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“Siguen las mismas necesidades asistenciales y ha mermado la calidad y duración del contrato”

Yoel Hernández, del sindicato Satse, recalca que se han “destapado las vergüenzas” de la Sanidad, cuya mala gestión provoca “un perjuicio económico y personal a sus trabajadores”
Hay un déficit estructural de trabajadores importante, pues han aumentado las necesidades de cobertura asistencial de la población canaria.
Hay un déficit estructural de trabajadores importante, pues han aumentado las necesidades de cobertura asistencial de la población canaria. DA

El secretario de acción sindical de Satse Canarias, Yoel Hernández, destacó su preocupación por cómo se consuma la contratación más precaria de los últimos años en la Sanidad Canaria, donde “se fundamentaron las eventualidades”.

Reconoce que la modificación en julio del Estatuto Marco, cuyo espíritu era eliminar y minimizar el abuso de temporalidad en la administración pública y mejorar la eficiencia de los recursos humanos, ha “destapado las vergüenzas de la Sanidad canaria”, cuya mala gestión provoca “un perjuicio económico y personal para sus trabajadores que incrementan su precariedad” al pasar a nueve meses lo que antes eran contrataciones anuales, que se renovaban anualmente incluso durante diez o más años, cuando se debía haber creado la plaza en la plantilla orgánica.

Desde julio a diciembre de 2022 el Servicio Canario de la Salud “se dejó ir no enviando información clara e instrucciones francas a las gerencias, lo que se demuestra porque que no sabían qué hacer cuando llegaron los cortes de contratación”. Por tanto, Recursos Humanos “sustentó la práctica totalidad de la contratación en el único agujero que encontró, el acumulo de tareas, y contrató a los trabajadores que llevan ocupando el mismo puesto cinco o más años, con una solución para salir del paso. La acumulación de tareas en lo que estaba pasando en Urgencias, que hay más pacientes de los normales y las tareas se acumulan”, recalcó.

Para Hernández, “todo esto ha repercutido en la merma de la calidad de la contratación, con la firma de trabajos más precarios de los que ya tenían. Llevamos tanto tiempo así que nos hemos convertido junto a Cataluña en la Comunidad con mayor tasa de eventualidad del país. Por tanto, se hace necesaria una adecuación de plantillas, pasar a interinos a más de 7.000 trabajadores eventuales, que es lo que están vendiendo a bombo y platillo, de manera obligada por una normativa”.

Si embargo, todo este proceso está a la espera de su inclusión en la Ley de Presupuestos de la Comunidad, a través de una enmienda, que tenía como fecha para su materialización el primer trimestre de 2023. “Se van a crear muchísimas interinidades por vacante que están pendientes de la aprobación de la Consejería de Hacienda para que puedan empezar a repartirse en abril o mayo. Ya estamos empezando marzo, por lo que esperamos que te resuelva a la mayor brevedad posible”, resaltó Hernández.

Déficit estructural

El representante del sindicato de Enfermería, Fisioterapeutas y Matronas, confirmó que “hay un empeoramiento de la contratación en Sanidad, porque han visto como sus contratos han mermado en calidad y en duración mientras siguen las mismas necesidades asistenciales. Es cierto que la presión asistencial actualmente ha disminuido en relación a la crisis de la pandemia, pero de ahí a que las grandes necesidades estructurales hayan desaparecido hay un trecho grande, seguimos necesitando contratar personal para llegar a igualar la media estatal y ya no digo para llegar a la media europea”. Reiteró que hay un “déficit estructural muy importante pues han aumentado las necesidades de cobertura asistencial de una población que se ha triplicado, está envejeciendo de forma significativa, y también ha crecido la propia cartera de servicios de la sanidad canaria”.

Desde el sindicato Satse la contratación con precaria ha repercutido de forma muy significativa “en la calidad del empleo y las condiciones laborales”. “No se trabaja con la celeridad para que todo el mundo supiera que era lo que tenía que hacer de forma correcta, ni se informó a los trabajadores de lo que iba a suceder, ni se buscó la manera de intentar garantizar su estabilidad”. “Esto no se consiguió y ha repercutido de forma muy significativa en los trabajadores. Desde el SCS no se ha tenido en cuenta que, antes que profesionales sanitarios o no sanitarios, son personas con sus necesidades, con sus familias, con su hipoteca, que están sufriendo la subida del alquiler, los alimentos o la electricidad”.

Por último, esta contratación también “ha mermado la calidad del servicio asistencial por su movilidad. Tener contratos de tres días en Urgencias, luego cinco en la UCI y otros cuatro en planta de Prematuros, lo que consigue es que sea aprendiz de mucho y maestro de nada. Hay una inseguridad en el trabajador y la percepción de que no respetan su profesión”, finalizó.

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