Los ahogamientos son la primera causa de muerte por accidente en Canarias y ya duplican el número de fallecidos en las carreteras de las Islas. Sin contar el drama migratorio, hasta 59 personas han perdido la vida en las costas y piscinas del Archipiélago a lo largo de este año, una cifra que, de mantener la tendencia del último mes, va camino de superar el número de 64 víctimas registradas en 2021, uno de los años más negros que se recuerdan.
Ocho de cada 10 personas fallecidas en el medio acuático son turistas (sobre todo alemanes, ingleses y franceses, por ese orden) y el 70% de los siniestros mortales se producen en las costas insulares, mientras que el 30% restante ocurren en piscinas, donde los accidentes también han aumentado considerablemente en los últimos años.
“Hay un repunte muy preocupante”, asegura Sebastián Quintana, promotor de Canarias, 1.500 kilómetros de costa, plataforma que aboga por generar conciencia sobre la alta siniestralidad y mejorar las políticas preventivas. El experto recuerda que noviembre está siendo el peor mes del año. Solo en la primera quincena se han contabilizado nueve muertes en las Islas, un número récord. La última, la de un varón que sufrió una parada cardiorrespiratoria mientras practicaba submarinismo el pasado lunes en Playa Blanca (Lanzarote). 24 horas antes, otro hombre de 77 años perdía la vida poco después de ser rescatado en estado inconsciente y con signos de ahogamiento en la playa de Valle Gran Rey (La Gomera).
Quintana, que forma parte de un grupo de investigación internacional para la prevención de los ahogamientos y es miembro de la Junta Directiva de Bandera Azul España, advierte sobre dos elementos comunes asociados a los accidentes acuáticos en Canarias. El primero es que la gran mayoría de siniestros mortales se producen con avisos vigentes sobre el mal estado del mar, que, en la mayor parte de los casos, las víctimas desconocen.
El segundo elemento que se repite con más frecuencia, y que está relacionado con el auge turístico que vive el Archipiélago tras la pandemia, es que la mayoría de los fallecidos son de nacionalidad extranjera y sufren el accidente durante sus vacaciones.
“Las alertas por oleaje y marejada no llegan a los turistas, y esa información debe ser trasladada por el personal de recepción de los hoteles”, insiste Quintana, que reclama también más señalética que alerte del riesgo que corren los bañistas, porque “no todas las playas y zonas de costa peligrosas cuentan con avisos”.
La Plataforma Canarias, 1.500 kilómetros de costa subraya la “urgente necesidad”, de desarrollar campañas en materia de prevención. “Hace falta, de una vez por todas, promover más educación, más cultura de la seguridad acuática, para saber qué se puede hacer y qué no en el litoral, con el objetivo de evitar que en un país como España mueran cada año 500 personas en sus más de 8.000 kilómetros de costas”.
La Organización Mundial de la Salud ya ha advertido en un informe que los ahogamientos no deben seguir siendo un riesgo ignorado y recuerda que es la segunda causa de muerte accidental en Europa en menores de 20 años y la tercera no intencional en todo el planeta. En esa línea, la ONU ha calificado las estadísticas de víctimas mortales en el agua como un “problema de salud pública”. La organización ya instó, a principios de año, a todos los países a crear leyes y a desarrollar campañas para reducir las muertes por esta causa.
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