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Blas Cabrera, el científico canario amigo de Einstein, ‘regresa’ a La Laguna

Las cenizas del padre de la Física española, procedentes de México, serán enterradas junto a su familia el sábado en Aguere, la ciudad donde creció antes de convertirse en una celebridad mundial
Blas Cabrera, el científico canario amigo de Einstein, 'regresa' a La Laguna

Blas Cabrera y Felipe (1878-1945) abandonó España a los pocos meses de estallar la Guerra Civil en 1936. Lo hizo obligado por una contienda en la que los golpistas dirigieron parte de sus esfuerzos a aniquilar a los intelectuales y científicos, como Cabrera, considerado el padre de la física moderna española por sus trabajos sobre el magnetismo. El físico ya no volvió a España y murió en México en 1945. Ayer, sus restos, junto a los de su mujer María Sánchez Leal, su hijo Blas Cabrera Sánchez y su nieta Rocío, volvieron a casa, y lo hicieron a La Laguna, donde serán inhumados el próximo sábado en el cementerio de San Luis.

El científico nació en Lanzarote y pasó parte de su infancia y juventud en La Laguna, ciudad en la que también se casó y residió junto a su esposa en la calle Carrera, y en la que sigue viviendo parte de su familia, la misma que ayer recibió sus restos en el aeropuerto Ciudad de La Laguna, procedentes de México. Allí le esperaban tres nietos, una biznieta y una tataranieta.

Marta Cabrera es la bisnieta que ayer acudió al aeropuerto a recibir a sus bisabuelos y su familia. “La verdad es que estamos muy emocionados”, admitía en conversación con DIARIO DE AVISOS y no solo por la llegada de los restos de Blas Cabrera y su familia, sino por el momento en el que se ha producido. “Ha coincidido con los actos que se están desarrollando en la Universidad de La Laguna (el Campus América está dedicado a México), que le pone música a estos momentos. Son 85 años de exilio. Además, llegaron en el Día de la Hispanidad, un día muy simbólico, uno que hemos vivido con mucha emoción y con un sentimiento de justicia”, subraya.

Marta Cabrera cuenta cómo siempre ha tenido muy presente la figura de su bisabuelo: “Me crié con la pregunta de si podría ir algún día a México, me preguntaba por qué tan lejos, por qué no había vuelto, era difícil de entender para una niña, así que hoy (por ayer) ha sido muy bonito y emocionante”. Además, indica que en el aeropuerto estuvo acompañada por su padre, sus tías y su hija. “No tengo palabras para describir el vernos allí tres generaciones, pero estábamos felices, y con mucho agradecimiento al Ayuntamiento de La Laguna”, añadió.

La vuelta de Blas Cabrera a Aguere es la continuación de un camino que se inició en 2018 con la restitución de sus méritos. Como muchos otros científicos, tras finalizar la Guerra Civil, los franquistas lo desposeyeron de todos sus títulos y cargos que ocuparon durante la República, relegándolo al ostracismo. Una afrenta que fue subsanada en 2018 cuando el Consejo de Ministros, a propuesta del entonces ministro de Ciencia, Pedro Duque, restituyó a Cabrera y a otros muchos científicos el estatus que nunca debieron perder. Por eso, volver a La Laguna, como explica su bisnieta, es lo que faltaba para rescatar del todo su figura. “Han venido los restos de mi bisabuelo, su mujer, su hijo Blas y su nieta, la primera hija de Blas, Rocío, de nueve años, que falleció por tifus. Mi bisabuela era lagunera por los cuatro costados, y para Blas era su ciudad de adopción, así que estamos completamente seguros de que es aquí donde a ellos les hubiera gustado estar”. “Él siempre -continuó- trató de venir, se movió por hacer aquí conferencias, por traer ciencia a las universidades. Así que no cabe duda de que este era el lugar donde querían estar y descansar”, dijo.

Pero la recuperación de la figura de Blas Cabrera para la historia no acaba aquí. “Es verdad que aún hay mucha gente que desconoce los méritos de Blas Cabrera, sus aportaciones a la física”, explica su bisnieta. “El exilio y la guerra hicieron que su figura se desdibujara. Hay mucho desconocimiento, incluso profesores de Física que ignoran su trayectoria, teniendo el reconocimiento que tiene como padre de la física española. Me he criado siendo conocedora de sus méritos académicos, y han sido años de recuperar, no solo su memoria, sino también sus trabajos, algunos incluso no se publicaron. Estamos en ese proceso de recopilar documentación, alguna inédita”, detalla Marta Cabrera.

Vuelta a La Laguna

La vuelta del científico a la que fue su ciudad de adopción ha sido posible gracias al Ayuntamiento de La Laguna, que ha realizado los trámites y asumido el coste del traslado, para cumplir con la voluntad expresada por su familia y que, en el Pleno del mes de septiembre, tras la intervención de su nieto, Luis Cabrera, el padre de Marta, se aprobó por unanimidad llevar a cabo esta iniciativa.

Blas Cabrera está considerado el padre de la física moderna española, porque sus aportaciones en el campo del magnetismo y sus publicaciones así lo avalan. Prueba de su proyección científica fue la visita que realizó Albert Einstein a España en 1923, estancia en la que Cabrera ejerció de anfitrión.

En el momento del golpe de Estado de 1936, el físico era presidente de la Real Academia de Ciencias. Era una eminencia internacional en el campo del magnetismo y el “principal portavoz español de Einstein”, según afirma el historiador estadounidense Thomas Glick en su libro Einstein y los españoles. Ciencia y sociedad en la España de entreguerras (CSIC, 2005).

Blas Cabrera -tal y como recoge José Manuel Sánchez Ron en El Español- fue catedrático de Electricidad y Magnetismo de la Universidad Central de Madrid, de la que también fue rector, cargo que desempeñó igualmente en la Universidad Internacional de Verano de Santander, sucediendo a Ramón Menéndez Pidal. A su vez, fue director del mejor centro de investigación en ciencias físicas-químicas existente entonces en España -el Laboratorio de Investigaciones Físicas (luego Instituto Nacional de Física y Química)-, que había creado la benemérita Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1907-1939), sobre la cual se levantó, posteriormente -por la fuerza de las armas, durante lo que se ha denominado Edad de Plomo, frente a la Edad de Plata que representaba la República-, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 

No hay que olvidar su condición de académico de número de las reales academias españolas y de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la que fue presidente, como también lo fue de la Sociedad Española de Física y Química. Además, Cabrera se ocupó de difundir la física en la sociedad, así como de pronunciar numerosas conferencias, de publicar libros de carácter general, como ¿Qué es la electricidad? (1917), Principio de relatividad (1923) y El átomo y sus propiedades electromagnéticas (1927).

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