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Ucrania despide en Tenerife el 39º Festival de Música de Canarias con una sinfonía para el fin de la guerra

La Sinfónica de Kiev clausura en el auditorio capitalino el FIMC, que desde el 12 de enero ha desplegado por las ocho islas casi 60 conciertos, que estuvieron a cargo de más de 800 intérpretes y formaciones regionales, nacionales e internacionales
La Sinfónica de Kiev ofreció un programa con obras de autores ucranianos. / Fran Pallero

La paz vence a la guerra. Ese deseo, esa convicción, se expresó anoche en el Auditorio de Tenerife. El Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) clausuró ayer en la capital tinerfeña su trigesimonovena edición con un concierto protagonizado por la Sinfónica de Kiev, dirigida por su titular, el maestro italiano Luigi Gaggero, en cuyo programa figuraba explícitamente ese mensaje de concordia universal -y en el caso que nos ocupa, contra la invasión de Ucrania por la Rusia de Putin-, a través de la interpretación de la Sinfonía nº 3 de Borís Liatoshinski, que el compositor ucraniano tituló La paz vence a la guerra, estrenada en 1951.

El concierto de ayer constituyó el punto final a un itinerario musical que arrancó el pasado 12 de enero con la BBC Philharmonic, dirigida por el español Juanjo Mena. Durante estos 30 días, más de 800 músicos, regionales, nacionales e internacionales, han recorrido las ocho islas del Archipiélago en una edición que, al fin, pudo recuperar las grandes orquestas y los repertorios sinfónicos de gran magnitud tras dos años que han estado condicionados por la pandemia del coronavirus.

Junto a la orquesta ucraniana y la BBC Philharmonic, han estado en el FIMC la Sinfónica de Bamberg, con la batuta de Jakub Hrusa y la violinista Patricia Kopachinskaja; el Maggio Musicale Fiorentino, con Ingo Metzmacher en el podio y el barítono norteamericano Thomas Hampson como solista; la Chamber Orchestra of Europe, dirigida por Andrés Orozco-Estrada y con el pianista Pierre Laurent Aimard, así como la Scottish Chamber Orchestra, encargada de la obra de estreno del festival, Luz, amor y éxtasis, firmada por Laura Vega, en conciertos que contaron con el riojano Pablo Sáinz Villegas (guitarra) y el orotavense Maximiliano Martín (clarinete)…

ORQUESTAS CANARIAS

Como no podía ser menos, en el encuentro de invierno con la música clásica también han estado sus orquestas residentes: la Sinfónica de Tenerife y la Filarmónica de Gran Canaria. Y el público, asimismo, pudo disfrutar con el pianista Daniil Trifonov, el Cuarteto Casals y la Orquesta y Coro Barroco de Ámsterdam, con el virtuoso Ton Koopman, director de orquesta y de coro, compositor, organista, clavecinista, pianista, musicólogo y profesor, al frente. La programación En Paralelo del Festival de Música de Canarias contempló a artistas y espectáculos como Gabrieli Consort, Desconcerto, Satierismos, Consonancias, El Afecto Ilustrado e Islazz.

La orquesta de Ucrania clausuró el FIMC con ‘La paz vence a la guerra’. / Fran Pallero

LA CULTURA EUROPEA

Esta misma semana, el director titular de la Sinfónica de Kiev había afirmado que los músicos se sentían muy felices de poder estar en Canarias. “Desde que comenzó la invasión a gran escala, la vida de la orquesta es muy difícil”, comentó Luigi Gaggero. “Tenemos la suerte de haber encontrado un lugar en Alemania donde podemos vivir y ensayar. Pero, por supuesto, un músico no tiene vida sin dar conciertos. Así que en este momento es muy, muy importante poder tocar, tocar buena música y al mismo tiempo tocar obras maestras ucranianas”.

Con esa idea, el programa que se escuchó anoche, y que antes se interpretó en el Auditorio Alfredo Kraus de Gran Canaria y en el Palacio de Formación y Congresos de Fuerteventura, comenzó con la Sinfonía nº 1 de Maksym Berezovsky, una obra escrita entre 1770 y 1772 que la orquesta tocó en Madrid durante la reciente cumbre de la OTAN. A continuación, el Concierto para arpa y orquesta de Reinhold Glière, en el que intervino Catrin Mair Williams, miembro de la Filarmónica de Gran Canaria, y, como cierre, la citada Sinfonía nº 3, La paz vence a la guerra, de Borís Liatoshinski. Fuera del programa, el concierto culminó con la interpretación del himno de Ucrania.

Compuesta en la entonces Unión Soviética, para conmemorar la Revolución de Octubre, a Stalin no le convenció el final de la Sinfonía nº 3, por lo que el músico se vio obligado a cambiarlo por algo más convencional, acorde a los gustos del dictador, e incluyó una especie de marcha militar. Sin embargo, la Sinfónica de Kiev ha recuperado para sus actuaciones la primera versión. “Esta guerra no es solo una agresión militar, sino también a nuestra cultura europea”, argumentó el miércoles Gaggero. “Y por eso es tan importante que demos una respuesta cultural tocando buena música, que muestre de dónde venimos y hacia dónde debemos ir”.

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