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Pilar Palomero: “En mis películas no busco actrices y actores que interpreten el papel que yo escribí, sino que ya sean ese personaje”

La directora y guionista, artífice de 'Las niñas' y 'La maternal', ha estado en el Puerto de la Cruz para participar en 'Rueda', una iniciativa de desarrollo audiovisual de la Academia de Cine
La cineasta Pilar Palomero. / Germán Caballero / Cortesía de la Academia de Cine

El Puerto de la Cruz ha sido esta semana el escenario de Rueda, una iniciativa de desarrollo audiovisual para nuevos creadores impulsada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España junto con, en esta fase en concreto, el área de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad turística. La experiencia, que asimismo ha contado con el apoyo de Canary Islands Film y Tenerife Film Commission, implicó, entre otras propuestas, una residencia artística en el municipio y también una agenda de actividades paralelas abiertas al público. Entre las personalidades vinculadas al séptimo arte que han estado en el municipio figura Pilar Palomero, quien en 2020 se alzó con los Goya al mejor guion original y la mejor dirección novel por su ópera prima, Las niñas. Su segundo film, La maternal (2022), hizo que su actriz protagonista, Carla Quílez, obtuviese, ex aequo, la Concha de Plata a la mejor interpretación principal en el Festival de Cine de San Sebastián.

-Esta semana ha participado en ‘Rueda’, una iniciativa de la Academia de Cine que acompaña a nuevos cineastas en el desarrollo de sus proyectos. ¿Cuál es la principal enseñanza, la que usted recibió o le hubiera gustado recibir, para quien quiere contar historias a través de una cámara?
“Lo principal es tener confianza en lo que uno quiere decir, en lo que uno desea mostrar. Eso es lo más esencial en este oficio. Ser capaz de confiar en tu mirada, en tu forma de entender el mundo, y, sobre todo, tener la esperanza de que todo eso vaya a interesar luego a quien lo vea en una pantalla”.

-Tanto en ‘Las niñas’, su ópera prima en el largometraje, como en ‘La maternal’ explora la adolescencia. ¿Es algo más que casual el que aborde este periodo de la vida en sus dos primeras películas?
“Ha sido casual. Solo he sido consciente de ello a medida que me lo he ido preguntando durante el proceso de promoción de La maternal. Pero sí, efectivamente, es verdad que la adolescencia, como periodo vital, me interesa mucho. Es una etapa de la vida que todos tenemos llena de historias”.

“El guion está vivo durante el rodaje; para mí rodar es estar muy conectado a lo que está sucediendo en ese momento”

-¿Qué busca, qué le aportan a sus relatos, configurar en gran medida los repartos a partir de intérpretes debutantes?
“Lo que intento, sobre todo, es encontrar a personas que no interpreten el papel que yo he pensado antes, sino que, de alguna manera, ya sean de antemano ese personaje. Para lograr ese objetivo, en la medida de lo posible, es necesario hacer un casting muy concienzudo. Luego, también, a la hora de dirigir procuro no inventar nada, sino recurrir a la realidad, porque tampoco quiero representar nada, sino que todos los aspectos que conforman la película sean lo más realistas posible. Todo esto, en definitiva, me lo aportan los repartos con intérpretes noveles”.

-Usted decidió abandonar la docencia como profesora de escritura y dirección de guiones para aventurarse en la dirección. ¿Cuál fue la mayor incertidumbre, el mayor vértigo, al que tuvo que enfrentarse?
“Todo era incertidumbre. Como a cualquier persona que decide dejar su trabajo para lanzarse a por su vocación, nunca tienes la garantía de que lo vas a conseguir. Así que tenía muchas dudas, pero sí que estaba muy dispuesta a intentarlo y creo que ese empeño fue, precisamente, lo que me mantuvo”.

-En su doble faceta cinematográfica conviven la soledad de la escritura de historias y el trabajo colectivo que representa sacar adelante un largometraje. ¿Lleva igual de bien ambas vertientes? ¿En cuál se desenvuelve con mayor comodidad?
“Me gustan mucho las dos. No me podría quedar solo con una. El poder compaginarlas hace que mi trabajo me resulte más divertido. Es verdad que la escritura es un proceso muy solitario, y también muy mental. Tienes que estar todo el tiempo imaginando. Un rodaje te plantea una exigencia física, que conlleva mucho cansancio, pero también resulta muy productiva. Como digo, no podría elegir entre una faceta y la otra”.

“Me interesan aquellas películas con las que siento que puedo conocer la forma de pensar de un creador”

-¿Cuáles son las cuestiones que sobre todo le interesa abordar? ¿Qué tipo de relatos llaman más su atención?
“No hay un tipo de historias en concreto que me interesen per se. Todo depende siempre de la manera en la que estén contados esos relatos. Siempre pienso en qué es lo que me gusta como espectadora. Me llaman la atención películas a través de las cuales siento que puedo conocer la forma de pensar de un creador, de una directora, de un director. Acercarme a un mundo, que puede ser muy diferente al mío, a ese nivel psicológico. Eso es lo que más me interesa”.

-¿Cómo se desarrolla su trabajo de guionista? ¿Parte de una idea más o menos elaborada antes de ponerse a escribir o más bien nunca sabe del todo a dónde le conducirá ese proceso?
“Cada guionista trabaja de una manera diferente. En mi caso, siempre necesito tener la historia en mi cabeza antes de sentarme a escribir. Necesito saber hacia dónde voy, cuál es el final al que quiero llegar. Aunque luego, obviamente, por el camino las cosas van cambiando. También, como decía, procuro estar muy atenta a la realidad, intento no fantasear, no inventar nada, sino coger la inspiración a partir de las cosas que se encuentran a mi alrededor”.

-¿Y la directora suele ser rigurosamente fiel a la guionista o el texto no deja de ‘reescribirse’ según se convierte en imágenes?
“Sí. Esa es una directriz que me autoimpongo. El guion está vivo durante el rodaje y nada de lo que está escrito es inmutable. Todo tiene que depender del momento y de lo que sintamos los miembros del equipo en ese espacio de rodaje. Rodar es una cuestión que tiene ver con estar muy conectado a todo lo que está sucediendo en ese momento”.

-¿Dónde se halla la clave, la explicación, para esta confluencia en el tiempo de películas españolas de tanta calidad?
“No tengo una respuesta clara a esa cuestión. No sé si ha sido quizás en parte debido a la pandemia del coronavirus, que creó una especie de cuello de botella y los proyectos se estuvieron escribiendo durante más tiempo, o que nos obligó a escribir más porque no teníamos la posibilidad de rodar… O a lo mejor es algo fortuito, se ha dado la casualidad de que han surgido películas que han funcionado muy bien… No lo sé. No soy tanto de pensar en lo que ha sucedido como de pensar en lo que va a venir. Espero que esta circunstancia ayude a que apoyemos cada vez más al cine español como espectadores, que vayamos más a verlo en las salas, que es algo verdaderamente muy importante, y por supuesto, que se hagan muchas más películas y muy buenas”.

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