Delta, no hay constancia de nada parecido por estos lares, con lo que ello conlleva de ausencia de precedentes que ayuden a mejorar tales augurios.

Es sí, nos queda la duda que provoca no saber con la certeza que facilita la ciencia hoy en día qué tipo de ciclón tropical (seguramente otra tormenta y quién sabe si un huracán) provocó la espantosa catástrofe acaecida en Tenerife allá por 1826, cuando fue tal el diluvio que cayó, especialmente sobre el Valle de La Orotava, que las crónicas hablan de las espantosas imágenes que los supervivientes descubrieron cuando al fin escampó.

No en balde, entre el 6 y el 9 de noviembre de aquel año de 1826, un fuerte temporal afectó a las islas Canarias, la llamada por coincidiencia con el santoral huracán o tormenta de San Florencio, y que al menos se cobró la vida de 253 personas, cientos de animales y dejó pérdidas por valor de 350.000 libras esterlinas de la época, en un desastre que también se dejó sentir en otras zonas de Tenerife y de Gran Canaria.

Así son las inundaciones repentinas de las que avisa Miami

El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. alerta sobre posibles inundaciones repentinas (flash flood) en Canarias ante la cercanía de Hermine. La Aemet define las mismas como “aumento muy rápido del caudal en un cauce de manera súbita, con poco o ningún aviso previo. Puede que anteriormente el cauce transportara muy poca agua o incluso estuviera seco. Suele ser el resultado de precipitaciones súbitas torrenciales caídas sobre una zona reducida. Habitualmente se producen mientras dura la precipitación, o muy poco después de la misma”.

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