El Foro Premium de la Fundación Diario de Avisos acogió hoy al doctor Mario Alonso Puig, uno de los investigadores más influyentes sobre la conducta humana y las pautas de comportamiento.
Alonso, con más de 30 años de experiencia, lleva más de 20 impartiendo cursos, conferencias y trabajando con equipos directivos para potenciar capacidades como el liderazgo, el trabajo en equipo, la gestión del cambio, el bienestar, la comunicación, la creatividad y la innovación. En el encuentro reflexionó sobre ¿Qué debo hacer yo en mi vida cotidiana para estar mejor y ayudar a otros a estarlo?
Abogó por tener momentos de optimismo, dar valor a las cosas alegres de la vida para, sin negar la realidad, poder transformar la realidad. La libertad es una conquista diaria, y cada día hay que introducir nuevos hábitos y acciones.
Alonso Puig destacó la importancia de la práctica del silencio y la paz interior, volver al centro de sí mismo y serenarse como un bálsamo para dulcificar pérdidas y momentos complicados.
El doctor constató que en momentos de confusión y de cambio, lo más fácil es anclarse en la queja, la protesta y la justificación, pero debemos tomar un papel protagonista, sacar la capacidad interior para responder ante lo que está pasando, nunca hay que rendirse, no renunciar. Tomar ese papel de actor para intentar cambiar las cosas, en la medida de lo posible, es una decisión personal de cada uno. Debemos enfocar la atención en lo que quiero que sea la solución y entonces la mente humana empezará a hacer cosas sorprendentes.
Además defendió la separación del mundo interior y exterior si queremos tener un impacto positivo en las cosas, con ese cambio en nuestro interior irradiamos una fuerza que también repercutirá en el exterior y nuestro entorno. Valoró el empoderamiento de las personas y arrebatar ese poder interior de los miedos, las dudas y que nos generan las excusas. Atrévete a pesar de tu miedo y te sentirás valiente, resaltó.
El investigador Mario Alonso Puig destacó la dimensión mental y espiritual de las personas, e incidió en que el ser humano debe tener más gratitud, cordialidad, compasión, contacto con la naturaleza e incluso, saber pedir ayuda en los momentos complicados.
Abogó por no llegar a tocar fondo para llegar a la conclusión que hay que cambiar. No hay que fijarnos en lo que no se puede hacer y lo mal que está el mundo, hay querer lo que sí podemos hacer y mejorar.
Destacó que hay que poner el foco en la grandeza y belleza interior de cada persona, que la capacidad de amar es capaz de sanar de verdad, e insistió en devolver al entorno gratitud y amor. Necesitamos personas que nos unan, no enfocarnos en las cosas que nos separan, sino en lo que nos conectan los unos con los otros. La cooperación es la gran solución para lograr una sociedad mejor.
También incidió en practicar habitualmente el silencio, crear espacios de quietud y tomarnos un tiempo para intentar despejar la mente. Alertó de los efectos negativos y dañinos para la salud física y mental del ruido y todos aquellos pensamientos negativos que, a la larga generan ansiedad y depresión y se vuelven contra uno mismo, por tanto, hay que saber espaciar esos razonamientos, que la mayor parte son disfuncionales. Los pensamientos negativos hacen daño no solo a uno mismo, sino al entorno e incluso a la humanidad. Además añadió la importancia de la conexión interior con un universo sabio y bondadoso, por eso esa disposición a crear espacios de quietud.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas