La relación sentimental de la marquesa Tamara Falcó y el empresario madrileño Íñigo Onieva ha sumado un nuevo capítulo en las últimas horas. La hija de Isabel Preysler ha anunciado en Harper’s Bazaar que ha decidido retomar sus planes de boda en 2023.
“Yo tengo esperanza y estoy enamorada. Allá que voy, allá que voy… Me veo pasando por el altar en 2023 y he estado pensando que solo tengo seis meses para el vestido de novia”, señalaba la nombrada Women Of The Year 2022.
Lo cierto es que la prensa del corazón dio un vuelco inesperado el miércoles, 4 de enero, cuando se confirmó la reconciliación de la pareja tras aquel beso de él con otra mujer que lo dinamitó todo.
Mientras que la prensa apunta a que Íñigo pasó la Nochevieja en la vivienda de Isabel Preysler, El Español suma ahora un nuevo dato. Los enamorados, tras el Día de Reyes, hicieron las maletas para poner tierra de por medio. Se escaparon fuera de España en un viaje que, según maneja el citado medio, durará “entre 4 ó 5 días”.
Si bien no se desvela el lugar exacto al que se han desplazado, sí se hace constar que no se trata de un lugar paradisíaco. Algo más cercano, entre otras cosas para que la marquesa pueda regresar con antelación a Madrid, y asistir a su puesto de trabajo en El Hormiguero, el próximo jueves 12 de enero.
Tamara e Íñigo han decidido huir para asentar su nueva realidad y “hablar de futuro, de sus planes”, añade otra persona bien informada. De hecho, en El programa de Ana Rosa se ha asegurado que ambos desean precipitar la boda -fechada en un inicio para el 17 de junio de 2023-, y también su nuevo proyecto de vida en común.
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