El Teatro Leal de La Laguna ha programado para los días 13 y 14 de enero (20.30 horas) un estreno nacional. Se trata de El sonido oculto, el thriller psicológico del autor estadounidense Adam Rapp, que llega ahora a España en una versión del guionista, dramaturgo y director Juan Carlos Rubio. No es fruto del azar que esta adaptación que cambia Estados Unidos por nuestro país al ubicar el relato vea la luz por primera vez en la Isla. Una de las artífices del proyecto, y coprotagonista junto al actor madrileño Omar Ayuso, es Toni Acosta (La Laguna, 1972). La actriz tinerfeña subraya la ilusión que le hace presentarse ante su gente, en una charla en la que, además, revela una profunda vocación por el teatro, por los retos y satisfacciones que le brinda un oficio que escogió muy pronto.
-Coprotagoniza con Omar Ayuso un estreno nacional, y lo hace en su tierra. ¿Esto tiene más de responsabilidad, de orgullo o de reencuentro?
“Sobre todo, de ilusión por volver a casa para compartir lo que he aprendido fuera. Mi carrera la he hecho en la Península. Me fui con 24 años de la Isla para ser actriz, así que volver y estrenar en Tenerife es una gran ilusión. Todo lo demás, también. La responsabilidad, por ejemplo, me la echo a la espalda, porque de los dos intérpretes soy la veterana; Omar debuta en el teatro. Estoy experimentando una sensación muy bonita. Lo habitual es que el estreno de una obra no lo pueda compartir con la familia, ya que todos viven en Tenerife. De manera que ahora los tengo revolucionados… Y eso me encanta”.
“Interpreto a una mujer que en apariencia tiene una vida plena, pero, si te detienes a mirarla, en realidad está muy sola”
-‘El sonido oculto’ es una adaptación de un texto de Adam Rapp. Y si antes, por ejemplo, su personaje era el de una profesora en Yale, ahora lo es en la Universidad de Salamanca. ¿En qué ha consistido esa traslación de Estados Unidos a España? ¿Ha tenido que ver solo con el contexto o ha sido más profunda?
“Eso ha sido una idea de nuestro director y dramaturgo, Juan Carlos Rubio. Adam Rapp ha sido finalista al Pulitzer y abordar una obra suya te da mucho respeto al principio, es casi como tocar un Picasso. Sin embargo, cuando Juan Carlos nos propuso la idea de acercar el texto, lo vimos todo más claro. Si en lugar de pasear por la Universidad de Yale o por la Quinta Avenida de Nueva York, hablamos de que los personajes están en Madrid, van al Teatro de La Abadia y pasean por La Latina, es todo mucho más cercano. Me parece un gran acierto. Somos muy diferentes los norteamericanos y nosotros. Pero también creo que Juan Carlos Rubio ha hecho algo más que trasladar geográficamente El sonido oculto. Nos presenta a un joven estudiante de Burgos y una profesora canaria que da clases en la Universidad de Salamanca, y para ello emplea nuestra realidad, la de aquí, porque la obra va todo el rato moviéndose desde la ficción a la realidad. Adam Rapp ha dado su visto bueno a la adaptación y ahora una de mis fantasías es que él tenga la oportunidad de ver lo que hemos hecho con su obra”.
-¿Cómo es Juan Carlos Rubio en la dirección de actores? ¿Qué margen de libertad y qué nivel de exigencia les ha planteado en su visión de este montaje?
“Juan Carlos es muy exigente, pero a la vez es muy buen escuchador, muy receptivo a todas las propuestas. A mí me parece que tiene las cosas más claras de lo que nos cuenta, para que luego tengamos la impresión de que las encontramos nosotros. Nos va dirigiendo hacia los lugares que él desea alcanzar. Somos amigos, ya habíamos trabajado juntos en Anfitrión [la obra de Molière, que se basó a su vez en un texto de Plauto, cuya adaptación y dirección a cargo de Juan Carlos Rubio se estrenó en 2020 en el Festival de Teatro Clásico de Mérida] y, sin embargo, eso no condiciona nuestra relación director-actriz cuando estamos trabajando. Así que es tremendamente exigente, pero también amoroso, que es algo que yo agradezco mucho de esta profesión: la gente que trabaja desde la bondad y el amor, porque así todo es más fácil”.
“Estrenar en Tenerife supone volver a casa para compartir lo que he ido aprendiendo fuera; me hace mucha ilusión”
-¿De qué manera presentaría a su personaje, Julia Martín? ¿Qué tipo de persona es?
“Es alguien muy solitario que se ha refugiado en la literatura como vía de escape. En apariencia, tiene una vida plena. En lo profesional le va muy bien, pero si rascas, si te detienes a mirarla, percibes que está muy sola. Ese es el punto a partir del cual surge su conexión con un alumno, una relación inesperada entre la profesora y el estudiante”.
-Sobre el escenario estarán usted y Omar Ayuso. ¿Cómo es ese encuentro, ese diálogo con el otro intérprete de la obra antes y durante el tiempo que dura la representación?
“La idea de contar con Omar se me ocurrió a mí. Nos lleva el mismo representante y un día me desperté con la idea de que a lo mejor le apetecía hacer teatro. Cuando hablábamos de El sonido oculto, Juan Carlos Rubio decía todo el rato que el actor que interpretase a Hugo Barroso debía tener su misma edad, 22 o 23 años, no que fuera un intérprete mayor haciendo de un joven. Y entonces pensé en él. Lo que no sabía es que me iba a decir que sí. El que alguien de esta generación de actores que coincide con el boom de las redes sociales y las plataformas, que tienen millones de seguidores, decida subirse a las tablas me parece un acto de valentía, de osadía. Que diga: no, no, es que yo quiero aprender de verdad… No hay gimnasio mejor para un intérprete que hacer teatro… Nada te va a enseñar tanto cómo enfrentarte al público en directo, a una gira, a todos los inconvenientes que puedas encontrarte sobre un escenario. Estoy muy feliz trabajando con Omar. Es un pedazo de actor y lo ha ido demostrando según íbamos ensayando. Al principio le costaba incluso sacar la voz, pero ahora tiene superagarrado al personaje y lo maneja con una madurez increíble. Le auguro una gran carrera”.
“De niña no pensaba en actuar en películas ni en series, sino en subirme a un escenario; el teatro es el sitio donde más me gusta estar”
-¿Qué tiene que tener un texto teatral para que se sienta interesada por llevarlo a escena?
“Hay textos que lees de un tirón y te atrapan, aunque no sé explicar el motivo. El sonido oculto es una obra que me ha resultado difícil de estudiar, pero a estas alturas, con 50 años y 26 de carrera, es justo cuando más busco los retos. Busco algo que no haya hecho antes, como esta obra, que tiene humor, pero es un thriller y también es un drama… Me encanta arriesgar y hallar nuevos desafíos, con una obra teatral, con una serie o con una película”.
-‘El sonido oculto’ está a punto de estrenarse, pero me gustaría saber cómo ha sido el viaje, la evolución del texto desde el día en el que comenzaron a prepararlo hasta hoy.
“El texto es una delicia. Comencé a leerlo mientras viajaba en un avión y no pude parar. Era a finales de 2020 y luego no me lo podía quitar de la cabeza. Cuando me atreví a enseñárselo a Juan Carlos Rubio y a decirle que esto era lo que yo quería interpretar -pues al fin y al cabo soy actriz, no dramaturga, y me interesaba mucho conocer su opinión-, coincidió conmigo en que era una maravilla. A partir de ahí, la evolución creo que ha consistido en hacer nuestro El sonido oculto. El texto suena como suena porque lo hace Omar Ayuso y lo hago yo. Está plagado de nuestras personalidades. Se ha convertido en un traje a medida. Y para eso hemos tenido la suerte de que nuestro dramaturgo es también nuestro director. Si había que cambiar cosas, se iban modificando a medida que ensayábamos”.
-Teatro, cine y televisión. ¿En qué medio se siente más cómoda, cuál le exige más y cuál le aporta más satisfacciones?
“La respuesta a esas tres preguntas es el teatro. Siempre digo que cuando de niña soñaba con ser actriz, no pensaba en películas ni en series: soñaba con estar subida a un escenario. Hay algo en mí que desea respetar ese sueño, que desea volver a la esencia. Y mi esencia es el teatro, sin ninguna duda. Luego es verdad que es lo más sacrificado, lo que menos se paga, lo que te exige trabajar los fines de semana y los festivos… Sin embargo, esos aplausos en directo y también esos errores cuando las cosas te salen mal son los que más me aportan, los que más me enseñan. Considero al teatro mi lugar, el sitio donde más me gusta estar. E incluso donde mejor puedo desplegar mis herramientas de actriz: la voz, el cuerpo, la expresión, los matices… Aunque he tenido más oportunidades en el cine y he hecho series maravillosas, siempre regreso al teatro”.