El Foro Premium del Atlántico de la Fundación DIARIO DE AVISOS acogió ayer al doctor Mario Alonso Puig, uno de los divulgadores más influyentes sobre la conducta humana y pautas de comportamiento, que ofreció una conferencia y fue entrevistado, posteriormente, por María Rozman, directora de Atlántico Televisión, y Juan Carlos Mateu, vicedirector del Decano. “Cometemos el error de equiparar la felicidad con el tener, el bienestar subjetivo, colmarnos los sentidos y llevar una vida más cómoda, cuando la felicidad está vinculada al ser y al compartir y llenarnos el corazón”, dijo.
Alonso, médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo durante 26 años, tras asentarse en Estados Unidos, acumula una experiencia en la investigación del ser humano y en el desarrollo personal y profesional que ha transmitido en los últimos 20 años impartiendo cursos, conferencias y trabajando con equipos directivos para potenciar capacidades de liderazgo, trabajo en equipo, gestión del cambio, la salud, el bienestar y la felicidad, la comunicación, la creatividad y la innovación.
En el encuentro reflexionó sobre ¿Qué debo hacer yo en mi vida cotidiana para estar mejor y ayudar a otros a estarlo?, recordando que vivimos en un mundo tan disruptivo y cambiante que “deja al ser humano descolocado y tendemos a sentirnos demasiado pequeños”. Ante estas situaciones abogó por “realizar un reconocimiento a la grandeza que hay dentro de cada uno y tenerla muy presente”.
Por tanto, defendió la valentía, al asegurar que “si sabes o crees que puedes, ponte en marcha, la audacia tiene poder”, y valoró ese “empoderamiento” para ser capaces de “arrebatar el poder a nuestros miedos y dudas, que nos generan las excusas. Atrévete y te sentirás valiente”, resaltó. “El optimismo y la fe en el futuro es la fuerza que conduce al éxito”, dijo. “No nos fijemos en lo que no se puede hacer y lo mal que está el mundo, sino en lo que sí podemos hacer y mejorar”.
Alonso Puig recordó la importancia de “ser capaces de incluir a otras personas en tu vida, no ser indiferentes a sus sentimientos, estado de ánimo y no pensar solo en nosotros mismos”, pues añadió que “nuestra mejora personal también ayuda a otros a mejorar”.
Incidió en que “el ser humano debe tener más gratitud, cordialidad, compasión, contacto con la naturaleza y saber pedir ayuda” en los momentos complicados. “No hay que tocar fondo para llegar a la conclusión de que hay que cambiar”, indicó.
También abogó por “practicar habitualmente el silencio, crear espacios de quietud y tomarnos un tiempo para despejar la mente” ante los efectos dañinos para la salud física y mental, “del ruido y todos los pensamientos negativos que generan ansiedad y depresión y se vuelven contra nosotros”. Por tanto, “hay que saber espaciar esos pensamientos” y reconoció que “no solo nos hacen daño a nosotros, sino también al entorno”. Además, destacó la importancia de “la conexión interior con un universo sabio y bondadoso”.
Reconoció que la cultura occidental “comete el error de equiparar la felicidad con el tener, confunde el bienestar subjetivo, colmarnos los sentidos y llevar una vida cómoda”, mientras que en la cultura tradicional oriental “la felicidad está vinculada al ser, el compartir y llenarnos el corazón”.