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Los 10 mejores guachinches tradicionales de Tenerife

Pocos son los guachinches tradicionales que quedan en la isla de Tenerife
La falsa publicidad del nombre de guachinche

Mucho se ha hablado y escrito sobre los guachinches de Tenerife y de su regularización, motivando muchas opiniones referente a un tema muy complejo, donde el Gobierno de Canarias; Cabildo Insular de Tenerife y Ayuntamientos, no se han puesto de acuerdo o no han sabido responder a un problema comercial gastronómico tradicional como han sido los guachinches tradicionales de Tenerife.

Pocos son los guachinches tradicionales que quedan en la isla de Tenerife. Con el paso del tiempo, el nombre de Guachinche ha sido una publicidad comercializada por muchos restaurantes, casas de comidas, bodegones y tascas, utilizándolo como Guachinches modernos.

Lo cierto es, que el poderío de las grandes bodegas, junto con determinados grupos empresariales de la gastronomía de Tenerife, han ejercido su influencia para que los guachinches tradicionales fueran regularizados, pero a la vez, y con el transcurso del tiempo, a su casi desaparición. Sin embargo, el sector de la hostelería si ha sabido aprovecharse del nombre de Guachinche, registrándolo como Guachinche moderno.

Los guachinches tradicionales

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Los 10 mejores guachinches tradicionales de Tenerife

Corrían los años 1968 y 1969 cuando se comenzó a hablar de estos locales. Confieso que mi primera incursión en este mundo gastronómico tradicional se sitúa en Valle de Guerra con tan solo 17 años de edad, aunque más que guachinche se trataba de una casa de comida.

A posteriori llegó el de Manolo “El del Pasito”, llamado así por ubicarse en la calle El Pasito, donde paredes de bloques en una especie de salón sobre el que asentaba una vivienda familiar daba cabida a una especie de guachinche, donde el vino se bajaba con unas buenas garbanzas, un rejo de pulpo un buen plato de carne de cabra en salsa, chicharros o sardinas fritas.

Esa casa de comida, convertida en una especie de guachinche, fueron los culpables de que me obligara a rendir un sentido homenaje a estos establecimientos y a las personas que lo generaron y los siguen manteniendo en activos.

Sin duda, la crisis padecida en la década de los años 60 motivo la presencia y creación de los guachinches y fue tanto su resultado que se perpetuó en el tiempo hasta nuestros días.

Cuando escucho la palabra GUACHINCHE, me invade el olor a tomillo, laurel y romero fresco, sintiendo el calor de las brasas que se consumen en las barbacoas que produce olores a carne de cochino, pollos tomateros; un buen vino tinto de propia cosecha y el ambiente familiar que se respira en cada uno de ellos cuando son visitados 3 por muchas personas de diferentes puntos de las islas del Archipiélago canario.

No descubro nada nuevo, si escribo que el canario de por sí, es parrandero, donde quiere sentirse cómodo y a gusto con los que desea y quiere en cada momento de su vida. No es persona de grandes lujos ni de comidas sibaritas, más que cuando la ocasión lo requiere. Respira hondo cuando escucha a alguien desprender de un timple y una guitarra una Isa, Folía o Malagueña, acabando en una fiesta del mundo rural en honor a BACO, REY DEL VINO.

Por otro lado, no es extraño hacer amigos en los GUACHINCHES, sino de obligado cumplimiento y que si te invitan a una “cuarta”; de vino, la devuelves con un agradecimiento exaltado. Porque el canario es persona agradecida.

Por todo ello, los fines de semana, familias enteras visitan estos establecimientos fuera de la ciudad chicharrera desde hace muchos años. La señora de la casa, junto con su marido, ya saben que toca ir al Norte de la isla, junto con sus hijos, con el objetivo de comer una comida casera, beber agua para los niños y vino para los padres y amigos.

Otro dato a tener en cuenta es que en los GUACHINCHES, no se entiende de clase sociales. Políticos, repartidores, obreros, peones, albañiles, amas de casa, profesores, sanitarios y dependientas, todos son iguales y por los tanto, comen y beben los mismo. Es 4 decir, una comida tradicional y beben un vino de propia cosecha.

Sin duda, son muchos los recuerdo que me invaden en mi memoria sobre estos maravillosos establecimientos. Recuerdo en una de mis incursiones me sobresaltó ver a una treintena de alemanes en un GUACHINCHE en la Corujera. Se pusieron morado. Esa es la imagen que debemos dar al visitante, debiendo instaurarse como nuestra seña de identidad culinaria.

No por menos he de dejar de mencionar que el guachinche enamora, seduce porque encierra lágrimas que vuelven con recuerdos cogidos de la mano y risas que brotan al revivir momentos con amigos. Es una charla repleta de sentimientos, recintos donde evadirse de los problemas y donde confieso que he sido inmensamente feliz.

Por último, nuestros GUACHINCHES son únicos en el mundo, aunque ya hay algunos ubicados en algunas islas del Archipiélago canario, pero los verdaderos están en Tenerife, aunque en los últimos años los GUACHINCHES tradicionales se han visto alterados sustituidos por los denominados GUACHINCHES MODERNOS, motivando casi la desaparición de los tradicionales.

Los diez mejores guachinches tradicionales

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Los 10 mejores guachinches tradicionales de Tenerife
  1. Guachinche -Chiqui (Tamaide-La Corujera)
  2. Guachinche Las Galanas (Los Realejos)
  3. Guachinche Perico el del 5 Valle (La Orotava)
  4. Guachinche Casa Estela (La Perdoma-La Orotava)
  5. Guachinche La Chaotera (La Orotava)
  6. Guachinche El Molinero (La Perdoma)
  7. Guachinche Finca El Pino (La Orotava)
  8. Guachinche Alicia (La Matanza)
  9. Guachinche José El Rinconero (Santa Úrsula)
  10. Guachinche Los Gómez (La Orotava)

La cultura gastronómica tradicional de los guachinches en la isla de Tenerife ya esta casi desaparecida. La influencia política, comercial de la hostelería y las bodegas más importantes vitivinícolas, han ganado una batalla a una cultura que generaron los propios agricultores del mundo rural llamada Guachinches. El vino de propia cosecha no aparece en casi ninguno de los llamados Guachinches modernos y en sus respectivas cartas tienen más de 30 menús, con mesas de mantel blanco, refrescos y postres de todas clases.

Muchas personas, especialmente aquellas que vienen de otras islas o a nivel nacional, se han visto sorprendidas al creer que han entrado en un guachinche tradicional, especialmente cuando le han pasado la factura de un alto coste económico. Así pues, la falsa publicidad del nombre de Guachinche moderno es lo que impera en la actualidad en nuestra isla como publicidad engañosa.

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