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El primer satélite del IAC estará en 2024 tras los grandes resultados de Drago

El instrumento desarrollado por el Instituto de Astrofísica de Canarias envía sus primeras imágenes de la Tierra y anticipa tres nuevos proyectos
Imagen obtenida con DRAGO-2 del sur de Turkmenistán, cerca del mar Caspio, en la que se distinguen infraestructuras humanas como carreteras y una población.
Imagen obtenida con DRAGO-2 del sur de Turkmenistán, cerca del mar Caspio, en la que se distinguen infraestructuras humanas como carreteras y una población. IACTEC ESPACIO

El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) pondrá en orbita el primer satélite canario Alisio en el primer trimestre de 2024, afianzado por los resultados logrados por las dos cámaras Drago, que están cumpliendo con creces los objetivos marcados por el equipo de Iactec-Espacio, así como en unos años el Astro 1, el primer satélite astronómico del centro tinerfeño.

El instrumento Drago-2, desarrollado por el IAC y lanzado en enero desde Cabo Cañaveral, por el cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX, envió sus primeras imágenes de la Tierra desde el espacio que muestran una resolución seis veces mayor a la de su predecesor Drago 1, el cual se puso en órbita en 2021.

Ambos observan la Tierra en el infrarrojo de onda corta, también denominado SWIR (Short-Wave Infrared), un rango invisible para el ojo humano pero, sin embargo, muy útil para múltiples estudios y aplicaciones. La principal mejora que presenta la reciente instrumentación frente a su antecesor es la resolución de la cámara que han ofrecido espectaculares imágenes. Álex Oscoz, investigador principal del proyecto Iactec Espacio, destacó que en el sector aeroespacial actual o New Space, en el cual trabaja Iactec-Espacio, “más de la mitad de las misiones fracasan, pero el equipo ha conseguido su segundo éxito en apenas unos pocos años”.

El IAC ya tenía toda la base de conocimiento astrofísico y un equipo muy bien formado de profesionales, “con lo cual hemos desarrollado una cámara especial SWIR de infrarrojo de onda corta, muy pequeña y sin refrigerar, para pequeños satélites que nadie había logrado hasta entonces”, destacó. Además, observa en dos colores, como el rojo y el azul, y “nos da mucha más información”. “Han sido dos enormes retos al ser instrumentos que caben en la palma de la mano, y con un consumo de 5,5 watios, menos que una bombilla led, en el caso del Drago-1 con una resolución de 300 metros por pixel y un campo de vision muy grande”, subrayó.

Tras comprobar “las excelencias y los límites” de la primera cámara de Iactec-Espacio, ya de gran nivel al compararse con satélites más grandes, potentes y costosos, como el Sentinel 2 de la Agencia Espacial Europea, el equipo comenzó a trabajar en Drago-2, un instrumento que complementaría al anterior, con menor campo de visión, pero una resolución mayor. “Así, se obtuvo seis veces más focal, 50 metros por pixel, pero con la misma filosofía compacta y poco gasto energético”. “Pocos equipos en el mundo han hecho algo parecido, dos hitos tan importantes en tan poco tiempo”, afirmó Oscoz.

Nuevos proyectos

Estos éxitos son el anticipo de tres nuevos proyectos: el primer satélite canario Alisio-1; el Astro-1, el primer satélite astronómico, o el potente Vinis.

“En el IAC no nos vamos a parar. Seguimos involucrados con otros programas como el Alisio-1, que será el primer satélite de Canarias para observación de la Tierra y volará en el primer trimestre del año 2024. Un satélite que tendrá un tamaño de 30x20x10, con colaboración de varias empresas, que llevará en su interior una cámara Drago-3 mejorada en sus filtros y un modelo de comunicación óptica clásica para transmitir información”, señaló Oscoz.

Además, otro proyecto con más enjundia es el Astro-1, “que será el primer satélite astronómico del IAC en el espacio y que complementará” los dos Observatorios del Roque de los Muchachos y el Teide. “Un instrumento mayor que los Dragos, con un espejo de 22 centímetros, que servirá para rastrear exoplanetas, planetas más allá del sistema solar, así como asteroides”.

Los primeros estadíos están en marcha gracias a fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. “El objetivo es que dentro de unos años tengamos nuestro primer observatorio espacial”, comentó.

Por último, se trabaja con fondos Feder en el nuevo instrumento para observación de la Tierra Vinis, “en el que iremos más allá”. La resolución será de 5 metros por píxel, lo cual permitirá observar con un altísimo detalle. Se observará en el espectro SWIR, en visible y tendrá 5 filtros, dando información “de manera exponencial”, recalcó.

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